¿Por qué será? Con esa pregunta se hizo famosa La Bombi -Fedra Lorente- en el mítico "1,2,3 responda otra vez". ¿Por qué será una curiosa coincidencia que uno encuentra en LNE de hoy en declaraciones o artículos de José Luis Bueno de las Heras, Juan Fueyo, Pere Casan y José Ignacio Goirigolzarri? Bueno de las Heras es Ingeniero Químico y habla de historia, concretamente del restablecimiento de la memoria del rector Leopoldo Alas. Juan Fueyo es neurocientífico y habla de Julio César, de Kant, de Dalí, de Proust, de Machado, de Borges. Pere Casan es médico y cita a Hannah Arendt, Eróstrato, la mitología griega, Wittgenstein. Goirigolzarri es el presidente de Caixabank y cuenta que, como cada lunes, tiene previsto asistir a clases de Filosofía en la sede del banco en Madrid, junto a dos compañeros, con los que durante dos horas estudiará las aportaciones a la ética de pensadores como Kant, Ross o Brentano. Goirigolzarri espera mantener esta rutina que ya seguía en Bankia ahora que cambia de banco y que está en plena fusión, «porque la vida no es un tema de tiempo sino de prioridades» y porque «la capacidad de estructurar los problemas que te da la filosofía es total». Nada más que añadir ni comentar. Curiosamente LNE de hoy incluye amplias intervenciones de antiguos vecinos de uno, de distinta vecindad, una la de María Alonso de la Torre, abogada que ejerce fuera de Asturias. El título del artículo explica perfectamente el contenido: "Cuando la política desampara al ciudadano. La falta de acuerdo entre los partidos priva al país de la fortaleza necesaria para superar esta crisis sanitaria y económica". Uno sigue sus artículos por el cariño de la antigua vecindad y como muestra de que la vida es larga y hay margen para evolucionar.
Otro antiguo vecino desgrana la primera parte de sus memorias, el filósofo Alberto Hidalgo, fundador y primer secretario de la Sociedad Asturiana de Filosofía. Por esas casualidades de la vida, uno fue vecino en otro edificio del secretario que sucedió a Alberto en dicha sociedad. Pues bien, el filósofo, que también fue seminarista pero en Valladolid, deja interesantes consideraciones. A la pregunta de en qué consiste la vocación responde esto: "Tiene dos rasgos. Una iluminación, en la que ves tu destino, y una fuerza de voluntad para seguirla. Yo tenía voluntad, pero no veía luces. Eso fue a los 16 años. Estábamos mosqueados casi todos". Cuenta de un profesor que le enseñó muy bien la Historia de la Filosofía. "Tuve con él confianza y escribí una especie de alegato de 80 páginas, investigando lo que era la vocación y mi conclusión personal de que no veía ninguna luz. Lo leyó y me dijo: “Pues no tengo nada que añadir”. Última pregunta: ¿Cuándo se rindió a la falta de vocación?. "Al empezar Teología intentábamos aprender arameo, un militar nos daba Matemáticas y Física, pero mi decepción mayor fue cuando cayeron en mis manos los manuales de teología dogmática, insufribles, con axiomas gratuitos, un constructo en el aire. La carne para mí no fue decisiva, lo fue una decepción intelectual profunda a los 18 años en Logroño". Uno dio muchas vueltas en su momento a esos mismos asuntos aunque no los resolvió con la claridad de Alberto Hidalgo, claridad que expresa en la entrevista más que en otros artículos suyos que uno tiene leído. En una ocasión uno le comentó lo difícil que era entender un artículo que había escrito sobre Mario Bunge. Respuesta: "A mí también me cuesta entender la astronomía y me tengo que..." (uno procura no decir palabrotas).
Se da uno cuenta de que escribe cosas sin orden ni concierto pero encuentra un consuelo en la "Historia de una maestra" de Josefa Aldecoa, que está leyendo estos días. "Contar mi vida... No sé por dónde empezar. Una vida la recuerdas a saltos, a golpes. De repente te vienen a la memoria un pasaje y se te ilumina la escena del recuerdo. Lo ves todo transparente, clarísimo y hasta parece que lo entiendes. Entiendes lo que está pasando allí aunque no lo entendieras cuando sucedió. Otras veces tratas de recordar hechos que fueron importantes, acontecimientos que marcaron tu vida y no logras recrearlos, sacarlos a la superficie (...) No me pidas que te cuenta mi vida desde el principio y luego todo seguido año tras año. No hay vida que se recuerde así".
