2013/05/31

MAESTROS DE LA REPÚBLICA

Te recomiendan el libro MAESTROS DE LA REPÚBLICA, LOS OTROS SANTOS, LOS OTROS MÁRTIRES, de la periodista María Antonia Iglesias.

No lo abordas con muchas gracia, en parte porque maldita gana tienes de leer atrocidades, y también porque te desagrada el sectarismo de la escritora, creciente con el paso de los años.

El libro cuenta la vida de diez maestros ejecutados durante la guerra civil o en la inmediata posguerra en distintos puntos de la geografía española: Baleira (Lugo), Cangas de Narcea, Fuentesaúco (Zamora), Barcelona, Carcaixent (Valencia), Móstoles, Jaráiz de la Vera (Cáceres), Jerez de la Frontera, Cantillana (Sevilla) y El Arahal (Sevilla). Cada historia es introducida por un prologuista de lujo, o por lo menos, notorio y significado: Xosé Manuel Beiras, Santiago Carrillo, Luis Mateo Díez, Josep-Lluis Carod Rovira, Manuel Vicent, Joaquín Leguina, Javier Cercas, Félix Grande, Almudena Grandes y Luis García Montero.

Son todas historias tristes, que reconstruyen la vida y los últimos momentos de cada maestro. Para ello la autora se entrevistó con las pocas personas que pudieran recordar su vida y las dramáticas circunstancias de su muerte.

Según avanza el libro, se torna cansino, hagiográfico y va perdiendo la tensión inicial, además de que las primeras historias te resultan más cercanas, por ejemplo, la del maestro de Cangas de Narcea. Parece también que las biografías de los primeros son más densas, bien porque sus vidas tienen mayor interés, bien porque las personas entrevistadas para la elaboración del libro, los recordaban mejor.

Tus temores iniciales están justificados.

Pese a tantos reparos, esta tarde tienes pensado acudir a un acto en el que homenajea a un nativo de Llanos de Somerón, que luchó en la resistencia interior una vez finalizada la guerra. Todo sea por profundizar en las historias del concejo.


Como ruptura con esas historias reales o verosímiles, toca leer un libro de evasión (que dicho así, parece de infraliteratura),  Camino de perdición, del leonés Luis Mateo Díez. Te decides por Mateo por dos motivos, uno porque los escritores leoneses te resultan muy cercanos, y dos porque en las últimas reuniones de los jurados del concurso de Cuentos Lena, acuden como miembros dos escritores leoneses amigos y admiradores de Mateo, cuya lectura te recomendaron. Vas a la biblioteca y tomas al azar la obra susodicha, con un título que evoca contrastes y reminiscencias religiosas con el camino de salvación, como el de los mártires laicos y republicanos de María Antonia Iglesias. Por cierto, Luis Mateo era uno de los prologuistas. Los dos libros, el saliente y el entrante, tratan de derrotas, con las que siempre te encuentras más íntimamente identificado.

***

ANEXO:

- La presentación del acto, que fue en Pola de Lena, a cargo del Alcalde, de IU, correcta.
- La segunda presentación, por Gaspar Llamazares, entre correcta y mitinera.
- La explicación del autor del libro, trabajada, densa, buena.
- El público que llenó la sala, cumplidor. Mucha gente de Llanos, alguno de Fierros, bastantes militantes, cargos y simpatizantes de la izquierda regional. ¿Cuando apagará la gente los móviles en cuanto suena el primero?.

2013/05/30

EL INFIERNO SON LOS OTROS, TAMBIÉN EN LOS TRENES

Te comunican que un señor muy enfadado llama al teléfono de atención al cliente para quejarse de que el tren que tiene su salida de Avilés a las 15:18 partió con unos segundos de adelanto.

Como los tiempos avanzan una barbaridad, no tardas en comprobar que el viajero puso su tarjeta sobre los tornos que abren las compuertas a las 15:18:10. Cuando llamas por teléfono al interesado para aportarle ese dato, insinúa que la esfera del reloj marcaba las tres y dieciocho minutos y que el tren ya había salido.

Quizá en lo sucesivo haya que precisar los segundos en los horarios de los trenes, es decir, poner que la salida no es a las 15:18:59  sino a las 15:18:00.

Al comentar el caso al receptor que soportó la bronca telefónica, disculpa al viajero indicando que nadie quiere tener la culpa de nada y te remite a Sartre: “El infierno son los otros”.

2013/05/29

FOROS, ROLES, JUEGOS

Hace unos días se celebraba en Oviedo un juicio, tan culebrón, que no sabes qué se ventilaba realmente. Por importante o interesante que sea, lo que se prolonga mucho o demasiado acaba siendo un culebrón, donde es imposible descubrir la cabeza, la cola y la dirección del movimiento. Era el juicio sobre los defectos constructivos del Palacio Calatrava de Oviedo.

Algún perito de una de las partes manifestó en el juicio que el Calatrava no era seguro, lo que originó la esperable alarma. Podría alegarse que es una declaración sin importancia, que son cosas que se dicen en los juicios en el legítimo ejercicio de defensa, pero también se utiliza para el ataque por aquello de la igualdad de armas. El Ayuntamiento pide esos informes pero de momento se los niegan por estar sub iudice.


