2020/09/28

ESTIRADAS Y PROTOCOLOS




Hace unos días leías en la prensa que los Administradores de Fincas pedían urgentemente protocolos que permitiesen organizar las imprescindibles reuniones de las comunidades de propietarios. Te acabas de dar cuenta de que urgen de verdad. Hace un par de días cuando te acercabas al portal, viste a una vecina trazando una estirada -que ya quisiera De Gea- para abrir la puerta, no de la manera más natural, sino tirando de ella por la parte más alta de la barra. El riesgo de esguinces o luxaciones de hombro es evidente y hay que prevenir. 


Redactar ese protocolo no sería de una dificultad notable. Piensas que, si hay ocho plantas, podrían colocarse ocho bandas de colores (una por cada altura) y así cada vecino sabría de qué parte de la barra se puede tirar: los del primero de la banda verde, los del segundo de la banda roja, los del tercero...Se crearían una especie de burbujas o unidades estables de barra y se reducirían notablemente las posibilidades de contagio.

2020/09/25

BANDERAS ENROLLADAS





Acabaron las atípicas fiestas de San Mateo y, como único rastro, quedan las banderas multicolores a lo largo de la calle Uría. 


No sabes los años que las banderas llevarán engalanando la calle principal de Oviedo para que luzca como es debido el día de América en Asturias. Décadas seguro. Desconoces los pormenores del contrato mediante el cual la entidad X se compromete con el Ayuntamiento de Oviedo (o quizá con la SOF) a colocar las banderas. Seguramente la mesa de contratación no tuvo tiempo de leer con detalle los cientos de páginas repartidas entre las ofertas iniciales, el pliego de condiciones técnicas, el pliego de condiciones económicas y los anexos varios. Entre esa fauna y flora de páginas, te preguntas si no habría un par de líneas dedicadas a especificar que las banderas deberían llevar un peso, coserles una piedrina, algo, para que pesaran un poco y con el viento no se enrollaran y quedaran deslucidas. Porque si fuera el primer año de las banderas, uno entendería la omisión.

2020/09/21

UN RECUERDO PARA CARLOS, DE CASA PACHU DE MOREDA


















Recibes un Whatsapp: "hoy murió Carlos Pachu. Ya nun queda nadie que prepare los huevos". 

Sabías que su salud era delicada y hoy se confirmó la triste noticia. 

En Casa Pachu, la de Moreda, hermana gemela de Casa Pachu de Oviedo (casualmente en la calle en la que vives) os veníais reuniendo una vez al año unos cuantos compañeros del ferrocarril desde hace un montón de años para comer huevos (criadillas) de toro. Un buen día dos compañeros, César y Abella, se pusieron a recordar viejas historias vividas en  los años setenta en Moreda de Aller, entre ellas los huevos de toro que ponían como aperitivo en Casa Pachu, por lo que decidieron actualizar los recuerdos y organizar una comida. A partir de ahí, unas veces más gente, otras menos, hasta el año pasado os juntasteis unos cuantos incondicionales, con los huevos como plato imprescindible. Varios no fallasteis ningún año. No necesariamente era el plato principal porque hay que moderarse para evitar indigestiones. Nunca faltó tampoco el panchón como postre. Fueron tradicionales también las morcillas acompañadas de arroz, los huevos fritos, el picadillo, las casadiellas, los frixuelos; algún año cordero; por supuesto no todo todos los años. 

La organización tenía su parafernalia. César comenzaba a preguntar casi un mes antes quién tenía pensado acudir a esa comida, que solía tener lugar a últimos de mayo. La antelación se debía a que los huevos había  que pedirlos con tiempo porque escasean (de los de toro hablamos). 

Unos cuantos hacíamos el viaje en ferrocarril, como es lógico, con trasbordo en Mieres o en Ablaña. Como la comida era los viernes, no faltaba una visita al mercado semanal. 

En principio los comensales eran de Renfe Cercanías. Pasado el tiempo se fue incorporando personal de las contratas ferroviarias o algún otro colaborador externo que se apuntaba. Con la integración de FEVE, también se sumaron algunos compañeros de la vía estrecha. 

