2017/07/08

EL MUSEO DE CERA, de Jorge Edwards

Conocías a Edwards de algunos artículos sueltos publicados en EL PAÍS en otro tiempo pero nunca habías afrontado una de sus novelas. Para una primera aproximación eliges una obra corta por una razón tan prosaica como la siguiente: te vas a marchar de vacaciones y quieres devolverlo en plazo a la biblioteca pública.

Nada puedes añadir a la introducción preparada por César Antonio Molina, escritor y breve ministro de cultura: “El Marqués de Villa Rica: un hombre del pasado; un mediocre; un ser anacrónico; el arquetipo de esa clase aristocrática que se niega a desaparecer; un inverosímil individuo (…) sorprende un día a su bella esposa en adulterio con su profesor de piano (…) Sin inmutarse encarga a un escultor que reproduzca al escabrosa escena con figuras de tamaño natural…”

Poco puedes añadir en lo tocante a argumento tan original y sorprendente. Habrá que adentrarse en la lectura para averiguar el motivo último de tamaña ocurrencia del Marqués. No queda del todo claro pero los acontecimientos van entremezclando la vida de los protagonistas con la del propio grupo escultórico hasta que en algún momento se resienten las articulaciones y los cuerpos y parece que los dolores se traspasan de unos a otros hasta el punto de no saber a ciencia cierta si quien padece es el hombre de carne y hueso o el de cera.

2017/07/02

EMPACHO DE LITERATURA

Lees una entrevista de hace unas semanas a Emilio García-Pumarino, que con 28 años fue diputado por Asturias en 1977. Relata que a raíz de una huelga estudiantil pasó un día en el calabozo y algún policía le dijo que lo que tenía era empacho de literatura.

Te recuerda que en la primavera del año 76, cuando estabas en la mili y Ramón Tamames era Ramón Tamames, estabas leyendo La República. La Era de Franco, que te requisaron con no pequeño revuelo en el cuartel de ferroviarios de Valladolid. Como falsa excusa dijiste que estabas estudiando filosofía, a lo que el capitán replicó:

- Si sigues así, ni serás ferroviario, ni serás filósofo ni serás nada.

(Un buen amigo de entonces, meses después de la marejada, te obsequió con un nuevo ejemplar).


2017/07/01

TANTAS VECES PEDRO, de Alfredo Bryce Echenique

Es una novela difícil de seguir sin un guión previo. Así y todo no siempre fuiste capaz de cazar el hilo. Por momentos te parecía estar leyendo a Cortázar, maestro de un estilo denso y desconcertante.

No sabrías decir si Pedro es enamoradizo o se enamora de verdad. En algún momento, hable Pedro o hable Alfredo, lees que el amor no existe pero es maravilloso.

La novela mantiene no uno sino varios planos y no sabe uno a qué atenerse. "Pienso también que hay algo de culpa de mi parte por no comprender nunca cuándo estás bromeando y cuándo estás hablando en serio".

Rastreando dudas, como siempre, encuentras una frase digna de lema para este blog: "¿Qué será peor, una duda interminable, o una pena concreta y definitiva?