Hace menos días un fiscal de la Audiencia Nacional, para sorpresa general, defendió que unos testigos declararan protegidos detrás de una mampara porque tenía información policial de que ETA podía volver a atentar. Un fiscal de la Audiencia no es un cualquiera.

  
En el mundo del Derecho, es conocida la frase “lo que no está en los autos no está en el mundo”. Quiere con ello decirse que por mucho que se sepa una cosa, si nadie la aporta en el juicio es como si no existiera “para el proceso”. Pese a los ejemplos judiciales anteriores, piensas su es posible la analogía contraria: “lo que está en los autos está en el   mundo”.

Hasta no hace mucho era posible que en un orden judicial se reconociera un hecho (que un vehículo había salido de la carretera, por poner un ejemplo) y en otro, se negara. El Tribunal Constitucional zanjó en su día la cuestión con una frase lapidaria y entendible: un hecho no puede existir y dejar de existir para distintos órganos del Estado.

Ese círculo quedó cerrado, lo que quedó abierto es que no todo lo que se dice dentro de la sala sirve para fuera, ni lo que se dice fuera para dentro.

Más recientemente, leías una carta al director de alguien que no se declaraba como cura, pero lo era, y no en una parroquia cualquiera. Escribía a cuento de una polémica, más de mal gusto que otra cosa, sobre el cambio de nombre de las vacaciones de Navidad y de Semana Santa.


En los tres casos anteriores y en otros muchos que la vida puede aportar, no se dice lo mismo en un juicio penal, que en un juicio civil, que en un informe aséptico, ni se utilizan las mismas armas o palabras cuando se ataca que cuando se defiende. El Fiscal de la Audiencia Nacional no es el Ministro del Interior ni juega el mismo papel, pero hoy por hoy los fiscales se rigen, entre otros, por el principio de jerarquía. Tampoco esperas que en una homilía el párroco se exprese en los mismos términos que en una carta al periódico.

Podría pensarse en cambios de chaqueta, en dobles caras, pero también en el menguante valor de las palabras. A lo mejor siempre fue así. Lo que se dice a unos, se niega, afeita o desfigura ante otros. Todo se comprende por los distintos roles que se desempeñan; a veces uno mismo puede jugar distintos papeles según el foro en el que actúe.

Se juega con las palabras y de paso se juega con la vida, en particular si de riesgos de derrumbes se trata.

2013/05/26

ENCUENTRO ANUAL


Después de pasar uno de los mejores momentos del año en el encuentro con los antiguos
seminaristas en casa Fran en Lugones, tienes que dar las gracias a Luis Antonio Alonso Perea porque (me cago en mi puta vida) te llamó a las diez de la mañana para preguntar a qué hora era la cosa y decir que estaba con el camión en la carretera, pero llegó; a Félix Álvarez Gancedo, siempre atento a arreglar los flecos personales que pudieran surgir o quedar; a José Ramón Álvarez Lorenzo, sonriente y discreto; a Eleuterio Ávila Osuna, que vino desde Madrid ex profeso, que pasó a ver a su hermano a Avilés y que tenía pensado regresar por la noche a la capital de España; a Edelmiro Cachero Armayor, que no falla salvo causa de fuerza mayor y asiste con la discreción que se espera de los bancarios; a Fermín Cachero Suárez, que nunca falta a cualquiera cosa que organice alguien del Seminario; a Francisco Javier Fernández Díaz, nomber one de la hostelería en El Nalón, pese a que ese mismo día tenía una comunión de un sobrino-nieto en Madrid; a José Ramón Fernández López, Séchez, que vino también desde Madrid en un viaje relámpago y que si falla es por causa realmente de fuerza mayor; a José María García Amor, al que pusieron la cabeza como un bombo los compañeros que le tocaron en suerte (sería exagerado decir “en desgracia”) esa mañana/tarde y que te reclama que algún sábado hagas un paréntesis en El Fontán y tomes un vino por la zona de Santo Domingo; a Corsino García Gutiérrez, brillante y discreto, si es posible compatibilizar ambos términos, lo mismo que su amigo Manuel García Nieto; Constantino García Velasco, traído por las orejas por su primo Faustino Velasco González, sobrino del antiguo profesor D. Jesús González Lobo (corramos un tupido velo); a Vicente González Salinero, de ideas claras y quién sabe si acertadas o equivocadas, eso solamente se sabe al final de la vida, de los siglos, de los tiempos (te entregó un sobre más comprometedor que los de Bárcenas); a Manuel Iglesias Pereiras, que eligió el lugar y el menú y eso para ti es suficiente mérito; a Primitivo López García, que transportó a Nacho el comunista y se interesó por los que faltaban; a Santos Pando Sánchez, de permanente sonrisa, no sabes si estará igual si se acumulan los impagados de sus trabajos de carpintería; a Hilario Paz García, que mantuvo una dura batalla dialéctica con el carnal pecado (dicho sea con exageración) contra los hedonistas Salinero y Perea; a Hipólito Peláez Álvarez, con la difícil labor de compatibilizar lo que piden el partido y el cuerpo; a Bautista Prieto Álvarez, que después de cuarenta y un años en la Suzuki tuvo tiempo de acordarse, y bien, de su breve pasado seminarista; a Toño Ruiz Gutiérrez, al que la salud y las obligaciones eclesiales le permitieron asistir de principio a fin a un encuentro; a Juan Carlos Saavedra, pasmado entre la radicalidad de la escrachadora izquierda presente y la moderación general; a Carlos Sánchez Cayado, que al finalizar la espicha marchaba para Valladolid a ver a su hijo y nos dejaba la puerta abierta para lo que hiciera falta en Sidra El Gaitero; a Javier Suárez Pérez, que lo tiene todo controlado entre Laviana y Gijón, en particular en su barrio de El Natahoyo; a Juan Carlos Tablón, trabajador de Urgencias en la UVI, al que más vale ver tomando sidra que con bata blanca;  a Faustino Velasco González, del que tan gratos recuerdos tienes de la época en la que algún amigo pasó por su UVI (otra UVI).
 