Pasábamos un rato muy entretenido. Después de los postres nunca faltaba la interpretación de "la Mina de La Camocha", a cargo de César Carmona, ferroviario y cantautor. Los demás acompañaban como podían. También se recordaba cada año cómo surgió la historia de los huevos. Y también la historia de Casa Pachu de Oviedo, que intenta ser una imitación de la antigua Casa Pachu de Moreda, es decir, la de Oviedo se parece a la antigua de Moreda más que la actual de Moreda a sus orígenes (un bar sin barra) aunque las dos tienen un estilo muy original. 

El año pasado se jubiló César. Sospechando que pudiéramos estar ante los últimos huevos, se le regaló una placa en agradecimiento por haber pilotado la organización durante tantos años. Este año, con el coronavirus, ya no hubo comida. Ahora muere el cocinero. 

Fue (muy) bonito mientras duró. 

Descansa en paz, Carlos.

2020/09/19

ESQUELETOS DE CASAS

 


Además, del Spa, en las caminatas diarias ve uno casas fallidas o esqueletos de casas. Se pregunta uno qué hay detrás de de esos fracasos que siguen ahí años y años. Piensa uno en caprichos de los que alguien se arrepintió, en divorcios, en herencias, en casos que están en el Tribunal Supremo por cualquier diferencia. A uno le corroe la curiosidad y si tiene oportunidad pregunta. En este caso, la casa la encargó alguien que murió al poco tiempo. Se hizo cargo de continuarla un albañil como casa para sí mismo y los suyos, pero enfermó y murió.
¿Quien se atreve a comprar ese esqueleto, siquiera el solar?
(Ve uno otros esqueletos en sus rutas y no dejará de preguntar en cuanto vea la ocasión

2020/09/16

EN LA MUERTE DE LOBATO, ACTOR

(Y los cíclopes salieron de las entrañas de la tierra para asaltar el cielo)

No recuerdas en qué año viste actuar por primera vez al actor José Antonio Lobato pero tuvo que ser antes de 1980 en la obra que indicas arriba. Eso sí, fue en Pola de Lena. Crees recordar que el papel de protagonista se reservaba a Cancio y el resto de actores desarrollaban una actuación coral. Conservas una idea puramente impresionista de aquello, unas pinceladas. Ni siquiera recuerdas si el cartel anunciador era el de la foto que cuelgas aquí. Te parece que la obra se representó en la sala de fiestas Edumar, cosa que te extraña porque en Pola había dos teatros entonces, pero es la idea que recuerdas.

En la obra, los cíclopes, seres mitológicos de un solo ojo, eran los mineros. El ojo era la lámpara del casco. En unos movimientos perfectamente coordinados el batallón de cíclopes acaban conquistando el cielo, que era una maqueta de la catedral de Oviedo.

Era una obra esquemática, de mensaje directo, un teatro muy distinto al que estabas acostumbrado a ver, que sería el de Estudio 1. Por aqu


el entonces habrías actuado en tu única experiencia teatral, un happening, también teatro-protesta y quizá por eso te sentiste tan identificado con los cíclopes. Tu obrita, "Para que el hombre no sea más víctima del hombre". Grupo Arrabal. Te tocó declamar una poema de Bertolt Brecht.

2020/09/15

TOPÓNIMOS DE ACADEMIA, DE BROCHA, DE IMPRENTA...

En las caminatas casi diarias tienes ocasión de repasar cómo hay topónimos de academia, de fábrica, de brocha gorda....

Merece la pena meditar cómo llaman a su pueblo los propios vecinos, cómo se invoca desde la reciente toponimia oficial, como lo llamaron los que encargaron variados rótulos...

