2011/10/31

LA PRESIÓN (IN)CIUDADANA

Al salir de casa, camino del Fontán, ves que continúan esparcidos junto a la alfombra del portal unos cuantos papeles de publicidad que alguien colocó en el suelo para tapar el líquido, quizá un suavizante o un detergente, desparramado sin querer.

Mientras despachas el pincho de picadillo y la botella de sidra no paras de leer noticias de inminentes recortes. Por ejemplo, lees que el Gobierno asturiano va, como mínimo, a retrasar si no a eliminar dos terceras partes de las carreteras incluidas en el plan del gobierno anterior. No discutes que habrá una parte de revancha, pero te preguntas si en el plan anterior no habría habido un exceso de optimismo y otro tanto de cesión o claudicación ante presiones ciudadanas, de sindicatos, de patronales y Ayuntamientos.

De regreso a casa, siguen en el portal los papeles en idéntica posición. Entras junto con otro vecino, que pregunta si no hay portero los sábados.

- Si hubiera portero los sábados, subiría la comunidad.
- Debería haber portero para que limpiara esto.
- Ya, ¿pero estaríamos dispuestos a que subiera la comunidad?
- Esto no puede estar así todo el fin de semana.

Realmente no estamos por la labor de soportar la más mínima molestia. En este caso, es verdad que el vecino causante protegió el mármol con unos papeles para evitar caídas. También es cierto que después de esa primera fase, podía haberlo limpiado, pero quien sabe si tuvo que marchar inmediatamente y dejar aquello empantanado. Démosle el beneficio de la duda. Tampoco a nadie se le caerían loa anillos por limpiar aquello, aunque no haya tenido arte ni parte. Alguien lo hizo. Podrían sacarse otras lecciones del caso, pero no vas a tirar por ahí.

Mientras subes en el ascensor, te vienen a la mente quejas esporádicas que recibes en tu oficina por trenes abarrotados y en unas condiciones que acabas creyendo tercermundistas porque la palabra se incluye sistemáticamente en ese tipo de quejas. Es cierto que algunos días, en algunos trenes viaja gente de pie, pero raramente más de cuatro o cinco minutos. No estamos por sufrir la más mínima molestia. Hay que conseguir más trenes, y si no los hay pintarlos, para evitar esos picos de insoportable agobio. Si por no aguantar el tirón, alguien cede, entre todos se acaba pagando esa demasía. Eso sí, el pueblo astur se pondría a niveles de calidad europeos.

Lo mismo cabe decir de carreteras y autopistas. Nadie quiere permanecer dos minutos en un semáforo. Hay que perforar túneles, elevar puentes, trazar rondas de circunvalación, cuesten lo que cuesten, para evitar las famosas comunicaciones decimonónicas y tercermundistas.

En definitiva, te preguntas si en esta crisis económica disparada y disparatada no se habrá generado en parte por la in-cívica presión ciudadana y también, por qué no, por la debilidad política. Nadie está por proclamar que su programa es sangre, sudor y lágrimas.

Si en una comunidad de vecinos, de números tan comprensibles, no hay conciencia de lo que implica cada petición, ¿cómo detener las crecientes demandas in-ciudadanas de que llegan sin cesar a todos los estamentos?

2011/10/30

LA VIOLACIÓN DE LUCRECIA, de Nuria Espert

En cuanto te lo pida, tendrás que acompañar a tu señora a una obra de su elección, ya que ella fue sin rechistar contigo al Teatro Jovellanos de Gijón a ver “La violación de Lucrecia”, obra de Shakespeare, que Nuria Espert convierte en un monólogo brillantemente adaptado para que ella sola represente sucesivamente todos los personajes.

Si no hubieras entrado previamente en Wikipedia, te habría costado enterarte de que Lucrecia, esposa del general romano Colatino, allá por el siglo VI a. C., fue violada por Tarquino, hijo del último rey de Roma, por lo que Lucrecia se suicida, muerte no del todo inútil, ya que el conocimiento público del delito fue el principio del fin de la monarquía romana.

El trabajo de Nuria Espert es sobresaliente. A su edad, setenta y cinco años, e incluso a cualquier edad, memorizar un papel para, con muy pocos silencios, actuar durante una hora y cuarto, es digno de alabanza, aunque entre los profesionales del teatro se dé por supuesto. Nadie adivinaría su edad a juzgar por la soltura, casi liviandad, con la que camina. Demuestra la gran actriz que es con su facilitad para llenar el escenario, sin repetir esquemas, sacando todo el partido a los mínimos ropajes y cortinajes, con los que juega a lo largo de la obra, que adoptan, como ella, múltiples funciones.