Queda un cariñoso recuerdo para quienes queriendo estar de corazón, no pudieron: los emigrados en Suiza, Santo Domingo o Ecuador; al que convocaron de urgencia a unas actividades deportivas sabatinas; al guardia civil de tráfico de León; al que está de servicio permanente en El Corte Inglés; al escritor que tiene una presentación ese dñua; al que está de vacaciones en las Islas Canarias; al que tiene que conducir trenes sin cuestionar su rentabilidad; al que bautiza a un nieto; al que le surgió un viaje profesional a Eslovenia para vender garbanzos (¡suerte!); a los que están pasando un mal rato económico o personal; a los que no saben qué decir; a los capellanes de los Hospitales, pendientes siempre del último suspiro, del último sacramento; a los que tienen una excursión programada al monte; a los que no pudieron cambiar el turno en su centro de personas con discapacidades graves; a los que cumplieron sesenta años y lo están celebrando con su familia; al que no sabes qué le pudo pasar para no venir desde Pola de Laviana porque tiene el móvil apagado o fuera de cobertura; al militar de Melilla; al policía de Madrid; al militar de León; al que tiene a la mujer recién operada.  

La comida, buena; la sidra, mejor; los gin-tonics, digestivos; la compañía, óptima; las ausencias…las ausencias siempre se echan de menos.

2013/05/24

PREVISIONES METEOROLÓGICAS Y OTRAS IMPREVISIONES

Si las previsiones meteorológicas que se publicaron durante el fin de semana pasado para los días siguientes no hubieran sido tan persistentemente catastróficas no habrías tenido necesidad de coger el viejo Fiat Uno de tu suegro para ir con tu madre a la compra mensual, médico, farmacia, etc.

(Es necesaria una precisión previa: el pueblo de tu madre tiene unas caleyas tan estrechas en algún punto que no siempre te atreves a llevar tu coche, que libra muy malamente, de ahí que en contadas ocasiones echas mano del utilitario de tu suegro cuando tienes especial interés en llegar hasta la misma puerta).

Las previsiones no se cumplieron pero la logística estaba en marcha, el coche apalabrado, aparcado en tu plaza de garaje desde la noche anterior y dispuesto para en la mañana del Martes de Campo iniciar la ruta mensual hasta las primeras estribaciones del Puerto de Pajares.

Haces la ruta prevista y te las prometes muy felices porque tu madre amasó un bollo de chorizo con el clásico huevo cocido central para que pudieras disfrutar en la capital o en sus proximidades, de la tradición ovetense de la Balesquida.

Cuando faltaban treinta kilómetros para la meta el marcador de la gasolina insistía en sus avisos, pero confiabas en que no tendrías problema para llegar. Estarías a ocho o nueve kilómetros del destino final y punto de entrega del vehículo, Lugo de Llanera, cuando aumentó ligeramente el ruido del motor y coincidiendo con una persistente rampa parecía que al Fiat le costaba mantener la velocidad. Por momentos dudaste si estabas en tercera o en quinta. Pasaste a cuarta, marcaste bien el movimiento de la palanca de cambios para que encajara la quinta y entró, culminaste la pequeña loma e iniciaste el ligero descenso, pero el coche no pasaba de ochenta, el visor de la gasolina seguía fijo, metiste cuarta para intentar ganar potencia, volviste a la quinta, ahora irías a setenta por la autopista, no sabías si seguir por el carril derecho o ir pisando el arcén, el coche no pasaba de cuarenta. Por más que mirabas en el salpicadero, en el volante y en todos los mandos, no dabas con el pulsador de emergencia, irías ya a treinta, por suerte estabas llegando a la salida de la autopista con una tranquilizadora pendiente, no pasarías de quince, igual daba pisar que no, el motor metía un ruido de mil demonios, terminaba la pendiente, final en llano hasta detenerse por posible inanición en el arcén. ¿Quedaría sin gasolina? ¿Calentamiento del motor quizá? Sería cuestión de dejarlo enfriar unos minutos.

Ya en parado conseguiste dar con el indicador intermitente de la señal de emergencia y accionarlo, puf, un alivio. Arrancas el coche pero aquello ni avanza ni retrocede. ¿Dónde estará el chaleco para salir? ¿dónde los triángulos? ¿qué seguro tendrá este coche y dónde estará el resguardo del recibo?

Rindió su último viaje antes de llegar al garaje de confianza, desde donde certificaron que el desguace no sería una alternativa descartable.