Por cierto, los graffiteros se quedaron cortos porque la toponimia oficial es Villamaxil (Villa Maginus) que, además de ser el más coherente de acuerdo con la etimología, se apoya en otro criterio definitivo: ser el más alejado fonéticamente del castellano.

https://sedemovil.asturias.es/Asturias/descargas/toponimia/oviedo.pdf





2020/09/14

LA EFICACIA DEL RIGOR APARENTE

Ve uno en cantidad de portales un cartel que conmina a no utilizar los buzones de correos para publicidad. Los hay redactados en unos términos que disuaden al más arriesgado. Algunos hablan de La ley de Enjuiciamiento Civil. Asustan. Sin embargo, se basan en una norma que está derogada desde hace más de veinte años. Véase el siguiente enlace y váyase a la disposición derogatoria. Conoce uno carteles colocados en portales de despachos de Abogados, por ejemplo, el de la foto, que los hacen más de fiar. https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-1999-24919


En Absalón, Absalón, Faulkner pone en boca de un personaje una teoría rocambolesca pero con ropaje pseudocientífico ¿por qué no creer?

Con esto del virus que nos invade el cuerpo, el alma y el tiempo, lo mismo. Vídeos e infografías de impecable apariencia ocultan falsedades. Asunto cansino. Pero son eficaces porque meten miedo, como el cartel de los portales, como algunos personajes de ficción.

2020/09/12

MENSAJE A GARCÍA

Es un texto superconocido que vino a cuento por una anécdota personal de esta mañana. Estabas (cosa rara) tomando una sidra cuando recibes una llamada de un número desconocido. Era la mujer:
- Estoy en el garaje. Hacía falta que vinieras a casa.
No preguntaste qué había ocurrido. Pagaste la consumición, y a casa rapidito. Algo urgente pero absolutamente banal.
- Viniste como un riguilete.
- Tengo presente el mensaje a García.
Tuviste un gerente que un buen día repartió unos folios por las mesas. El siguiente.

Texto del escritor norteamericano Elbert Hubbard (1856-1915)

