2021/02/27

NOS HABÉIS ENSEÑADO QUE SER PACÍFICOS ES INÚTIL

 
Esa es una de las pancartas que lucieron unos manifestantes descontentos con no sabes bien qué. Te detienes a pensar en el mensaje y sientes reconocer que tienen razón porque ceden/cedieron/cediste indebidamente muchos de los que tienen/tuviste la obligación de soportar los gritos y las en otro tiempo llamadas peticiones ‘viciosas’. Tú no siempre resististe. A veces te dejaste convencer por el que más gritaba o el que más molestaba. En el pecado llevas la penitencia. Otras veces te armaste de paciencia y de valor y aguantaste el embate pero hace falta templanza y, a veces, tiempo. Sí, tiempo, porque se emplean minutos y hasta horas en argumentar, en resistir, incluso en mantener silencio para no entrar al trapo y dar argumentos al vociferante y a los suyos.

Esa pancarta es una llamada doble y enfrentada: al gritón para que persista en la vía del ruido; al receptor de sus voces para que se arme de paciencia y de argumentos, para que diga que no si está convencido de que la razón está de su parte. Y para que no se arrepienta, pasado el tiempo, de haber dicho que no, porque alguien tiene que hacerlo por el bien de la comunidad.

2021/02/22

CUENTOS DE GÜILU, de Jesús García y García

 

Te regalan un ejemplar de los “Cuentos de güilu”, de Jesús García García, de San Miguel del Río, con biografía en en el libro de lenenses de Tomillo.

Son diez cuentos breves, de lectura fácil en cuanto al argumento, escritos en el asturiano de la zona, que tanto te recuerda a la forma de hablar del tío Amalio el de La Romía y que identificas también en algunos conocidos originarios de San Miguel o La Malvea o Vil.lar de Payares, que los de la zona somos capaces de distinguir de otros pueblos cercanos. Una lengua conocida, pero que te resulta extraña al verla escrita y te obliga a leer algunos párrafos en voz alta para un mejor seguimiento. También se encuentran refranes que tu abuela repetía. No son exclusivos de la comarca, pero por lo visto vendía chucherías por San Miguel y pudo quedarse con ellos por ser por allí muy frecuentes. Nun hai rial de plata que paeza bien a toos. Una gran subía tien siempre una gran baxá.

Los cuentos están estratégicamente ordenados desde los más sencillos a los más espirituales, desde los de mayor presencia de animales a la exclusiva de humanos.

Son cuentos-cuentos generalmente tristes, de pócimas mágicas, de animales inteligentes, obedientes, buenos, que merecen curaciones milagrosas. Los hay de perros, potros, vacas, l.lobos. A veces son como personas y si, por la edad o por algún achaque, quedan impotentes, el dueño sufre y se solidariza con ellos. Es el caso también de crías que, muerta la madre, son amamantadas por parientes adultas, que las tratan con cierto desdén.

El autor refleja la opresiva presencia de los guardias o los militares en la posguerra, pintados aquellos con algo más de benevolencia. Tampoco falta el mítico fugau del monte ni los curas comprensivos, los frailes aprovechados y con escasa fe, los abuelos sacrificados, los huérfanos tristes, las madres laboriosas y rezadoras que sufren con sus hijos mineros juradores pero de buen corazón.

Algunos cuentos incluyen una moraleja explícita, en otras se sobreentiende. Los recuerdos son ambivalentes, a veces se fijan como clavos, en otras ocasiones se moldean al gusto para hacer más llevadera la vida.

“Los recuerdos, Luisina, de tanto tar nel corazón fáense carne y sangre d’ún”.

“La meyor cualidá del pasao ye que la memoria, a veces, aporta a dexamos volver a él y recrealu colas emiendas y correciones que lu fagan más afayaízu”.

 

2021/02/15

LA PATA DE LA RAPOSA, de Ramón Pérez de Ayala

Esta novela podría pasar por una novela de amor y también la novela del dilema de elegir, hoy un poco pasado de moda. También es novela de remordimientos a partir de la traición de un amor seráfico por una noche con una prostituta.

Alberto era un mozo a quien el azacaneo de la vida había despojado prematuramente una por una de todas las mentiras vitales de todas las ilusiones, y para quién habían perdido el carácter de fuerza motriz todas esas palabras que se acostumbran escribir con mayúscula; religión, moral, ciencia, justicia, sabiduría, riqueza, etcétera.