Todo por culpa del negativo y errado pronóstico meteorológico. ¿Imprevisión tuya? ¡ca!

2013/05/19

MISCELÁNEA SABATINA

Hoy tu mujer tenia una comida de esas de reencuentro con los nativos de su pueblo, así que tienes libre buena parte del día. Precisas esto para acotar que hiciste algo parecido a otros sábados pero con mayor holgura. Y algún matiz.

Teniendo en cuenta la época del año hace bastente frío para el mes de mayo, ocho grados al mediodía, pero eso no es motivo de peso para quedarse en casa. En casa muere mucha gente, y a lo mejor fuera, si se diera el caso, puede cubrirte algún seguro, así que al Fontán, a catar la sidra y el pincho de picadillo mientras lees el periódico.

Al periódico solamente le echas una somerísima ojeada porque aprovechas el rato de soledad para ultimar la asistencia a la comida anual del próximo sábado con tus antiguos compañeros del Prau Picón: el maquinista que está a turnos no libra ese día; el de las legumbres de Madrid, confirma que sí; el de la imprenta también, y a lo mejor dice la misa aunque está suspendido a divinis porque te comenta una encíclica según la cual el sacramento es indeleble (no como algunas manchas, aclaras); el profesor sencillo y humilde también, pero sin la acordeón que tocaba su suegro (sus artes son otras); el incombustible líder sindical minero tampoco falta; el carpintero de madera y aluminio allí estará; el profesor de autoescuela, lo mismo, lo pillas viendo una carrera de motos porque lo suyo es la carretera;… el resto para otra remesa de llamadas.

Haces otra parada e intercambias unas palabras con el titular de otra sidrería, das y recibes información de contertulios habituales de la barra que figuran en tu árbol genealógico del valle del Pajares: le cuentas que el señor mayor que saludaste hacia la mitad de la barra es un viejo profesor de Matemáticas y de Química y el del bar te indica que no lo sabía, pero que suele tomar un vinín y que no le gusta que haya mucho follón, que si sospecha barullo, se va sin entrar pese a las invitaciones de la propiedad; te cuenta la reciente intervención ocular de otro habitual y haces como que ya lo sabías porque la información es poder; le hablas de otro que tiene a su padre enterrado en el cementerio de Cabezón desde que muriera en el año 1944 en las proximidades de Campomanes cuando conducía una vagoneta; y de tu amigo de Leiguarda, Belmonte, al que verás el próximo sábado.

También te encuentras allí con unos amigos que están de comida porque se confirma un hijo y cuando les preguntas si se confirmó en la fe, te responden que a saber, que el chaval escogió esa parroquia porque era la más animada. Tampoco está mal el marketing religioso, dicho sea sin retintín.

Estás en estas cuando recibes una llamada recabando información de un Jesús Bayón nacido en 1908 en Llanos a quien algún partido o agrupación de izquierdas quiere hacer un homenaje en su pueblo pero no encuentran familiares. Al llegar a casa revisas los datos y tienes anotado que marchó para Sudamérica y que perdió la vida a la vuelta poco después de la guerra.

Ese día, la casa ofrece tres cigalas con cada consumición. Más tarde la propiedad pone otras dos. Aquí se te plantea la duda de la propina, porque cuando ves que el detalle salió del camarero (aunque la materia prima no sea suya), se ganó la propina, pero cuando partió de la casa… En fin, minucias, se ganan la propina y que la destinen como quieran. Ocasionarías un problema contable si dijeras: ahí van tres euros, de ellos 2,40 para la botella, 0,30 para la propiedad (por las cigalas) y 0,30 de bote para los camareros.

Después de comer te llaman desde un hotel para facilitarte algún detalle casero de la convención del PSOE que tuvo lugar hoy en Oviedo. Rubalcaba mantiene el tipo. Jáuregui es muy, muy majo, muy educado, un gran señor (claro, quien llamó es una amiga), Elena Valenciano, una borde. El aspecto se lo da y te alegras de que se confirmen tus temores y tu ojo clínico.

Por la tarde miras las esquelas de León y encuentras una que te parece de un antiguo factor con el que compartiste tus inicios profesionales en la querida provincia fronteriza. Llamas a un amigo para confirmar si es el mismo. Lo es. Haciendo números tenía treinta y siete años cuando lo conociste y te parecía ya un paisano. Siempre os cayó bien, era un tío jovial. Mientras confirmas estos datos con tu amigo y hablas de lo humano y lo divino, tiene que dejar la conversación porque está pendiente de una manifestación con corte de vías en la provincia de  Zamora protagonizada por gentes que seguramente nunca subieron al tren porque si lo hubieran utilizado asiduamente, no se suprimiría el servicio. La vida se adereza con estas gotas de cinismo.

Por la tarde-noche vas a recoger a tu mujer a Lugo de Llanera, donde están tomando la arrancaera. Haces tiempo en otra zona del bar. En la tele están retransmitiendo el festival de Eurovisión pero tú estás más atento a las conversaciones próximas. Cuatro jóvenes de varios sexos (se verá por qué) buscan una palabra para los tíos a quienes les gustan las tías pero que pueden enamorarse excepcionalmente de un tío, ídem con las tías. En el caso de las tías no admiten ser lesbianas, pero tampoco bisexuales. Nadie quiere ser encuadrado en ninguna categoría prefijada, todo el mundo reclama su derecho a la originalidad. La conversación, por lo demás, interesante. Tú como que estabas atento a Eurovisión.