Entre los acontecimientos ocurridos durante la guerra de Cuba, hay uno que descuella sobre todos los demás y el nombre del individuo que lo ejecutó brilla como brilla el planeta Marte cuando está en su perihelio. Al estallar la guerra entre España y los Estados Unidos, fue necesario establecer comunicaciones rápidas con García, jefe de los insurrectos, quien se hallaba en las regiones montañosas de la isla, sin que persona alguna pudiera precisar dónde y en qué lugares, a las que ni el correo ni el telégrafo llegaban. El Presidente Mackinley deseaba, sin pérdida de tiempo, obtener la cooperación del expresado jefe. ¿Qué hacer en estas circunstancias? Hubo quien, acercándose al Presidente, dijo:
—Hay un hombre, llamado Rowan, que, si es posible encontrarlo, encontrará a García.
Llamaron a Rowan, quien recibió una carta que debía entregar a García. Tomó el parte, lo colocó en una bolsita de hule y lo ató sobre su corazón. De cómo a los cuatro días un bote lo desembarcó en las costas de Cuba, de cómo se internó en las selvas y tres semanas más tarde apareció en la otra costa, después de haber cruzado un país hostil y de haber entregado a García el mensaje recibido, son cosas de las que no deseo ocuparme. Lo que quiero hacer constar es que Mackinley entregó a Rowan una carta pata que la llevara a García, y que aquél la tomó sin preguntar ¿dónde está García? He ahí un hombre cuyas formas deberían vaciarse en bronce que inmortalizara su memoria y cuya estatua debiera colocarse en los colegios del Estado. Lo que necesitan los jóvenes no es sólo estudiar libros e instruirse respecto de tal o cual cosa, sino dar a sus vértebras la rapidez necesaria para cumplir fielmente sus deberes, para obrar con rapidez, para concentrar su energía y saber llevar un mensaje a García. El general García ha muerto; pero hay otros muchos Garcías. Todos los que se han esforzado en llevar a buen término una empresa determinada, en la que se necesite el concurso de muchos, han tenido que comprobar, llenos de consternación, la imbecilidad de los hombres que constituyen el término medio de la humanidad, y su incapacidad y mala voluntad para concentrar su energía sobre una cosa y hacerla. Generalmente los auxiliares hacen los trabajos con poco entusiasmo, y es frecuente encontrar en ellos negligencia, imprudente atolondramiento e indiferencia desmedida. Nadie obtiene éxito si, a buenas o malas, o por amenazas, no incita u obliga a los otros hombres a prestarle su ayuda, salvo el caso de que Dios, con su misericordia, haga un milagro y le envíe un ángel de luz como ayudante. Haga usted la prueba; usted está en su oficina y tiene seis empleados al alcance de su voz: llame a cualquiera de ellos y dígale:
—Tenga usted la bondad de buscar datos en la enciclopedia y haga un resumen de la vida de Correggio.
Le responderá el empleado: Sí, señor. ¿Pero hará él lo que usted le ha encargado? ¡Nunca! Le mirará a usted como un tonto y formulará una o varias de las siguientes preguntas:
—¿Quién era?
—¿Qué enciclopedia?
—¿Fui acaso contratado para esta clase de trabajo?
—¿No se refiere usted a Bismarck?
—¿No le parece bien a usted que lo higa Carlos?
—¿Ha muerto?
—¿Hay prisa? ¿No puedo darlo mañana o el lunes?
—¿Quier e que le traiga el libro y lo buscará usted mismo?
—¿Par a qué lo quiere usted?
Apuesto diez contra uno que, después de contestarle y explicarle cómo debe encontrar los datos y para qué los necesita, irá su ayudante a pedir a otro empleado para que le ayude a buscar a García y que, por fin, volverá diciendo que no existe tal individuo. Pudiera ser que perdiera mi apuesta, aunque, según el cálculo de probabilidades, no debe ser así. Si usted es prudente, no se tomará el trabajo de explicar a su ayudante que lo relativo al Correggio se encuentra en el índice de la letra C y no en el de la K; sonreirá afablemente y contestará: No importa, déjelo; lo buscaré yo mismo. Esa incapacidad para obrar independientemente, esa estupidez moral, esa falta de carácter, esa mala gana para realizar con ánimo un esfuerzo cualquiera, son las causas que alejan el socialismo puro a un porvenir muy distante. Si el hombre no trabaja cuando el resultado de sus esfuerzos redunda sólo en beneficio propio, ¿qué hará cuando el beneficio obtenido deba repartirse entre los demás hombres? Parece que la presencia de un contramaestre, garrote en mano, fuese necesaria, y el temor de que el sábado por la noche lo despidan es lo que mantiene a muchos trabajadores en sus puestos. Publique usted un aviso pidiendo un estenógrafo, y se presentarán, como tales, muchos que no saben ortografía, ni conocen la puntuación, ni creen necesario saberla. ¿Puede tal ayudante escribir una carta a García?
—¿Ve usted ese tenedor de libros? me decía el jefe de una gran fábrica.
—Sí. ¿Qué hay respecto a él?