Fina es una novia lineal, sencilla, de una pieza y de una palabra. Alberto, el protagonista, podría pasar por un cantamañanas pese a que en ocasiones se explaye con diálogos profundos. Es un aventurero de la vida y del amor. Pasa por la cárcel con la tranquilidad de saberse inocente, por lo que lo toma como una experiencia para observar la realidad carcelaria. En otro momento de su vida decide incorporarse a un circo pero como empresario o marchar a la capital en pos del éxito.  

Hasta entonces había buscado en el arte, además de un estímulo, una mitigación de sus cavilaciones, un abrigaño adonde acogerse olvidándose de la vida como quiere Schopenhauer. Ahora se le presentaba a los ojos del espíritu, con inconcusa certidumbre, la enorme ridiculez del arte y se avergonzaba de haberse adscrito en serio a un juego tan pueril y vacuo.

Es en esta novela donde aparece la conocida frase: la contumelia de las circunstancias es la base más firme de la metempsícosis.

Aquí el párrafo que explica el título: Cuando la raposa cae en el cepo dicen que se roen la pata hasta que se la troncha y huye con las tres sanas.

2021/02/01

A.M.D.G., de Ramón Pérez de Ayala

 A.M.D.G., a la mayor gloria de Dios, lema de los jesuitas. 

Es un alegato inmisericorde contra la Compañía de Jesús, en uno de cuyos colegios estudió el autor.

Como tú también estudiaste interno en un colegio de curas, reconoces perfectamente muchas de las situaciones que refleja, así como los perfiles de los distintos personajes: los alumnos, los curas (cada uno cortado por distinto patrón, que no se comportan igual con los alumnos que con sus iguales), las instalaciones del colegio, las austeras habitaciones, el comedor (refectorio), las comidas, la llegada de los alumnos al comienzo del curso y la diferente forma de afrontarla; la entrega de los diplomas; el nombramiento de los diferentes cargos, como el de relojero.

Se detallan los castigos infamantes, que llegan a caer en el sadismo. También la obsesión sexual de algunos curas, como el enfermero, que ausculta el ‘cetro’ del alumno, independiente de los síntomas que presente. Se relatan esperpénticas escenas amorosas del jesuita fofo y la viuda desconsolada e infiel. Y la hipocresía de las beatas, cuyos maridos van de putas, junto con alguno de los jesuitas.

En definitiva, una novela muy entretenida y sin complicaciones de lectura.

Te trajo algún recuerdo. "Bertuco pegó el rostro a los vidrios de un ventanal". Cuenta tu madre que en una ocasión te sorprendió de espaldas a ella en un largo pasillo mientras mirabas al patio. Como no te dabas la vuelta, vio tus lágrimas en los cristales, que hacían de espejo. Diez u once años, un dolor visto desde hoy. 

"El refectorio es una pieza alongada, de aire ceniciento; el piso, embaldosado de losetas grises; las paredes, grises y desnudas..."

"Comenzaron a llegar los alumnos lentamente. Los nuevos, de la tercera división, lloraban casi todos. Los antiguos se saludaban y abrazaban, con cierta timidez y encogimiento, como silos tres meses de separación les hubiera extrañado a unos de otros". 

CARTONES

Leíste una noticia de algo que ocurre en tu calle, pero no eras consciente de que aquello molestara a alguien. Es cierto que no llegaste a ver nunca a esa zona con el aspecto que apareció en la prensa digital, esa prensa de la que, en general, desconfías. Haces una excepción con La Voz de Asturias, que fue prensa impresa durante muchos años hasta que desapareció durante una larga temporada para reaparecer como exclusivamente digital. Tiene su nicho y su originalidad, pero no es lo que era ni es capaz de hacer sombra a las ediciones digitales de La Nueva España y El Comercio. Mucho menos a las ediciones en papel.

https://www.lavozdeasturias.es/noticia/oviedo/2020/12/24/vecinos-oviedo-denuncian-insalubridad-soportales-alfonso-iii-magno/00031608814981385433598.htm

Una tarde viste a una mujer, quizá encargada de la limpieza de la comunidad de propietarios, quizá una vecina del edificio, arrojando calderos de agua en la zona donde antes dormían los indigentes. ¿Se turnarán para derramar el agua? Los indigentes dormían en una zona resguardada junto a una puerta de servicio de mínimo tránsito. Con esa triste solución casera desapareció el problema. Así y todo estos últimos días viste algún cartón en el habitáculo. No sabes cómo pueden pasar la noche así algún indigente.

En realidad te dio pena de la mujer que tiraba los calderos de agua, que impide que sobre esa superficie mojada se puedan colocar cartones o mantas.