La escenografía, sencilla y simbólica, ayuda a concentrarse en la interpretación de la Espert. Sin embargo, tan brillante puesta en escena oculta el texto, a veces inaudible por los matices de la entonación o por la rapidez en la dicción. Por ese motivo te costó muchas veces seguir el hilo. Te parece que el texto de Shakespeare queda injustamente en un segundo plano.

Por cierto, a tu mujer le gustó más que a ti.

2011/10/29

CARBÓN, VERDADES Y POLITIQUEO

Está la izquierda asturiana (y su prensa panfletaria amiga) sobresaltada y sobrecogida porque la diputada popular María Teresa de Lara, defendió ante el diputado socialista lenense Hugo Morán que el carbón patrio es peor que el extranjero. Armose la marimorena. Sin embargo, se piensa que los tiros van por ahí, pero hay cosas que no se pueden decir.

En esa colección de referencia en los años 70, la Colección Popular Asturiana, de la editorial Ayalga, Juan de Lillo publicó un exitoso libro: Asturias: una crisis permanente. En el capítulo dedicado al carbón lees que la polémica no es de ahora. Ya en 1864 la Armada sacó a concurso la compra de 24.000 toneladas de carbón para combustible con la condición de que procediera de País de Gales, que estimaba de mejor calidad.

El Partido Socialista va a perder las elecciones, además de por la crisis, por empecinarse Zapatero en que no había tal, o que si la había, ya estaban naciendo brotes verdes. Lo malo es que si admitía la mala marcha de la economía, sería el PP quien acusaría de falta de patriotismo.

¿Quién decía que la verdad os hará libres? Mentira, el que dice las verdades pierde las amistades.

2011/10/28

LA TPA

“Se muy bien que en los convites y en los corrillos se reprenden estas demasías y se les desea remedio; más si ven que otro hace la ley y establece penas, ellos mismos dirán a voces que se trastorna la ciudad”. Nuevamente Tácito.

Hace tiempo que oyes, y dices, que la TPA es un dispendio, y tiene que serlo pagar por la Formula 1 y por los derechos de los partidos de fútbol que otras cadenas también emiten, aunque en algún caso, no sean en abierto. Realmente desconoces si en proporción a los telespectadores potenciales del Principado, la Sexta u otras cadenas pagan más per cápita por esos mismos programas. También comprendes que ese gasto, a primera vista superfluo, puede considerarse una inversión si esos programas estrella arrastran audiencia y consiguen que el telespectador incluya la TPA entre sus favoritas.

Sin embargo, ahora que Cascos y el Foro anuncia drásticos recortes, se alborota el gallinero, incluso tú mismo escargataste * algo, hasta firmaste uno de esos manifiestos de solidaridad que circulan por ahí. Les das la misma credibilidad que ese pliego de firmas que te acaba de llegar para que se construyan aparcamientos para bicicletas en todas las estaciones y para que en los trenes se habiliten espacios sin coste adicional. También en otros tiempos firmaste peticiones de indulto para algún compañero. Achácalo a debilidad mental o a ganas de combayar.

Comentas el caso con algún conocido que malvive trabajando en alguna productora. Se alegra de que el Gobierno asturiano cierre la espita, porque trabaja para una de las productoras ninguneadas hasta ahora.

No sabes qué pensar. Por un lado, sin ser para nada un nacionalista, te gusta que exista una tele autonómica, de hecho la sintonizas de vez en cuando por si echan algo cercano, incluso pagarías llegado el caso. Pagarías incluso para que no quitaran Sones, el programa de asturianadas de los domingos, o Asturias en veinticinco, que aunque no los veas tú, los ve tu madre y mientras están en antena, el teléfono está apagado o fuera de cobertura…en ese momento.

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* (escargatar: escarbar las pitas, levantando un poco de polvareda y con escaso

2011/10/27

LA PÍLDORA

Píldora es una palabra sonora. Todas las esdrújulas lo son. Además es onomatopéyica. Te recuerda a un disparo. Acción directa, sin pensar. Disparar. Ya. Fin.

Últimamente te bombardean con píldoras, en este caso, píldoras formativas, llegadas todas por correo electrónico. No sabrías definir en pocas palabras en qué consisten. Pensabas que eran meras ocurrencias. Tu hija te dice que también ella manda a veces píldoras, no formativas, tampoco deformativas. Entonces la cosa va en serio y tú eres un antiguo.