—Es un buen contador; pero si lo mando a la ciudad a desempeñar alguna comisión, aunque pueda ser que cumpla su cometido con toda regularidad, pudiera también suceder que se detuviera en cuatro tabernas por el camino y que, al llegar a la calle principal, no se acordara ya de la comisión cuyo desempeño se le había confiado. ¿Puede a un hombre así encárgasele algo para García? Recientemente hemos visto manifestarse muchas falsas simpatías por los pobres empleados agobiados en los talleres por el trabajo y el calor, y en favor de los vagos que buscan honesto empleo; y que con mucha frecuencia van esas simpatías acompañadas de duras palabras en contra de los patrones, sin que se deslice una sola frase en favor del jefe, prematuramente envejecido por su constante lucha para obligar a que ejecuten inteligente labor empleados inútiles e ineptos ayudantes, que sólo esperan verle volver la espalda para holgar a su placer. En todo almacén o fábrica se va efectuando una no interrumpida operación de selección y limpieza. El jefe despide continuamente a los empleados que han demostrado su incapacidad para hacer progresar sus intereses y contrata otros. Por buenos que los tiempos sean, esa selección continúa siempre; pero si los tiempos son malos, ella se profundiza y desmenuza más, y los indignas e incompetentes concluyen por desaparecer, comprobándose así la mayor vitalidad y supervivencia de los más aptos. El interés personal aconseja al patrón conservar únicamente los empleados mejores, los que saben llevar un mensaje a García. Conozco un hombre de relevantes cualidades, pero que no tiene habilidad para dirigir un negocio propio. Este individuo, a pesar de sus buenas condiciones, es un empleado inservible por llevar en sí la malsana sospecha de que el superior lo oprime o abriga al menos la idea de oprimirle. No sabe dar órdenes y rehúsa recibirlas. Si se le entrega un mensaje para llevarlo a García, lo más probable es que, considerándolo a usted como un explotador y ávido Shylock, le diga: llévelo usted. Considera a todo hombre de negocios como un bribón y constantemente emplea como un epíteto despreciable el calificativo de "comercial". Actualmente este individuo vaga por las calles en busca de trabajo, y por los intersticios de su chaqueta, raída hasta la trama, sopla y pasa el viento libremente, sin que haya quién se atreva a emplearlo, porque es un verdadero foco de discordia. Es inaccesible a la razón y sólo es capaz de impresionarle la punta de un botín número 44, guarnecido de fuertes suelas. Es evidente que un individuo tan moralmente enfermo, no es menos digno de nuestra conmiseración que un inválido; pero al sentir lástima por él, vertamos también una lágrima por el hombre que procura llevar adelante algún gran proyecto; por aquél que, sin descansar de sus trabajos, aunque suene el pito y toque la campana, ve encanecer sus cabellos en la constante lucha para dominar la crasa indiferencia, la negligente imbecilidad y la negra ingratitud de aquellos que, si no fuera por él, carecerían de pan y de hogar. ¿He expuesto el caso con excesiva energía? Quizá; pero mientras el mundo entero simpatiza tan sólo con los desgraciados, séame permitido dar un voto de simpatía al hombre que triunfa; al que, venciendo grandes obstáculos, ha dirigido los esfuerzos ajenos y por resultado obtiene sólo, como beneficio propio, lo indispensable al más pobre de los mortales: alimento y ropa. He llevado peso sobre mis hombros, he trabajado a jornal y sé que algo puede decirse en pro y en contra de unos y otros. La excelencia no existe "per se" en la pobreza, los harapos no son certificado de honradez y ni todos los patrones son rapaces y exigentes, ni son todos los pobres virtuosos. Mi corazón simpatiza con el hombre que igual trabaja cuando el jefe está presente que cuando no lo está. El hombre que tranquilamente lleva a García la comunicación que se le confió; el que sin hacer estúpidas preguntas, sin abrigar la intención de tirar la carta en la primera cloaca que encuentre en su camino, se pone en marcha preocupándose únicamente de entregarla, ese hombre, digo, nunca se ve despedido ni necesita declararse en huelga para conseguir aumento de sueldo. La civilización no es más que una investigación ansiosa en busca de tales individuos. Un hombre de esas condiciones obtendrá cuanto solicite. El es indispensable en toda capital, ciudad y pueblo; en toda oficina, almacén y fábrica. El mundo ansia poseer individuos de esta naturaleza, porque: se necesita con mucha urgencia y en todas partes al que sepa llevar un mensaje a García.
POR QUÉ LO ASCENDIERON
La escena pasa en una de nuestras grandes casas comerciales. Un empleado maduro pide autorización para presentar una queja al director general.
—¿Qué hay?
—Señor director, ayer ha sido nombrado X para ocupar la vacante de Z. Yo soy 5 años más antiguo que X, y X es 16 años más joven que yo...
El director lo interrumpe:
—¿Quiere averiguar la causa de ese ruido?
El empleado sale a la calle y regresa diciendo:
—Son unos carros que pasan.
—¿Qué llevan?
Después de nueva salida:
—Unos sacos.
—¿Qué contienen los sacos?
Otro viaje a la calle:
- No se ve lo que tienen.
- ¿ A dónde van?
Cuarta salida:
—Van hacia el Este.
El director llama al joven X.
—¿Quiere averiguar la causa de ese ruido?
X sale y regresa cinco minutos después:
—Son cuatro carros cargados con sacos de azúcar, forman parte de 15 toneladas que la casa A. remite a tal parte. Esta mañana pasaron los mismos carros con igual carga, se dirigen a la Estación Central. Van consignados a... El director, dirigiéndose al empleado antiguo:
—¿Ha comprendido usted?

