2020/07/31

¿PUDIMOS HACER ALGO?

Amigos ferroviarios están circulando una foto de una locomotora de Alsa a su paso por Pola de Lena o por otras estaciones. Algunos la mandan sin comentarios, para que cada uno piense lo que quiera. Otros acompañan frases no muy elogiosas para quienes permiten que esas máquinas circulen. Muchas traducen, en definitiva, un lamento por la pérdida paulatina del histórico monopolio ferroviario.

Ante esto piensas si el ferroviario de a pié pudo hacer algo por evitar esto, es decir, si con otra dedicación, otro ímpetu, quizá otras normas, nadie habría echado en falta una empresa privada en el ferrocarril. A veces estás tentado a dar una respuesta afirmativa, pero si lo
piensas mejor, crees que no. La dinámica externalizadora y privatizadora es imparable en la actualidad.

La forma de trabajar de un directivo público y uno privado son muy diferentes: ningún directivo procedente de la empresa privada consiguió implantar sus esquemas si pasó a la pública y, paralelamente, ningún directivo procedente de la pública se conformó con rellenar el expediente en la privada si no había resultados inmediatos económicamente tangibles. Lo mismo cabe decir del trabajador. Quien trabajó unos años en la pública y pasó después a la privada, o viceversa, se amoldó de inmediato a las nuevas pautas.

El esfuerzo individual o de un pequeño grupo por trabajar de otra forma es incapaz de evitar una foto así. ¿Cabe por eso tirarse a la bartola? No.

2020/07/29

PARADISO, de José Lezama Lima

Paradiso es una novela difícil, cuya lectura requiere concentración, anotar personajes, relaciones y datos que  tengan la pinta de ser relevantes. Unos lo serán y otros no, pero la trascendencia no es posible adivinarla en el acto. Resulta imprescindible ir dibujando un pequeño árbol genealógico para tener clara la familia de José Cemí. Y más adelante, la familia de su reducido grupo de amigos.

Por momentos la lectura resulta fatigante: hay páginas y páginas crípticas ("rastrillaron saltitos en el siguiente cuarto, y los golpetazos del cambio de atril de esquinas angulares a centro de camerata"), otras de una exuberancia desconcertante, incluso con reminiscencias homéricas al describir el entorno pretendidamente mítico de esas familias ("como las hechiceras de Tesalia lograban las más variadas metamorfosis sobre el mismo sujeto, ya la nueva Leticia, la que había salido del sueño había olvidado su etapa harpiada..."). Menos mal que otras páginas permiten un descanso y un avance..

La novela se mueve en dos ambientes bien diferenciados, uno en torno a la familia de Joseíto Cemí, básicamente su padre coronel e ingeniero, su madre y su abuela materna; por otra, los fundamentales amigos que conoce al final de su adolescencia: Frónesis y Foción, de resonancias helénicas, con los que mantienen densos e impensables diálogos a tres o por parejas, incluso con el ruido de fondo de una revuelta universitaria o a las mismas puertas de un examen.

Por sus páginas va pasando la vida en la estancia acomodada del coronel, con el correspondiente personal de servicio; la descripción casi jocosa de acciones rutinarias como la exhaustiva limpieza de una lámpara; el rígido ceremonial de las comidas familiares; el perfilado papel de criollos, vascos o castellanos, la fuerza y el sino de las dinastías; la vida como una partida de ajedrez; las prolijas alusiones a las mitologías europeas y americanas, a la filosofía, a la magia de los números pitagóricos; a  la literatura castellana; también la presencia constante de la homosexualidad y su paradójica relación con la creación y otras creencias míticas; finalmente una realidad mágica y apocalíptica en un bloque final desconcertante, inesperado, enigmático.

2020/07/25

LA LIMOSNA

Gentes seguramente generosas, espléndidas a la hora de dar limosnas a pobres y necesitados, afirman con rotundidad que Europa nos ha dado una limosna. Quizá.
No obstante, uno quiere calcular el tamaño de la limosna. Si echamos una ojeada a los Presupuestos Generales del Estado Consolidados de 2019 el montante ascendía a 449.739 millones de euros. El Estado Español va a recibir durante los próximos seis años una limosna-transferencia directa de 72.700 millones, es decir, 12.116 millones anuales, un 2,69%. del presupuesto.
Siendo la renta media de un hogar español de 29.132 euros, este ciudadano medio, si va a misa todos los días deja en nombre de su familia 2,14 euros a los pobres que piden a la puerta de la iglesia. Si va a misa una vez a la semana, catorce euros y noventa y ocho céntimos. Los días que este ciudadano no pasa por el pórtico, ¡vaya faena que hace a los mendicantes!
Él comparará si Europa fue más, menos o igual de generosa de lo que él es con su clientela. Quizá les regañe, como Europa a nosotros: "Manuel, no te lo gastes todo en vino".