Sigues sin saber qué son las píldoras, así que te ilustras en el María Moliner y resultan ser pastillas de medicamentos. Aquí tienes una preocupación: si te mandan píldoras es porque no estás bien, a lo mejor sufres la enfermedad de la obsolescencia mental. Avanzas, sin embargo diccionario adelante, y te encuentras con la última acepción: tragarse uno una píldora es creer una patraña. Aclarado, pues. No obstante, si el guión exige dorar la píldora, se dora.

2011/10/26

EL ASESINATO DE GADAFI

Nuevamente es imposible decir algo nuevo en relación con la captura, linchamiento y muerte de Gadafi. Te resulta difícil hablar de asesinato porque parece que este término se reserva mentalmente para la muerte de los inocentes, y Gadafi no lo parecía. I-nocente: No nocivo. Gadafi fue dañino según quien escriba historia. Ahora se anuncia la dictadura islámica, y a saber si no sería mejor lo malo conocido.

Por muy dictador que haya sido, Gadafi fue vilmente asesinado y las imágenes causan vergüenza. La muerte de Ceaucescu, antecedente en circunstancias y memoria, solamente te produjo horror.

Te niegas a leer ni una línea de lo que se pueda publicar describiendo las torturas, que por lo visto le infligieron, ni a ver cualquier imagen con que te puedan sorprender la televisión o Internet.

Uno tiene que estar radicalmente en contra de estos asesinatos. Se empieza comprendiendo la situación, y se acaba sin tardar justificándola.

2011/10/24

DUDAS ANTE EL FIN DE ETA

Domingo por la tarde. Por suerte no hay ningún partido de fútbol que te llame especialmente la atención y puedes dedicar un rato a seguir con los Anales de Tácito.

“Este fue el fin que tuvo la venganza de la muerte de Germánico, de la cual se discurrió variamente no solo entre los hombres de aquellos tiempos, sino también en los que siguieron después. Tan inciertas y dudosas son las cosas grandes: mientras unos tienen por cierto todo lo que oyen, otros vuelven en contrario la verdad, y al fin se van aumentando con el tiempo ambas opiniones”.

Unos creen todo lo que oyen y otros vuelven en contrario la verdad.

En tiempos de Tácito no se había inventado el terrorismo, aunque desde siempre las tropas vencedoras saquearon y sembraron el terror entre los vencidos.

Tácito podía estar pensando en la muerte de Germánico y en la venganza, pero tú lees en esas palabras las incertidumbres y las dudas del último comunicado de ETA, sobre lo que poco de original puedes aportar que no haya apuntado alguien: la desconfianza, el miedo, la esperanza, el perdón, el deseo de creer, de intentarlo; el papel de las víctimas y sus familias, la duda sobre si cabe distinguir una actitud diferente en las víctimas vivas o en las familias de las víctimas muertas.

No conoces a ninguna víctima de ETA. Leyendo algún día los nombres de las víctimas, encontraste a Francisco Medina Albalá, asesinado el 22 de junio de 1979 en Guipúzcoa. ¿Dónde estarías entonces para no acordarte? Seguramente en plenos exámenes finales estudiando la Historia del Derecho o el Derecho Natural. No recuerdas que en aquel tiempo te llamara la atención, pese a tener tu apellido, quizá porque entonces eran tantos los atentados y los asesinatos, que no se reparaba ni en el nombre. Eso sin contar con cierto desdén hacia las víctimas o hacia algunas víctimas. Lees ahora quien era. Tenía 33 años, estaba casado y tenía dos hijos. Era de Almuñecar (Granada), residía en San Sebastián y trabajaba en la construcción de viviendas para la Guardia Civil en el barrio de Intxaurrondo. A las 8 de la mañana se dirigía a su trabajo en moto cuando fue tiroteado desde un vehículo por tres terroristas. No es probable que fuerais parientes, pese a que Medina y Albalá son apellidos de la zona del río Cea.

Estás intentando ponerte en el papel más difícil para ellos y para la sociedad, el papel de las víctimas. Lees en un titular, sin profundizar más, unas palabras de Gerry Adams: “La negociación más difícil es la que uno lleva a cabo con los de su propio lado”. Así lo ves. Es difícil que no asome la palabra traición.

