Gustaríate escribir esti sueltu en bable o asturiano pero nun te atreves. Por de pronto, nun sabes si en bable, el asturiano y el bable son lo mismo. Y si a cada palabra tienes que dir a consultar el diccionario, acabóse. Faráslo en castellano.
Pasaste un día por la Biblioteca y cogiste al azar un libro de Ramón d’Andrés “Reivindicación llingüística: unes reflexones”, simplemente porque hace unos años leíste otro libro del mismo autor que te gustó “Cuestiones de asturianu normativu”. Pese a esa primera opinión positiva, estas un poco en guardia porque un asturianista del que te fías bastante no tiene el mejor concepto del profesor. Hablaste un par de veces con Ramón así que no puedes formarte ninguna opinión, y menos de su competencia técnica. Más tarde resultaría que en la legislatura autonómica pasada, ocupó el cargo de Director de la Oficina de Política Llíngüística. El libro es de 1999.
Como estás acostumbrado a ver a los asturianistas siempre tan serios y enchipaos, empezando por Ana Cano, te sorprende el desenfado de Ramón. Encuentras unas ideas originales en su libro, que no estás acostumbrado a oír, por ejemplo esta afirmación: “Colos datos filolóxicos na mano, y quitando tou apasionamiento, afirmase que una parte d’Asturies, dientro la franxa ente’l Navia y l’Eo, ye de llingua gallega”. Queríamos ser los únicos y los mejores y resulta que en nuestra querida autonomía se habla el gallego.
Encuentras otra idea sugerente: la disociación entre el nacionalismo y la defensa de la lengua asturiana. Es elemental, pero en tu mente se tienden a mezclar conceptos, quizá porque no encuentras en la derecha muchos abanderados de la asturianía. No habrá normalización en muchos ámbitos de la política, hasta que la derecha no defienda con normalidad algunas banderas de la izquierda: la llingua, la República (ahí es nada) o la enseñanza laica. Es cuestión de tiempo.
En Galicia, Cataluña y Vasconia (así la llama Ramón d’Andrés) corren paralelos el nacionalismo y la defensa de su lengua, pero no necesariamente tiene que ser así.
Darás por bien empleada la esforzada lectura de esta obrita, que te ayudará a eliminar prejuicios y a aclarar ideas.
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