LIBROS PÚBLICOS Y LIBROS PRIVADOS

El  23 de julio se celebró extemporáneamente el día del libro, que toca el 23 de abril, pero en esa fecha estábamos confinados. 

Las librerías (privadas) aplican con ese motivo el tradicional descuento del diez por ciento en las compras. En la librería que más frecuentas, observaste cierta prudente actividad. La gente hojeaba algún libro y no solo lo ojeaba. Uno nunca tiene el cien por cien de seguridad en nada pero cree que nadie se va a contagiar por hojear un libro que otro haya hojeado antes. (Si lo dudas te asaetan: ¿eres médico? Si vieras gente en la UCI intubada no opinarías tan alegremente. Cierto, esos mensajes te acojonan un poco y te hacen agachar y ladear lentamente la cabeza).

La gente deambulaba libremente por los pasillos y guardaba distancias sin necesidad de llevar un metro.

Por contra, a las bibliotecas públicas no se puede acceder libremente. Hay que pedirlo telefónicamente o por internet. Cuando uno devuelve un libro que tuvo en préstamo, ese libro pasa una cuarentena de catorce días hasta que otro lector lo pueda llevar. No es capricho de cada biblioteca regional o local. Es norma nacional. Las bibliotecas, donde se recopila todo el saber, sujetas al paroxismo nacional. En fin.

2020/07/21

CALCULISMO

No tienes ninguna prueba de lo que vas a decir, solamente algunas impresiones. Tampoco sabes si hay algún tipo de encuesta que pueda medir tal cuestión, de difícil estimación por cierto.

La generación que actualmente está en el cénit de su vida laboral o un poco sobrepasado ya, la que, en definitiva, comenzó su andadura en los albores de la libertad sindical (y también de la política, pero quieres hacer especial hincapié en el otro aspecto) desarrolló su actividad en un ambiente muy diferente al de sus padres. Esa generación vivió décadas de avances tecnológicos, cambios organizativos en las formas de trabajar, muchas  más posibilidades de promoción, por supuesto una mayor formación y también una mayor información, donde no siempre una mayor formación se correspondía con la ocupación de puestos de mayor relevancia y la correlativa remuneración.

Esta generación más formada (hablas de la tuya) te parece más calculadora que la anterior, tasa los esfuerzos, escatima los sacrificios porque se enteró de intríngulis y mecanismos de decisión que antes quedaban ocultos en las altas o medias instancias, a donde muchos de ellos pudieron llegar. Las informaciones fluían de abajo arriba pero también de arriba abajo, con lo que el mito del mando y de los porqués se resquebrajaba. Se acaba uno formando la idea de que detrás de las decisiones hay intereses y arbitrariedades.

Las fidelidades fueron quedando arrinconadas: en los seguros, en los bancos, en las compañías telefónicas, en las vidas personales y, cómo no, en las empresas.

De esta forma esos padres un poco triunfadores ya no transmiten a los hijos el valor del trabajo, de la fidelidad. Más bien les incumben que sean calculadores en los esfuerzos, que echen números, que no se pasen en el trabajo, que no sean tontos como fueron ellos...

Si ese consejo se lo dan trabajadores públicos a trabajadores públicos tienen todavía menos pase, tanto los padres que incitan como los hijos que secundan. Crees que, pese a todas las miserias y agravios existentes, por encima de todo hay que pensar en el ciudadano que paga sus impuestos y espera unos servicios. A esos incitadores y/o practicantes del escaqueo te cuesta reirles las gracias. Algunos todavía se permiten dar lecciones lecciones de lo divino y lo humano por las redes. Como si no los conociéramos.


2020/07/20

LECTURA FINALMENTE CABREADA DE LA PRENSA

Es conveniente iniciar la lectura del periódico con el ánimo relajado, con espíritu positivo, pero siempre hay algo que lo tuerce.

Ves, por ejemplo, que el nuevo Director General del Área de Seguridad Ciudadana de Oviedo, responde con contundencia a la última pregunta de una larga entrevista.
-  ¿Qué objetivo se marca a largo plazo?
- Nuestro objetivo es hacer de Oviedo la ciudad más segura de Europa y estamos en condiciones de alcanzarlo.