2020/09/07

PAROXISMO QUE LLEVA A LA MUERTE

Hallan muerta a una octogenaria cuya hija tuvo que confinarse por covid. Es el titular de LNE. El Comercio también dedica un espacio al caso, pero en plan institucional, es decir, fuentes oficiales y poco más.
Lees en LNE que la mujer y su marido, evacuado enfermo, vivían en un cuarto piso de la calle Hernán Cortés en el barrio de La Luz de Avilés. Que la hija y el marido de ésta ¡son vecinos de rellano! de la difunta, es decir, de su madre, pero que no pudieron auxiliarla por estar hija y marido confinados por el covid "y, por consiguiente, obligados a guardar un estricto confinamiento domiciliario para no propagar el virus".
A la vivienda de la madre fallecida tuvieron que acceder los bomberos por una ventana.!!!. La hija (vecina del rellano, repite la noticia) avisó a Emergencias de que algo debía ir mal en casa de los padres ya que desde hacía dos días no les cogían el teléfono y no les cogían la bolsa del pan que diariamente depositaban en su puerta. Sigue literalmente la noticia: "A la octogenaria, al parecer, no le agradó que su hija dejara de visitarla a diario y no entendía la poderosa razón que había para ello: el riesgo de contagiarla, a ella y a su marido, de coronavirus". Y a tí no te extraña que le pareciera mal a la octogenaria. Añade ahora el yerno: "Es por eso que cuando el jueves no cogió el teléfono pensamos que se había enfadado".
Esto ocurre por el nivel de paroxismo al que hemos llegado, porque por muy cuarentenados que se esté, las vías de contagio son las que son, las que define la Organización Mundial de la Salud. ¿O creen que se transmite como la radiactividad o la electricidad? ¿No pudieron, adoptando todas las medidas personales de autoprotección y heteroprotección, auxiliar a sus padres ante esa emergencia? Pudieron y debieron porque, ya desde la óptica del Derecho Penal, la evitación de un mal seguro (la muerte de sus padres) es una causa eximente de la causación de un mal hipotético (un contagio). ¿No tenían llave de la casa de sus padres, que tuvieron que intervenir los bomberos?
Querrías que actuara de oficio la Fiscalía e intentara encajar el caso como delito de omisión del deber de socorro.
Actuar contra el paroxismo es ya batalla perdida. Dices "paroxismo" mordiéndote la lengua.

2020/09/05

SALUDOS COVID Y POST COVID

Estás observando dos nuevos tipos de saludos, que de momento son literales pero se acabarán afinando como se estilizó el saludo militar, que del ademán de quitarse la gorra, pasó al alzado rápido de la mano derecha hasta la altura de la sien.

En esta época te encuentras en medio del monte con un paisano o paisana, sin mascarilla ambos, y cuando os cruzáis, dejando un margen de tres metros por lo menos, porque os abrís por si el otro lleva una navaja, rescatáis la mascarilla del codo y os la lleváis a la boca. Crees que, pasado el tiempo, cuando quedemos libres de esta pandemia, este saludo prosaico quedará en un rápido alzado de manos hasta la altura de la boca, como haciendo ademán de taparla. Ese será el nuevo saludo. Ensayemos. Uno arriba, dos abajo, uno arriba, dos abajo. Así.

El otro saludo es urbanita. Como según algún estudio de alguna universidad de Ucrania del Norte se corre algún riesgo de que por mirar directo a otra persona en plena calle pueda escapar algún aerosol, estás observando que la gente ya no se saluda, ni siquiera gira la cabeza, como máximo al llegar a la altura del "saludando" girará rápidamente los ojos como con un golpe de mirada. Ese será otra versión del nuevo saludo: un golpe rápido de ojos pero manteniendo firme el cuello, sin girarlo peligrosamente hacia la otra persona. Por supuesto, sin decir esta boca es mía.