Cuando marchan estos, entra un parroquiano y departís sobre el accidente del Metro de Valencia, sobre las mochilas del 11-M, sobre la crisis bancaria, la forma de echar los culetes de sidra, la necesidad de que las barras se organicen por sectores para que los camareros no atosiguen, los precios de los seguros, las paradas de los trenes en Lugo de Llanera, etc, etc.

Cuando por fin terminó el encuentro y post-encuentro de los lucenses nacidos en la década de los cincuenta y tu mujer te encuentra hablando con este nativo, te preguntó de qué charlabais tan animados si no se habla con nadie. Quedaste un poco pasmado. Por hablar que no quede.  

2013/05/17

MARCO POPILIO

Marco Popilio Onyx fue un ciudadano que en el siglo I de nuestra era habitó en Alicante; él todavía no sabía que iba a ser Alicante. Era en realidad un ciudadano romano que vivió en la Lucentum romana. Conocemos de la existencia de Marco Popilio por la inscripción que en una lápida de piedra se conserva en el yacimiento arqueológico de El Tossal de Manises, en la antigua ciudad romana de Lucentum, que forma parte del conjunto del museo arqueológico provincial. Les invito, por supuesto, a que cuando vayan a Alicante no solo disfruten de sus playas, sino que también conozcan nuestros tesoros históricos. Por esa inscripción sabemos que Marco Popilio era un benefactor de la ciudad; fue un ciudadano que sufragó la construcción de las termas de la ciudad y de un templo que allí se erigía y por ello también hemos de suponer que era un ciudadano rico. En esa suposición es fácil imaginar que Marco Popilio pudo dejar una importante herencia a sus herederos: su vivienda habitual, fincas rústicas o urbanas donde se dedicaba a sus negocios y cuya propiedad era además de todos conocida o, como decían entonces, era vox populi. Quizás también dejó algún dinero, seguramente denarios, en algún lugar celosamente guardado y que solo sus más allegados conocían. Con todo, aun siendo un ciudadano rico y a pesar de tener posiblemente todas esas propiedades, para sus herederos no fue difícil conocer cuál era el caudal hereditario, en qué consistía la herencia.
Como digo, en aquella sociedad, que era avanzada pero en cualquier caso menos compleja que la actual, los bienes eran notorios y evidentes. En los siguientes dos mil años prácticamente, podemos decir que tras la muerte de Marco Popilio, aunque la sociedad y la economía se fueron haciendo cada vez más complicadas, esas circunstancias comunes al fallecimiento y la sucesión hereditaria en cuanto respecta a la identificación de las propiedades o los bienes del difunto no cambiaron demasiado. Como digo, a lo largo de esos veinte siglos era todo bastante evidente y notorio; aparecieron los registros públicos, inmobiliarios y mercantiles, aparecieron las entidades bancarias, en donde se abrían cuentas corrientes, de ahorro y otros depósitos, pero básicamente era todo fácil de encontrar, era todo accesible a los herederos; así hasta los últimos veinte años, señorías. En estos últimos años la aparición de las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación han cambiado radicalmente la manera en que nos relacionamos con el mundo económico. La relación con la sucursal bancaria hasta hace poco era una relación evidente; toda la familia sabía cuál era el banco en donde se guardaban los ahorros y era notorio para los propios empleados de la oficina, que conocían a los clientes, e incluso para los propios vecinos, que se encontraban unos y otros en el patio de operaciones de la sucursal. Pues bien, con la llegada de Internet a los hogares y a las familias esto pasa a ser una relación que se puede gestionar con la mayor discreción; se opera desde casa o desde el lugar del trabajo sin que los empleados del banco nos conozcan y en ocasiones sin que los familiares tengan la menor idea de qué cuentas bancarias tenemos, en qué valores hemos invertido o qué banco o entidad ha ejercido de intermediario financiero. La utilización cada vez más común de estos medios electrónicos y la pluralidad de las operaciones que se pueden formalizar a través de ellos, junto con la discreción que permite su uso, puede hacer extraordinariamente complicado, en caso de fallecimiento, que los legítimos herederos compilen toda la información económica del fallecido, sus cuentas corrientes, sus saldos, sus depósitos, valores, etcétera.

El texto anterior no es de tu cosecha. Lo sacaste al tuntún de una intervención del diputado popular alicantino José López Garrido en uno de los últimos Plenos del Congreso de los Diputados. José, tan contrario ideológicamente a Diego López Garrido, comparte con él apellidos y oratoria. Podría pensarse que no pagamos a los diputados para que den lustre a su retórica, sino para que resuelvan los problemas inmediatos de los ciudadanos, pero también gastamos nuestro dinero en programas basura, insustanciales pinturas o anodinas poesías. Algún diputado merece un minuto de gloria y que se rescaten algunas frases o ideas brillantes de los polvorientos Diarios de Sesiones, donde seguirán por los siglos de los siglos.


Véase la página 34, que trata de la creación de un mecanismo que permita a los herederos conocer los depósitos bancarios y las participaciones en los fondos de inversión. ¡Para lo que hay que remontarse al alicantino Marco Popilio! También serviría la inolvidable frase de Federico Trillo ¡manda huevos!.