Volviendo a Goirigolzarri, hoy aparecen entrevistas suyas en todos los periódicos que uno ojeó. En todos ellos transmite la idea de su preocupación por la crispación. De todo lo leído se fijó uno en alguna frase suelta: Sobre la reputación esto: ‘‘Siempre me ha preocupado mucho. Si la sociedad no entiende la utilidad de tu papel, la sostenibilidad es muy difícil. Es evidente que la reputación de la banca salió muy tocada en 2008’’. En cuanto a las ayudas públicas a la banca esto: "No se salvó a ningún banquero, ni a los accionistas, ni al personal, si a los depósitos"
Uno lee una iniciativa encomiable, aunque no vaya a perdurar en el tiempo, ni sería lógico: Un grupo de jóvenes se organiza en redes sociales para limpiar el “Oviedo verde”. La iniciativa, que empezó con una decena de voluntarios en el Naranco, suma otros veinte para recoger basura en Fuso el próximo domingo. Uno camina a veces por el campo y ve la porquería que vamos dejando los humanos. Si uno se para a pensar, la porquería es poca en relación con la cantidad gente que camina por los bosques y no ensucia nada, pero lo que queda es visible y molesto. Uno cree que esa función de los voluntarios debería ser un toque de atención para incluir alguna actuación periódica en los pliegos de los contratos municipales de limpieza.
Nora es el nombre del robot que está previsto que haga el triaje de pacientes en las Urgencias del Hospital Central asturiano. Se le puede pedir que nos hable en español, inglés o asturiano. Alguna vez se publicarán las estadísticas del idioma en el que los pacientes desean ser atendidos. Está uno deseoso de conocer el dato.
Los parques eólicos son notica casi todos los días. Ocurrirá que los territorios en los que se instalen gozarán de algún beneficio, pero los colindantes, si no se instala ninguno ahí, únicamente padecerán el perjuicio estético o visual. ¿Qué pueden hacer? Poca cosa. Hay situaciones en las que se puede hacer más. Por ejemplo, hoy dio uno un paseo verpertino por los alrededores del palacete de la Lila, con jardines bien cuidados y aparentes. La vista desde los edificios próximos es agradable, con una excepción, la parte trasera de unas naves colindantes. Están en perfecto estado pero presentan un aspecto industrial. A los dueños esa estética ni les va ni les viene porque ni ellos ni los clientes de sus negocios entran por esa parte trasera. Los únicos interesados en la mejora visual son los vecinos que tienen esas paredes frente a sus edificios, ¿pero van ellos a costear la pintura de propiedad ajena por aquello de la mejora estética propia? A lo mejor les tenía cuenta. Busca uno alguna similitud con los concejos de parques eólicos vecinos...pero no la encuentra.
Comenta Elvira Lindo en El País la incomodidad que algunas presentadoras, como la experimentada Ana Blanco, sienten en el nuevo escenario de los informativos de TVE, al tener que moverse por el plató. Uno también lo comprueba, en especial, en los informativos asturianos de TVE. A lo mejor con el tiempo ganan soltura, pero uno tiene la sensación de que las presentadoras se sienten ridículas. Uno se sentiría.
Está uno pendiente de cómo evoluciona la pandemia en Gibraltar, con el 70% de sus habitantes vacunados, y relajadas, en consecuencia, algunas medidas.
En El Mundo, suplemento de Salud, lee uno esto: Una buena higiene bucal es capaz de sortear el virus. Al cambio se trata de esto: "¿Previenen el Covid-19 los enjuagues bucales? Recientes estudios en animales han mostrado que los enjuagues bucales que contienen clorhexidina podrían reducir la carga viral de personas contagiadas, ayudando a reducir la propagación. Por el momento están en fase preliminar que deberán mostrar resultados positivos en humanos". ¿Se puede ser más irresponsable?