Intentas pensar y ponerte en el papel menor de familiar de un ofendido o injuriado cualquiera y parece estar uno más predispuesto a pasar página en las injurias mayores que en las pequeñas, esas que nacen por unas palabras, unos linderos o unos pequeños derechos. Parece que una renuncia ante una gran causa es señal de grandeza de miras, mientras que en un asunto de andar por casa es signo de debilidad, por lo que se hace imposible la comparación para la mayor parte de quienes tenemos la suerte de no estar en el lado de las víctimas, pero tampoco en el de los verdugos.

2011/10/23

PESQUISAS EN EL TELECENTRO

Con sumo gusto te saltas la visita sabatina del Fontán. No hubo lectura de La Nueva España, ni sidra ni pincho de picadillo, ni tuviste que tener cuidado de ninguna gota de grasa en la camisa ni en el periódico. A esas horas estabas tomando unos vinos por Sahagún por aquello de evitar la aglomeración del mercado semanal de pimientos, castañas y baratijas varias. Tocaba dedicar un día a los pueblos de tus ancestros paternos e iba a ser jornada de casualidades. La primera: en el primer bar, con el primer vino, te encuentras una conocida de Pola de Lena.

Ya hace un par de años tuviste intención de recalar en Sahelices del Río y en Castroañe, donde nacieron tu bisabuelo Félix, tu bisabuela Emilia y tu abuelo Simón, pero dedicaste más tiempo del debido a prolegómenos por otros pueblos y se te echó encima la hora. No fue un viaje perdido, porque conseguiste información entonces que te resultó útil ahora.

Esta vez fuiste a tiro fijo. Después de comer en la Plaza, hubo que abreviar la sobremesa, no fueras a pasarte otro año sin cumplir el objetivo principal.

Llegas a Sahelices. Son las cinco de la tarde. No hay casi nadie por la calle pero al menos encuentras a alguien que te encamina hacia el bar, que se llama telecentro. Dicen que de los bares no se saca nada. Bueno, a lo mejor de los bares no, pero de algún telecentro sí. Te diriges al más viejo, hay que ir a lo seguro. Preguntas si hay por allí algún Albalá. Te señala a dos. Uno está jugando una partida de dominó, que deja inmediatamente. Preguntas si sabe en qué casa pudo haber nacido tu bisabuelo Félix Albalá Guerra.
- Precisamente en mi casa.
Ahí terminó la partida. Insiste en que vayas y no te haces de rogar. Mientras tomas unas pastas caseras, te muestra unas anotaciones de los antecedentes familiares, materia prima para su árbol genealógico, que es el tuyo. Lástima de tiempo. Hay que dejar ahí la visita porque Castroañe espera.

No falta mucho para que comience a faltar la luz. En Castroañe el bar está cerrado, pero esté saliendo la gente de la misa del sábado, con la evidente preponderancia de gente mayor, la justa cuenta para que te puedan indicar en qué casa nació tu bisabuela Emilia y su hijo Simón, tu abuelo

Está claro dónde hay que buscar la información: en el bar (o en el telecentro) y en la plaza de la iglesia.

2011/10/19

SOLVE ET REPETE

En latín queda mejor y parece algo, pero traducido a lenguaje castizo es lo mismo que paga y reclama.

Muchas vueltas dio y sigue dando el Derecho Administrativo a ese clásico principio que rige las relaciones entre ciudadano y Administración. Con un ligero matiz, en Derecho Administrativo significaría: paga la multa para poder interponer el recurso correspondiente.

En realidad, sin utilizar ese nombre, muchos sectores comerciales descansan sobre ese principio. Ocurre que el ciudadano consumidor no va de consumidor desde la mañana a la noche. A veces el ciudadano se inviste de la auctoritas (autoridad moral) o de la potestas (poder) o simplemente del imperium (fuerza), que todos esos grados admite la teoría del derecho y de todos necesita el ordenamiento jurídico en mayor o menor grado.
No se ve igual la letra pequeña revestido de la púrpura que con ropa de faena.

Por ejemplo, recibes una queja de un particular pero que escribe desde su dirección de correo de Hidrocantábrico quejándose de que su tarjeta de viaje no funcionó y preguntando qué tiene que hacer en ocasiones sucesivas. Si no escribieras desde la web corporativa te apetecería decir: lo mismo que hace tu empresa, que primero tienes que pagar una factura dudosa y cuestionada si no quieres que te corten el suministro. ¿Cómo le dirás que no hay otra alternativa más que pagar y reclamar, y que se le asegura el reintegro de la demasía? Sí, de acuerdo, tendría que haber fórmulas, pero no las hay.

Cuesta a veces morderse la lengua.