2013/05/16

LAS CÁMARAS

Lees el periódico, llegas a la viñeta de El Roto y quedas bloqueado sin poder pasar (de la) página.
 
Te haces la elemental pregunta ¿estás a favor o en contra de las cámaras de videovigilancia? Depende. En realidad las cámaras no son más que un mero instrumento, pero también una simple etapa en el viejísimo debate entre libertad y seguridad.

Las cámaras están ahí, aunque a veces solamente se coloca el aviso reglamentario sin que previamente se haya instalado dispositivo alguno ni el llamativo equipo de plástico conecte con cercanas o lejanas centrales de alarmas. A alguien se le ocurrió clavar el cartel únicamente para disuadir al novato en las artes delictivas.

Sin embargo, nunca se sabe si incluso quien está contra
ellas va a necesitar una grabación: porque se dude del cumplimiento de su horario de trabajo, porque sufra una agresión, porque necesite acreditar una presencia en un lugar y una hora determinados, a veces como ataque, a veces como defensa.


La paradoja es que incluso el acérrimo enemigo tiene que velar por su mantenimiento, sin que quepa alegar objeción de conciencia. Nada nuevo, eso nos pasa a todos varias veces a lo largo del día.

Ante los cambios, admiras a quien es capaz de anticiparse al futuro y adivinar consecuencias, aunque a veces los hechos vienen rodando y rodados, no se sabe desde dónde ni hasta qué lejana meta, si la hay.

2013/05/15

ENFERMEDADES RARAS

Traía hoy La Nueva España a su portada la triste biografía del niño luanquín, víctima de una rarísima enfermedad que acabará con su vida. Es también la amarga historia de sus padres y seguramente de todos los suyos.


Una leyenda, no urbana sino rural, habla de los veintitrés hijos de dos matrimonios de Carlos el de Naveo, pero tu solamente encontraste dieciocho, todos con nombre y un apunte en la vida.

-         José Benjamín
-         Francisco Benjamín
-         José Ramón
-         María Amparo
-         María Felicidad Catalina
-         Ángel Rufino (ahijado de tu abuela).
-         Laurentino Agustín
-         Ramona Pilar Jerónima
-         Patrocinio Ramona
-         María Victoria
-         Jerónima
-         Josefa Delfina
-         María de los Ángeles
-         Felicitas
-        

Algunos consiguieron sobrevivir en España o en América, pero seis murieron sin llegar a soplar ninguna vela, uno con el año cumplido, dos a los dos años, uno a los seis, dos a los dieciocho, otro a los veintitrés…¿Quién sabe de qué a estas alturas? No será objeto de ningún estudio, si acaso servirán para alimentar las leyendas de tiempos lejanos.

2013/05/14

LA RESPUESTA



MACRO Y MICROPOLÍTICA

Lees los siguientes titulares aparecidos en La Nueva España de hoy, que en unos casos se trata de opiniones o declaraciones, en otros son el encabezado de noticias.

Una de las frases la pronuncia un militar. Organizas aquí mismo y sobre la marcha un acertijo para averiguar a cuál corresponde. No esperas una confesión de un militar sobre el bipartidismo, sobre el matrimonio homosexual o sobre el derecho de huelga. Al respecto piensas en las fronteras de la macropolítica, la micropolítica, la simple gestión, y al hilo de ese asunto, dudas sobre qué pueden opinar los militares,  si por ejemplo no sobre el Título II de la Constitución o el resto de artículos de constitucionalidad reforzada, pero sí sobre el resto de las cuestiones.

Titulares:

En el caso de José Couso, España se portó como una colonia de Estados Unidos.

Los tres grupos de la oposición deben pactar porque no funciona el gobierno de Foro.

La nueva Ley de Costas es una vuelta a principios de siglo.

La inversión para atajar las filtraciones en la Variante permitiría acabar las autovías.

La quiebra de la principal comercializadora de carne asturiana agrava la crisis del sector.

El dinero de la UE que la pesca recibió a espuertas acabó siendo pernicioso.



La respuesta, próximamente.

PITAR Y SIMULTÁNEAMENTE FRENAR

Según llegas a la oficina tienes a un señor esperando por una bagatela, porque comparado con su vida, cualquier cosa es una bagatela. La palabra te retrotrae al tránsito entre la adolescencia y la juventud, cuando te afanabas en aprender los rudimentos de la lengua latina. Estudiabas entonces (¡ojo, en el Seminario!) a Catulo como paradigma de poeta, homosexual según se decía, cuyo poema más conocido comienza por los inteligibles términos de “odi et amo”: ese era su dolor y su dilema. Pues bien, en tu curso te tocó leer su serie de poemas “Nugae”, que traducíais entonces como naderías, bagatelas, tonterías, simplezas, esas palabras tan a destiempo cuando dabais vueltas sin parar a la trascendencia de la vida.

Ese señor de la mañana es el mismo que a veces te reconoce por la calle (“Vd. trabaja en la Renfe y venía a hacer fotocopias a Morès”), al que por eso mismo das algo, y las más de las veces esquivas si peligras encontrarlo a deshora, incluso entrada la noche, con la mirada hundida, del brazo de su madre pidiendo una limosna.