Anda, que no hay ciudades en Europa. Si esa hubiera sido la primera pregunta, habrías pasado página directamente ante tamaña fantasmada, pero hubo otra antes. Al proyecto de cámaras de videovigilancia en el Oviedo antiguo responde "No vamos a garantizar que no se produzcan acciones delictivas en determinados puntos que consideramos estratégicos, como el Antiguo, pero sí vamos a garantizar que los autores van a ser detenidos en los próximos minutos". Leíste bien: "en los próximos minutos". Y está contratado como técnico, como como político.

Pasas página y el ex alcalde socialista Wenceslao López, para quien la Fiscalía pide nueve años de inhabilitación por prevaricación al haber permitido un mercado en la calle Gascona, carga nuevamente contra la Fiscalía porque con los mismos informes técnicos se está celebrando un mercado similar en la plaza de la Catedral, pero ahora el gobierno municipal es del PP-C's ("el nuevo equipo de gobierno de la derecha extrema de Oviedo", buenoooo). No tienes acceso a tales informes técnicos pero muy mucho te extraña que sean idénticos informes para la estrecha y empinada calle Gascona que para la diáfana plaza de la catedral, y si así fueran, habría que dudar de los técnicos. De todos modos, en este partido lo importante no es cómo empieza, sino cómo termina, pero ocurre que a veces nos entretenemos en llenar páginas con una entrada por detrás, una mano inocua en medio del campo, una trifulca en el banquillo. Hay que esperar al resultado final. Llegado el caso, prórroga y penaltis.

Avanzas de página y lees que el Departamento de Personal del Ayuntamiento de Oviedo descarta expedientar a Anabel Santiago, concejal de Somos y estrella de la tonada asturiana, por haber contratado en su momento con la administración siendo también empleada municipal. Se admite que la falta, muy hipotética, estaría prescrita. Si era hipotética y estaba prescrita ¿por qué el mareo de estos meses atrás y la judicialización y enmierdamiento innecesarios de la vida política?

Sigues leyendo y te encuentras con un artículo del ex librero y agitador cultural Alberto Carlos Polledo Arias, que para contarnos la desgraciada historia de un monumento a Clarín, acaba prácticamente asegurando que ningún concejal del actual equipo de gobierno ha echado una ojeada a La Regenta, obra cumbre del autor. Prejuicios emanados de un sectarismo que no se espera de la mentalidad abierta de un reputado librero, aunque haya concurrido como independientes en la lista de Somos en las últimas elecciones municipales.

Sigues leyendo y llegas a las páginas de la información regional y te encuentras con que los decanos necesitan "unas instrucciones más claras y una mayor coordinación". Hablan de la organización del próximo curso. Estabas en la idea de que un Decano no es un cualquiera. Su posición es muy equiparable a la de un alto directivo y un alto directivo no puede escudarse en esperar unas instrucciones muy trilladas, quizá él mismo no las dé tan trilladas a los suyos. Es lo que todos queremos, que nos den normas absolutamente detalladas para no pillarnos los dedos, pero nosotros nos conformamos con emitir unas pautas genéricas al personal que pueda depender de uno y que se apañen.

Hay más madera, pero hay que contenerse.

2020/07/13

RESULTADO DE LAS ELECCIONES AUTONÓMICAS EN GALICIA Y EL PAÍS VASCO

Como asturiano que cree que las políticas nacionalistas son lo peor para la solidaridad de los ciudadanos que viven en el suelo español, el resultado es pésimo.

Dejando de lado la abstención, que cada uno la interpreta como le favorece, te detienes en el porcentaje de votos.

- En Galicia el BNG pasó de un 8% a un 23%. Quizá habría que considerar que en 2016 las Mareas gallegas de Podemos obtuvieron un 19% de los votos, de los que una parte serían nacionalistas. Aunque se estime en la mitad, el avance pasaría en ese caso del 16% al 23%, muy importante incluso así.

- En el País Vasco, la suma de PNV-BILDU en 2016 obtuvo el 59% de los votos. Podemos tenía en esas elecciones un 14%. En 2020 PNV-BILDU sumaron un 67% de los votos. Podemos obtuvo un 8%. Se da el dato de Podemos por si hubiera un componente nacionalista. En cualquier caso, el avance es enorme.