Titula La Vanguardia: "Los gigantes del mar, acorralados". La imagen del carguero es impresionante, pero este incidente, con ser grave, es el primero en muchísimos años. Según El País, cruzan el canal de Suez 157 buques al día, y aunque se retrase unos días el tráfico internacional, no es nada en comparación con la cantidad de mercancía que se mueve.
Manuel Castells está teniendo una participación oscura en el gobierno, pero es pronto para saber el resultado a largo plazo de su gestión, independientemente de la confusión con Clarín y su hijo fusilado. A uno le interesan sus declaraciones como intelectual, pero también como político, en este caso en La Vanguardia: "Ayuso no es fascismo, pero es populismo de extrema derecha similar al trumpismo".
Analiza La Vanguardia que la voladura de Ciudadanos permitiría al PP desbancar al PSOE como primer partido si captasen el voto ciudadano. Es mucho suponer. Uno cree que si desaparece Ciudadanos, no todo su voto iría a parar al PP. Uno cree que las diatribas de la izquierda con acusaciones de trifachitos y chascarrillos así, pudieron empujar hacia la derecha a votantes de Ciudadanos que estaban más bien hacia el centro.
Lee uno en LNE que el filólogo Fernández-Valdés acaba de terminar la traducción de "Guerra y Paz" del autor ruso Leon Tosltói, y que se trata de la primera traducción completamente nueva en español en más de cuarenta años. No es la primera, pero parece que otras que circulan no se hicieron desde el ruso sino desde la más fácil versión francesa. Uno cree que solo hay dos clases de traducciones, con dos variantes dentro de cada clase: traducciones buenas y traducciones malas; y dentro de estas, traducciones literales y traducciones en lenguaje actual. Uno no cree que pueda haber grandes diferencias entre una traducción buena de hace cuarenta años y una actual. Otra cosa es si la Ilíada se puede traducir en la literalidad en la que estamos acostumbrados o cabe una versión en lenguaje cheli.
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Una mujer de 39 años muere en un accidente de tráfico cerca de Tineo. La madre de Lorena Pérez contaba ayer en el tanatorio que se enteró del trágico final de su hija a la una y media de la madrugada, cuando estaba durmiendo en su casa de Muñás de Arriba. “Vino la Guardia Civil. Me llamaron a la puerta, pero yo no abrí al principio, por miedo a que fuera alguien con malas intenciones. Entonces los guardias pusieron las luces del coche patrulla, abrí y me contaron lo que había pasado. Todavía no puedo hacerme a la idea de que mi hija haya muerto, no acabo de creerlo”. Nada que añadir ni comentar.
Lee uno en LNE que Asturias vacuna más que toda la UE. Estos días de atrás leyó uno alguna estadística de vacunaciones por provincias y parecía que Asturias iba en buena posición, pero uno tiene un grupo de WhatsApp de los compañeros que entramos en la mili-Renfe a la vez, por lo tanto todos entre los 63 y los 65 años y resulta que dos compañeros mandan copias de pantalla de vacunación, una ya realizada y otra inminente, en un caso en Madrid, en otro en Cataluña. Algo se le escapa a uno o alguien miente o uno es un ingenuo al creer algunas noticias.