Ese mismo, en un breve intercambio de palabras, te indica que es esquizofrénico, que su padre murió en un accidente de tren en El Caleyo en el año 85 siendo obrero de CRISA. Entonces se ilumina esa bombilla que tienes en guardia.

Con alguien autotildado de esquizofrénico hay que andar con pies de plomo. Así y todo le preguntaste mientras hacías como que anotabas unos datos:

-         ¿Su padre era sordo?
-         No, eso dijeron en el juzgado.

Y no quisiste inquirir más.

Entonces se te representó la sala de vistas de la Audiencia Provincial de Oviedo que, como recién licenciado en Derecho, visitabas algunas veces con la única intención de aprender algo. Sin conocer el orden del día, una mañana cualquiera tuvo lugar la vista del juicio por el arrollamiento de un obrero de una contrata por un tren de Cercanías que no paraba en esa estación.

Te quedará para siempre el debate sobre el meollo de la cuestión. Todos los indicios apuntaban hacia la sordera del operario, pero el debate era si el maquinista había adoptado todos los mecanismos de seguridad, es decir, si había previsto que el obrero que estaba trabajando en medio de la vía y no se apartaba pese a los desesperados pitidos del tren, podía ser sordo.

Desde entonces aprendiste la lección y durante años, mientras tuviste que asistir a maquinistas en sus declaraciones en los juzgados, les decías “tu pitaste y simultáneamente frenaste utilizando todos los medios de seguridad, incluido el freno de emergencia”. Si te preguntaban por qué lo de frenar con tantísima antelación, les contabas que nombre y apellidos del maquinista de El Caleyo que resultó condenado por no suponer que el obrero de CRISA podía ser sordo. La indemnización civil la pagó la Renfe, pero la sanción penal la sufrió el maquinista.

Si aquella fatídica muerte colaboró en la esquizofenia de su hijo es imposible saberlo. En cualquier caso,  el asunto que motivó la matinal visita, una bagatela.

2013/05/11

GRACIAS A SÁNCHEZ Y A LOS SÁNCHEZ

Acudes solícito a la capital de España para asistir a una demostración práctica de cómo funciona una nueva aplicación informática sobre grabación de reclamaciones de viajeros. Como eres comprensivo y corporativo, mal (o bien) que te pese, en el estadillo final otorgas una mejor puntuación a los elementos humanos y materiales de la casa que si el curso hubiera sido impartido en y con medios ajenos.

Quizá sin saberlo, el curso pretendió ser un ejemplo de la más clásica ortodoxia marxista: la materia determina la conciencia, o, concretado en el caso, las herramientas informáticas determinan la forma de proceder y la realidad. Si se ajustan a la norma, bien, y si no, es igual, porque lo importante es ir tirando como sea hacia Ítaca, váyase al final a Ítaca o a ninguna parte. Pedalear, pedalear para no caer de la bicicleta.

Cuando la informática alcanza un poder tan preponderante en los procedimientos y en la vida, parece que si algo no lo permite un programa es porque no se “debe” hacer, cuando lo único que prueba es que no se “puede”. La informática trastocó el poder en deber. Que la atención al cliente, la emisión de una factura o la preferencia de un tren sobre otro venga predeterminados por lo que permita un programa informático y no al revés...

Finalizado el curso, te diriges billete en mano a coger el tren de regreso y los sudores fríos llegan quince minutos antes de la salida cuando ya en el andén te indican que aquel billete no vale, que es para ese mismo día del mes siguiente. En casa del herrero, cuchillo de palo. Menos mal que imploraste auxilio y que prestaba servicio en el tren el Sr. Sánchez, que te acomodó y nunca mejor dicho porque te hizo un viaje cómodo y entrañable pese a no conocerle de nada.

El Sr. Sánchez, además de natural de Trobajo del Camino, junto a la ermita, es íntimo de tu primo Fernando, colega suyo en la capital. Lástima que trabarais conversación al final del viaje cuando te dirigiste a él para agradecerle el acomodo. Quedaba demasiado poco para llegar a destino.

Después de una larga vida sindical de ideales y etéreas defensas jurídicas, el Sr. Sánchez confirmó su etimología como hijo de Sancho (que eso es Sánchez, como López es hijo de Lope, y Álvarez de Álvaro), práctico escudero de Don Quijote que resuelve las situaciones sin apelar a los principios generales de los libros de caballerías. Por suerte no aplicó al caso ningún programa informático, porque habrías hecho noche en Madrid, solo, fané y descangayado.

Muchas gracias.

2013/05/08

LA CITA Y LA CITACIÓN, ENTRE EL DERECHO, LA PSICOLOGÍA Y LA PARAPSICOLOGÍA


Acabas de enterarte de que la Audiencia Provincial de Mallorca anuló la citación de la Infanta Cristina como imputada por el caso Noos. Hay quien matiza que anular la citación no es anular la imputación. Se trata de una cuestión de matiz jurídico y enjundia política.

Con otra cita estás tú enredado, que no es caso de imputación sino de citación, de citación a tus antiguos compañeros seminariles. Aquí el matiz oscila entre lo psicológico y lo parapsicológico, porque de ciencia de adivinación se trata.

¿A quien mandar simplemente un correo, o dos, lo tres? ¿A quién llamar una vez, dos o ninguna?