Que Podemos haya bajado o subido es intrascendente desde el punto de vista de la solidaridad nacional, como lo es que el PSOE se haya mantenido en general en ambas comunidades pese a la crisis del coronavirus.

Desde luego es meritorio que tanto el PP como el PNV hayan revalidado su victoria pese al desgaste de gobernar.

Lo preocupante, sin embargo, es el avance nacionalista. Mucha gente de izquierdas se identifica con ello. Inercias mentales del pasado, crees.

2020/07/07

EL DISPUTADO VOTO DEL SEÑOR CAYO, de Miguel Delibes

Leíste de dos tirones esta novela, entretenida, que es muchas cosas, al menos una parodia de las campañas electorales y un reflejo de la casi extinguida vida campesina, esa que mide el tiempo no por el clásico calendario sino por un olvidado santoral.

- Qué edad tiene usted, señor Cayo.
- ¿Yo? Para San Juan Capistran los ochenta y tres 

Delibes dibuja los avatares, el ajetreo y las ridículas prisas de los cuarteles de campaña de los partidos políticos,que se van a encontrar con la realidad de una aldea conformista y enemiga de las prisas y nada obsesionada por las aspiraciones materiales.

La reducida comitiva electoral se acerca a la para ellos desconocida comarca de Las Hurdes y en Cureño dan con el único vecino. Resulta ser el alcalde y se expresa con los escuetos y típicos giros castellanos (un bozal es; el cárabo es).

En realidad hay otro vecino pero no se hablan. De hecho ni siquiera tiene nombre. Es ese. Hubo otros  con nombre, pero ya todos emigraron o están muertos.

"Como quedar -dijo el viejo indicando con la escriña la calleja- también queda ese, pero háganse cuenta de que si hablan con ese no hablan conmigo. De modo que elijan".

La comitiva, corta pero variopinta, oscila entre quienes miran por encima del hombro al elemental señor Cayo y quienes se rinden ante la sencillez de sus razones. Representan también dos conceptos de cultura, la libresca y la de la vida. En principio, los primeros no tenían otro interés que "poner la chincheta" encima del nombre del pueblo en el mapa de la provincia en el que se marcan los pueblos visitados. Sin embargo, alguna marca les dejó el señor Cayo.

-¿Es que también hace usted con sus manos el pan que come?
- Qué hacer, ¿qué ciencia tiene eso?

***

Dijo Rafa burlonamente:
-¡Joder! En este pueblo todo sirve para algo.
- Natural -replicó el señor Cayo reanudando la marcha- Todo lo que está, sirve. Para esto está, ¿no?.

***

- Increíble, Dani. Él es como Dios, sabe hacerlo todo, así de fácil. Y ¿qué le hemos ido a ofrecer nosotros? Palabras, palabras y palabras. Es lo único que sabemos producir.


2020/07/03

SOLDADOS DE SALAMINA, de Javier Cercas

Cercas novela el proceso de investigación de unos hechos ocurridos hace entonces sesenta años: el destacado falangista Sánchez Mazas, escondido en un bosque, se libra de un fallido fusilamiento colectivo y logra escapar. Es descubierto en su escondite por un miliciano, que le perdona la vida, acontecimiento u omisión, más bien, próximo a lo milagroso. Sentimos en ese momento descripciones minuciosas de quien teme la muerte y a la vez espera la libertad o el canje por otros presos de otros colores. Los hechos ocurren en una Cataluña republicana a punto perder la guerra.

Sánchez Mazas fue el carnet número 4 de la Falange, llegó a Ministro sin cartera de Franco y es el padre del escritor Sánchez Ferlosio. Se tienen noticias de que el propio Sánchez Mazas dejó escritas unas notas que relatan lo ocurrido, que serían el germen de una novela a la que el propio protagonista daría forma. Las pesquisas para dar con la verdad son la columna vertebral de la novela, entremezclado con el proceso de creación de la propia novela que estamos leyendo, por el autor, Javier Cercas. Los papeles se entremezclan hasta el punto de parecer que Soldados de Salamina no solo es la novela de Cercas, sino la de Sánchez Mazas.

La trama avanza entre varios escollos: la creciente dificultad de encontrar supervivientes; que la memoria no haya distorsionado la realidad; la laboriosidad del cotejo de documentos; las complicadas entrevistas con los supervivientes; los avances y retrocesos en la investigación. Se vive con el autor la desbordante alegría de encontrar un dato y la inmensa decepción de una pista falsa. Tuve la certidumbre sin fisuras de que lo que Sánchez Mazas le había contado a su hijo (y lo que este me contó a mí) no era lo que recordaba que ocurrió, sino lo que recordaba haber contado otras veces. Hechos, en definitiva, casi tan remotos como la batalla de Salamina.