El Arzobispo de Oviedo, Sanz Montes, mostró el domingo de Ramos su desacuerdo con algunas medidas adoptadas por la Comunidad Autónoma de Asturias. Las declaraciones aparecen entrecomilladas pero, a juzgar por la redacción de la noticia, uno no tiene claro si las pronunció todas en la homilía o después algunas de ellas. En cualquier caso, las dijo. “Hay medidas sanitarias que reconocemos justas y necesarias y con responsabilidad las asumimos, pero hay otras que tienen un calado político con intencionalidad ideológica que extrañamente cercenan las libertades, ponen en alto riesgo la supervivencia laboral de empresas y pequeños comercios y tienen una cruel incidencia en las familias. Ahí están unas y otras medidas. Las primeras nos ayudan a salir adelante en medio de esta pandemia que nos asuela. Las segundas nos utilizan buscando otros intereses que no se confiesan jamás, pero que son fácilmente rastreables. El confinamiento de la libertad de expresión y el desgaste de algunas administraciones que tienen siglas políticas contrarias nos hacen caminar en medio de este escenario con prudencia sanitaria, pero también con espíritu crítico. Sin dar ningún nombre ni ninguna sigla, habría que pensar si estamos construyendo un escenario nuevo tras la pandemia o estamos aprovechándonos de ella para otras cuestiones bien distintas. Un ejemplo muy concreto es el de la hostelería. Habría que mirar al sector como se mira dentro de un teatro o dentro de la misma iglesia. Claro que hay que imponer medidas, pero las adecuadas y razonables. Ahora, otro tipo de medidas que cercena completamente el sector, que puede afectar incluso a su libertad y que cierra un espacio a cal y canto, habría que ver si son o no justas. Yo las cuestiono. En cuanto a la limitación de horarios pasa exactamente igual. Se está pagando un alto precio en las empresas y comercios y sobre todo en las familias, que son las que pagan el pato". Uno, que tampoco está de acuerdo con algunas medidas, no piensa en ellas términos de limitación de la libertad, aunque de facto lo sean, sino que considera que son simplemente inadecuadas o desacertadas. Uno cree que el arzobispo se metió innecesariamente en un charco. Si tuviera conocimiento de que algún cura de de alguna parroquia se hubiera expresado en esos términos, lo habría llamado a capítulo. Por último, llama la atención la cerrada defensa de la hostelería, defensa tan alejada de la moral de otros tiempos. Uno no sabe si en la defensa se incluyen también los bares de la noche, tan próximos algunos a la Corrada del Obispo (esto es una malicia a tono con sus palabras).
Hace un año que murió el pintor Juan Falcón y una profesora lo recuerda ahora. Entonces, cuando se publicó la noticia uno conocía a Juan Falcón de verlo por la calle, con su típico aspecto que delataba un estilo de vida próximo a la marginalidad social y/o mental, pero no tenía ni idea de que era o había sido pintor de brocha fina. Uno lamenta no poder saber de todas las personas originales que pasan cerca. Tampoco de las no originales.
El País lleva a la portada una foto de unas monjas llevando palmas o ramos. Uno se quedó mirando un rato para la foto. La encuentra guapa, armoniosa, lograda. Las monjas -jóvenes- le recuerdan a la Virgen.
Álvarez Cascos publica una rectificación en LNE en desacuerdo con alguna apreciación de alguna crónica judicial. LNE se la tiene sentenciada a Cascos por alguna decisión política que perjudicó al grupo editor en los tiempos en los que tanto mandaba el general secretario. A uno le pareció que LNE mostraba una inquina exagerada con Cascos, pero resulta que sus artes eran absolutamente trapaceras, y se está viendo ahora cómo trabajaba la cabra de los dineros para el bolsillo, lo cual no quita para reconocer que impulsó obras notables en Asturias. El saldo que queda en la memoria, de momento, es que la cagó.
Lee uno en El País que Grecia conmemoró con un desfile militar los doscientos años de independencia del imperio otomano. El País da unas pinceladas sobre Grecia desde la independencia hasta la actualidad. Incide en el considerable porcentaje que se lleva el presupuesto de defensa, precisamente por las malas relaciones históricas con los turcos. !Vaya hipoteca permanente!. A veces cuando uno lee un artículo así se pregunta por qué no se estudió eso en la asignatura de historia. Respuesta: no hay tiempo ni espacio para todo, pero es importante que la base sea buena, para después rellenarla con datos específicos.
Está bien encauzado lo del canal de Suez. Muchos armadores temían rodear África por el riesgo de la piratería. ¿El Gobierno español estaría preocupado? Uno teme que si el Ministro de Asuntos Exteriores y/o de Defensa fueran otros, igual se alegraban de la piratería y no movían una paja: los piratas estarían tomando la justicia por su mano, la justicia del injusto reparto del mundo. Una malicia: a veces la mente vuela.