2011/10/18

LA EXPLOSIÓN DEMOGRÁFICA

Todo el mundo tiene derecho a cambiar de opinión, incluso Silvino Lantero, que saliendo de posiciones clásicas de la izquierda llega a donde llega, pero arrepentidos los quiere Dios.

Si otros retroceden y triunfan con la pluma, también tienes derecho a contar historias hacia atrás, comenzando por ese domingo en el que excepcionalmente paseas por el rastro del Fontán y crees encontrar esos dos libros que te faltan de una colección, pero no los coges porque no estás totalmente seguro de si son esos u otros.

El sábado por la noche también habías retrocedido en el tiempo yendo a comer los callos a Pola de Lena, tradición en la que no te prodigas demasiado.

Al mediodía, sorprendiste en el entorno de la catedral a un amigo que casaba (bueno, se casaba ella) a una hija y sacaste unas fotos de tapadillo para dar una sorpresa.

Antes, mientras leías La Nueva España, diste buena cuenta de una sidra y el pincho de picadillo, que tenías bien merecido después del arduo trabajo de colocar un espejo teniendo tan olvidados los conceptos más elementales de la geometría. Una necesaria marcha atrás.

Anteriormente, por la mañana te habías ejercitado en otra rama del saber, la historia. Hay que estar un poco así para ponerse a leer a Tácito, pero te sorprendes de cómo en algunos aspectos las ambiciones y miserias humanas son las mismas ahora que en tiempos de Augusto y de Tiberio.

Volvemos al principio, que es el final. Si eres una persona medianamente culta lo debes a esos libros de bolsillo GT o Grandes Temas (de los que te faltan dos) que la editorial Salvat publicó semanalmente en el año 1973. Uno de ellos era La explosión demográfica. Entonces y durante muchos años, leías que el aumento de la población era uno de los peligros de la Humanidad. Más tarde, con el tiempo, leíste teorías y declaraciones más matizadas. El aumento de la población, de malo pasaba a ser necesario, por ejemplo, si se corría el riesgo de vaciado de una región o un país. No lo tienes del todo claro. Por una parte si una ciudad, una región o un país son polos de atracción, no es mala señal. Es una manifestación más de la oferta y la demanda. La población se desplaza (si hay libertad) hacia los puntos donde las expectativas son más favorables.

El despoblamiento se ve en general como señal de empobrecimiento. No ves que sea necesariamente así. Echas en falta otros indicadores. En caso contrario, habría una regla proporcional según la cual a mayor población (incluso a mayor densidad de población) mayor progreso. Así en Nueva York se vivirá mejor que en Madrid; en Madrid mejor que en Gijón; en Gijón, mejor que en Pola de Siero, etc. y no crees que esa teoría se cumpla.

Como Silvino Lantero, reivindicas tu derecho a la marcha atrás y a la empanada mental, que es la paranoia de la duda.

2011/10/11

ANTE LA MUERTE

De vez en cuando te sacude la noticia de una muerte cercana, por ejemplo, de gente de tu misma edad, que estuvo en tu boda, que se va en quince días y que cuando acudes al Hospital ya es tarde para visitas. Por una parte mejor así.

Recibes la noticia a media mañana. Camino de casa, te encuentras con una conocida, compañera del muerto, que está tomando un vino en una terraza.

- ¿Viste?
- Ya.
- Toma un vino.
- No, soy de sidra, voy a tomar una más adelante (en realidad hoy no toca)
- Estoy con un día de permiso. Cuando me llamaron para decírmelo, estaba poniéndome el chándal para salir a caminar, pero, nada, me cambié y ¡qué leches! a tomar vinos. Quédate, toma uno.
- No, que voy a tomar una sidra por ahí.

Sigues avanzando camino de casa. Te encuentras con el marido de otra compañera y comentáis la noticia.
- Mira, acabo de encontrarme con fulanita y me dice que iba a caminar, pero que visto lo visto, se iba a tomar unos vinos. No sabe uno que hacer.
- Yo creo que es mejor ir a caminar.

¿Qué hacer?

http://esquelasdeasturias.com/fallecidos/17952/esquelas/

2011/10/08

TRANSTRÖMER, POETA DE LO CONCRETO Y ADEMÁS ADIVINO

Hace unos días te enteraste por LA NUEVA ESPAÑA de algo que había ocurrido hace unos días en la estación de Oviedo, cuando por algún malentendido unos viajeros que venía de Madrid y tenían que apearse en la estación central, continuaron a Gijón.