Cercas dibuja a Sánchez Mazas como un notable poeta, articulista y  novelista, sin que su talla llegue al tamaño de los más grandes, pero su pensamiento ideológico no ha de ser óbice para reconocer la valía de su obra literaria. Vindicar a un escritor falangista no es vindicar a un falangista sino vindicar a un escritor. Cercas reflexiona sobre la aparente contradicción entre entre las belicosas ideas falangistas y su apolítico y estetizante quehacer literario. Yo había sabido que aquel hombre culto, refinado, melancólico y conservador, huérfano de coraje físico y alérgico a la violencia, sin duda porque se sabía incapaz de practicarla, durante los años veinte y treinta había trabajado como casi nadie para que su país se sumergiera en una salvaje orgía de sangre.

En la balanza se pesan varios aspectos de su personalidad: Siempre fue un hombre esquinado, soberbio y despótico, pero no mezquino ni vengativo, y por eso en aquella época la antesala de su despacho oficial hervía de familiares de presos ávidos de lograr su intercesión en favor de antiguos conocidos o amigos a los que el final de la guerra había confinado en las celdas de la derrota. Nada permite pensar que no hizo cuanto pudo por ellos. Gracias a su insistencia, el Caudillo conmutó por la de cadena perpetua la pena de muerte que pesaba sobre el poeta Miguel Hernández, pero no  la que un amanecer de noviembre de 1940, ante un pelotón de fusilamiento, acabó con la vida de Julián Zugazagoitia, buen amigo de sánchez Mazas y ministro de la Gobernación en el el gabinete de Negrín. 

La novela se estructura en tres capítulos con su correspondiente título.

El primero, Los amigos del bosque, ambienta la situación.

El capítulo central lleva el mismo título que la novela. Antes de marcharse, Sánchez Mazas nos dijo que iba a escribir un libro sobre todo aquello, un libro en el que apareceríamos nosotros. Iba a llamarse Soldados de Salamina; un título raro, ¿no?. En consecuencia, Soldados de Salamina es también el título de la novela que iba a escribir Sánchez Mazas sobre la aventura de su vida y, sobre todo, de su fallido fusilamiento y de la supervivencia en plena guerra civil. Unas anotaciones, una especie de diario de aquellos días servirían de guión, un diario del que desaparecieron algunas hojas. Soldados de Salamina también es la recreación de Cercas de esa novela.

En el último capítulo, el periodista Cercas parece dar con el miliciano que perdonó la vida al falangista. Quizá el relato no es exacto pero es verosímil. La elección tan cuidadosa de las palabras otorgaban a los hechos un suplemento de realidad. Ahí se vive la corazonada de dar con el autor del perdón o de inventarlo. El lector finalmente decidirá su el relato fue verídico o verosímil.

- ¡Chucha, Javier -exclamó Bolaño-. Ahí tienes una novela cojonuda. Ya sabía yo que estabas escribiendo.
- No estoy escribiendo. Contradictoriamente añadí-: Y no es una novela. Es una historia con hechos y personajes reales. Un relato real.
- Da lo mismo -replicó Bolaño-. Todos los buenos relatos son relatos reales, por lo menos para quien los lee, que es el único que cuenta. De todos modos, lo que no entiendo es cómo puedes estar tan seguro de que Miralles es el miliciano que salvó a sánchez Mazas.
- ¿Quien te ha dicho que lo esté? Ni siquiera estoy seguro de que estuviera en El Coller...

Según la novela avanza hacia el final, las frases de van alargando, dejan sin aliento al lector para destacar el valor de los soldados, de cualesquiera soldados que, sin pensar, avanzan haciendo buena la frase de Spengler de que la civilización la salva un pelotón de soldados. Caminando hacia delante bajo el sol negro del ventanal, sin saber muy bien hacia dónde va ni con quién va ni por qué va, sin importarle mucho siempre que sea hacia delante, hacia delante, hacia delante, siempre hacia delante.

(Por cierto, la foto de Robert Capa, extraordinaria. Ceremonia de despedida a los voluntarios de las Brigadas Internacionales. Barcelona, 25 de octubre de 1938).