En El Mundo se fija uno en un artículo de Pedro Simón "Elegir un libro", dedicado a ese instante en el que uno decide elegir un libro y no otro, o incluso piensa en el siguiente cuando está todavía terminando el anterior. Uno no tiene pensado comprar más libros de literatura. Se arregla con los de la biblioteca, y si no tienen las últimas novedades le da lo mismo porque hay material de sobra en las estanterías. Uno lleva consigo en el móvil la lista de los libros leídos y la tiene que repasar porque no es la primera vez que coge un libro ya leído (Soldados de Salamina, por ejemplo). No pasa nada porque uno disfrutó en su momento con la lectura y es capaz de volver a leerlo sin caer en la cuenta de la repetición hasta bastante avanzadas las páginas. No hay problema porque uno tiene la suerte de no recordar los finales. El libro que está leyendo ahora mismo, de Josefina Aldecoa, es una sugerencia de un amigo mierense con el que compartió mesa y mantel (de papel) la semana pasada hablando de la vida, los recuerdos, la literatura, la pandemia,...
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Lee uno en El Mundo un denso artículo del escritor Gonzalo Torné que lleva por título "Beneficio lector". En la entradilla se indica que además de entretener, la lectura de los libros sirve para mejorar a las personas. El problema es que lo que uno intuitivamente entiende qué es eso de mejorar a las personas, no es lo que entiende Gonzalo Torné. "¿Qué entendemos por mejorar o ser mejores? La respuesta intuitiva parece ser buenos, pero, ¿buenos en relación a qué? ¿A un código civil? ¿A una imagen de la bondad? ¿A los diez mandamientos? Parece como si nos hubiéramos saltado la ilustración, y prefiramos identificar los buenos con un puñado de valores católicos (humildad, modestia, resignación...), antes que con el reto kantiano e ilustrado de proponer fines, sin dañar a los demás, para nuestra propia vida; no
dejándonos arrastrar por la costumbre, el hábito, el temperamento o las ideas ajenas. (...) ¿Acaso no es mejor aquel que tiene mayor dominio de sí mismo, una comprensión más precisa de cómo funciona el mundo y de lo que puede exigirle y el daño que puede hacerle si descuida; aquel que disfruta de los recursos intelectuales y emocionales para defenderse y procurarse la vida que anhela? Ser mejor también consiste en ser más preciso, más efectivo y más fuerte; y pocas rutas son más beneficiosas (y de fácil acceso) para templar esa actitud activa que la lectura". No es lo mismo una bondad que otra. Más bien son muy divergentes. Pese a esa fundamental disparidad, intenta uno un experimento fallido y se anima a una prueba casera consistente en mirar los últimos cien contactos con los que se haya cambiado un mensaje de WhatsApp por si fueran un indicador de a quiénes puede uno conocer más. Acto seguido intenta listar quiénes de esos leen o cree uno que leen. Y después quiénes de esos cien, lean o se ignore, son buenos en sentido simplocatólico o en sentido tornékantiano. Ya anticipó uno el fracaso: el autoencargo es desmesurado, pero a lo mejor alguien se anima a probar con sus contactos. La Vanguardia entrevista a Michael Shellenberger, al que presenta como ecologista, o a lo mejor se autodenomina él así. El titular es sorprendente: "No recicle plástico: lo llevan al tercer mundo y allí lo tiran al mar". Defiende, en contra de los postulados clásicos del medio ambiente, que lo mejor es quemarlos. En la entrevista razona sus sorprendentes respuestas. ¿Qué hace uno este miércoles, que toca el cubo amarillo de envases? ¿Sigue separando o lo echa todo al cubo negro?
Por su parte, El País habla de los millones de toneladas de basura en los que se convertirán las placas solares que se vayan retirando. Destaca también las materias primas necesarias para su construcción y los kilos de CO2 necesarios para la producción y el transporte de la infraestructura. En esta noticia echa uno en falta términos comparativos con otras fuentes de energía, pero está claro que no hay ninguna fuente neutra. Hace años la energía eólica no recibía más que aplausos. Hoy se insiste en cómo afea el paisaje, entre otros puntos débiles.