¿Cómo adivinar la intención del africanista, del de los vales de carbón, del taxista de la Cope, del gran hostelero, del de los amortiguadores, de los americanos, del forofo del Oviedo, del reciclador, del escaneador, del diseñador de I+D, del que da esperanza por teléfono mientras su colega reparte hostias en persona, del banquero, del cementero, del de la chispa, del decorador, del de los relojes suizos, del inspector, del psicólogo, de los camioneros, de algún profe, del sofrólogo, del catedrático, del dependiente en paro, del dependiente activo, del ganadero fontanero, del naval, del siderúrgico, del jardinero, del hidroeléctrico, del maestro de ujieres?

Haría falta un parapsicólogo, pero no uno cualquiera sino alguien doctorado en la alta escuela de artes y variados oficios.

2013/05/07

DESPLAZADO

¿Qué sé yo si estos días tendré que contar algo desde Madrid?

2013/05/04

ADOCTRINAR

Procuras no ser demasiado pesado en el envío de correos y bromas a tu lista de contactos, pero de cuando en vez, para que vean que sigues ahí, reenvías alguno que te parece original o simpático y procuras, sin conseguirlo siempre, que sean políticamente neutros, aun reconociendo que la asepsia es imposible porque todos tenemos pre-juicios o ideas subyacentes.

Recibes de un amigo, maestro de un centro público, lo que en principio ves como un simpático vídeo en el que unos niños turolenses cantan un rap en defensa de la escuela pública y en contra de los recortes. Lo reenvías a tus contactos de la enseñanza (se te olvidó alguno), de la pública y de la privada.


Te llegan dos respuestas de sendos docentes de la privada, que te hacen reflexionar sobre los términos doctrina y adoctrinamiento, al indicarte uno de ellos que es una manera de aleccionar a los alumnos en una dirección política, que así se hizo en la antigua URSS  y ahora en Venezuela, y que es una forma de manipular a los nenos.

En principio el término doctrina te parece neutro, un conjunto orgánico de ideas, tal como lo define el María Moliner, pero al combinar la raíz doc (enseñanza) y con el sufijo -ina (como quina y otras dosis concentradas) te acerca a la idea actual de adoctrinamiento, próximo a la manipulación. Enseñar te parece algo así como poner en el mostrador lo que hay, mientras que adoctrinar consiste en imbuir ideas. No es lo mismo enseñar la llamada doctrina cristiana o la doctrina marxista que adoctrinar sobre marxismo o cristianismo.

Crees que tienen razón tus amigos de la privada. Uno tiende a ser tolerante con las ideas con las que más simpatiza, pero todas requerirían un previo análisis radical, es decir, desde la raíz.

2013/05/03

LA ACTUALIDAD INSPIRADORA


Al haber coincidido un año en un jurado de cuentos con un novelista asturiano de cierto renombre y numerosas publicaciones, tuviste oportunidad de intercambiar opiniones sobre la inspiración, las colaboraciones en la prensa y otros asuntos divinos y humanos.

Precisamente al tocar el asunto de las colaboraciones en la prensa, con su colateral faceta económica, enojosa y prosaica ella, mantenía la postura de no tratar asuntos de demasiada actualidad porque si elaboraba el artículo, lo enviaba al periódico, y no lo publicaban de inmediato, corría dos riesgos a cual peor: uno que se lo publicaran tarde, con lo cual sus opiniones podían haber quedado superadas por la actualidad; dos, que no se lo publicaban, con lo que su trabajo no recibía la esperada remuneración. Solución: no escribir sobre materias de actualidad, sino tratar temas intemporales, que ya el periódico buscaría el encaje cuando escasearan los centímetros cuadrados de opinión.

Tú, sin embargo, te ves generalmente incapaz de escribir en abstracto, solamente te estimula el aguijón de alguna esquirla de la vida diaria, de una conversación con un amigo o conocido, de la charla del café, de una observación silenciosa o parlanchina desde la barra del bar, de un penitente que pasa por la oficina, de un correo que recibes, de la musguina con la que te encuentras o que asoma en la pantalla de plasma y te deja plasmau…

Así, a veces vas apilando recortes en una esquina de la mesa esperando próximas ocasión e inspiración, pero el tiempo y el tempo pasan y ya no ha lugar a escribir, por ejemplo, sobre los gastos de representación de los políticos (al hilo nuevamente de los viajes a Madrid de los Alcaldes de Mieres y de Lena), sobre de quién son los historiales médicos y si el cirujano que cambia de clínica se los puede llevar con la disculpa de la reserva ética, o sobre la responsabilidad de los pueblos griego o chipriota mientras vivieron bien a cuenta del descontrol general, o sobre la incongruencia de que los ayuntamientos no puedan hacer descuentos a sus empadronados en los servicios que subvenciona, o sobre las esquelas con cruces y palomas, o sobre los riesgos de la democracia llevada al extremo en una mínima asociación de vecinos, o sobre el imposible cumplimiento de la legalidad esperpéntica en tantos casos de la vida, o…

Cuando estás más inspirado deberías dejar algún artículo intemporal en la reserva, pera cuando el espíritu sople lejos, pero no sabes. Ni siquiera este, que salió sobre la marcha, habiendo tantos asuntos que comentar de la actualidad y de la vida.