También suscita materia de meditación otro artículo de La Vanguardia: "El imposible diccionario de la paz. La división de las dos Coreas afecta también al idioma al cabo de siete décadas". Cuenta el reportaje cómo dos países que hablaban el mismo idioma, pese a que siguen hablando básicamente igual, los del sur introdujeron anglicismos en su lenguaje, y los norteños 'inventaron' términos como reacción al lenguaje del sur. Sería un ejemplo de lenguaje inducido como instrumento de lucha política y autoafirmación de identidad. A uno le suena a algo que ocurre a mil kilómetros y a cuatrocientos metros (la distancia existente entre el portal y la Academia de la L.lingua).
El País destaca que Interior permite la patada en la puerta contra las fiestas ilegales alegando que aunque no son delito, resistirse ante la autoridad a identificarse sí lo es. A uno le parece una interpretación torticera de la ley porque con esa regla de tres, siempre que haya una resistencia (por muy justificada que sea) se está avalando entrar en cualquier domicilio. Se verá.
En Oviedo se debate qué hacer con el martillo de Santa Ana, un solar de la iglesia a cuatro pasos de la catedral. La iglesia pensó dedicarlo a necesidades propias o a sede de Cáritas o Museo de las Reliquias. Otras voces insisten en que es el lugar idóneo para un museo de ciudad de Oviedo. Los vecinos proponen convertir el solar en un parque mientras se decide el fin último. Uno cree que si se levanta ahí un parque provisional, no hay quien lo mueva. Piensa uno, por ejemplo, en casos de Gijón.
Lee uno en LNE que los vecinos de Bañugues, cerca de Luanco, no quieren cerca de sus casas la proyectada perrera y practicaron el jarabe democrático delante de la vivienda del alcalde. "Ayer por la tarde recorrieron la capital del concejo gozoniego en caravana y tras la jira automovilística por Luanco, varios de los participantes fueron hasta El Ferrero, donde tiene su residencia el alcalde, Jorge Suárez, y tocaron los cláxones durante varios minutos delante del domicilio del Regidor. Los sufridores de ese “escrache” fueron la esposa e hijos de Suárez, pues el Alcalde se hallaba en ese momento en el ayuntamiento". Casi seguro que estos probos vecinos se alarmaron de los escraches que otros próceres de la patria sufrieron. A todo se acostumbra uno. Los gozoniegos antiperrera lo verían absolutamente justificado.
La inminente instalación de Amazon en terrenos de Siero da lugar a opiniones encontradas. El alcalde sierense, aun reconociendo que el empleo a crear, no es de la máxima calidad, al menos es empleo. Añade que si no se instala en Siero se instalaría en otro lugar y que no por no instalarse en Siero, los sierenses van a dejar de comprar en Amazon. Ripa, diputado autonómico de Podemos, cuestiona la instalación precisamente por las presumibles condiciones laborales de los trabajadores. Uno está con el alcalde de Siero. Si la legislación nacional no es prohibitiva, en algún sitio se instalará, en Asturias o fuera y si un color político hace (legítimos) ascos, otro sacudirá los remilgos.
Para LNE no bajar del millón de habitantes en Asturias es un reto demográfico que pretende ser un revulsivo. Asturias supera el millón desde hace sesenta años y la evolución demográfica negativa apunta a esa barrera. Uno tiene intuiciones y dudas en esta materia. Por una parte, no parece concluyente que el volumen de población sea directamente proporcional al progreso económico, ni aun introduciendo el factor de corrección de la densidad. No cree uno que en una ciudad de ciento veinte mil habitantes se viva mejor que en una de cien mil. Entre dos ciudades de cien mil, habría que ver su evolución. Si la ciudad A tuvo hace dos décadas ciento veinte mil y ahora cien mil, y la ciudad B tenía hace veinte años ochenta mil y ahora llegó a los cien mil, las dos tienen cien mil pero parece que la que sube apunta alto. Sin embargo, en tanto las dos tienen cien mil, no ve uno que tengan menos servicios y calidad de vida una que otra. Quizá la que sube sufra una saturación de toda clase de servicios (que tardan un tiempo en dimensionarse) mientras que la ciudad que decae en términos absolutos, disfruta todavía de los réditos del pasado. Sí admite uno que hay un umbral por debajo del cual el nivel de vida decae: cuando se cierra la escuela, la última tienda, el último bar.