Hoy tomaste en solitario el café mañanero. Como haces de vez en cuando, lees el ABC. Te detienes en la noticia del Nobel de Literatura, que este año recayó en el poeta sueco Tranströmer. El ABC reproduce varios poemas, entre ellos LA ESTACIÓN.

Lees en la prensa que se conoce al Nobel como el poeta de lo concreto. Además de concreto, seguramente será adivino porque predijo algo que ocurriría lustros después en la lejana España, en la brumosa Oviedo.


La estación

Ha llegado un tren. Allí está, un vagón tras el otro,
pero no se abren puertas, nadie baja ni sube.
¿Acaso tiene puertas? Allí dentro hormiguean,
de aquí para allá, seres cautivos.
Por las inconmovibles ventanas observan.
Y afuera anda un hombre, a lo largo del tren, con una maza.
Golpea las ruedas, resuena débilmente. Salvo aquí:
aquí crece el tono incomprensiblemente: un golpe de trueno,
tañido de campanas de iglesia, tono de la vuelta al mundo
que eleva todo el tren y las mojadas piedras del paraje.
Todo canta. Esto lo recordaréis. ¡Continuad el viaje!

Pero ya no está tu padre, que pertenecía a ese equipo que golpeaba las ruedas a medianoche buscando alguna fisura y dejaba que ese sonido se perdiera en las montañas mientras los viajeros intentaban conciliar el sueño o bien contemplaban a la vez el martilleo y la luna en aquel tiempo en el que las ventanillas de los trenes eran abatibles.

2011/10/07

URBANITA CALEYANDO



Además de andar pel Alimerka, caleyaste algo perende, y que los ajenos al bable te perdonen este paréntesis.

Con la barriga más llena de la cuenta, escuchas en casa viejas historias que van saliendo al hilo de la lista de los muertos del siglo XX en Fierros que te quedan por identificar. Se van entrecruzando historias de gente como piños de cerezas: una que no era del todo normal, y que se metió con ella no sé quien en un prau; otro era un pretendiente, entendiendo por pretendiente alguien que la acompañó una vez de Fierros a La Romía; uno que murió de una borrachera en el camín de Naveo, que también tuvo otras pretendederas; y otras historias todavía más irreproducibles.

No habiendo ensayo coral esa tarde, estando tu señora trabajando hasta las tantas, tienes la tarde libre para caleyar...en coche. Te decides por Congostinas, pueblo en el que ¡manda carallo! nunca habías puesto los pies ni las ruedas.

Das un paso por el pueblo. Preguntas a una señora que lleva una ligera carga de palinos para tizar la cocina, por dónde queda el cementerio. Es uno de tus vicios, que compartes con algún personaje de pueblos cercanos. Si Congostinas ya es un pueblo congosto, el cementerio hace honor a su nombre al estar más escondido todavía. Pero antes de acercarte a los muertos, estuviste bien entretenido con unos cuantos vivos.

Desbaratas una partida de parchís que unas mujeres de edad dispar jugaban en la antojana y te invitan a tomar algo. Como son las seis y media entran unos culetes entre historia e historia, no muchos, que había que reemprender pronto el vuelo. Además, malditos kilos, te ofrecían un jamón y un chorizo de una pinta excelente que rechazaste con dolor de corazón y de estómago.

Ya camino del cementerio, te encuentras entre otros con un compañero del Seminario ¡hay uno en cada rincón del mundo! y charláis de los divino y de lo humano junto a la Teyera. Te despiden diciéndote que igual juegas una partida con los muertos.

Al fin llegas al cementerio. No hay cementerios alegres, pero este te da impresión de tristeza cuando ves la tumba casi irreconocible de algún abuelo con nietos de fama, pero sic transit gloria mundi. Es un cementerio en cuesta, sorprendente, desigual, con nichos y lápidas, con tumbas abandonadas a medio construir junto a otras primorosas. Había algo de cierto en la partida con los muertos. En el cementerio hay una mesa de piedra o de mármol. Dentro de unas semanas el cementerio el cementerio estará florido y parecerá remozado.

Cuando marchaste, el coche agradeció las luces.

2011/10/06

ALIMERKA, MERCADONA Y LA FIDELIDAD A LA EMPRESA

Vas con tu madre a la compra mensual en el ALIMERKA de Pola de Lena. A un kilómetro aproximadamente acaba de abrir MERCADONA. Quizá porque lo sabes o porque lo quieres ver, te parece que esta mañana hay menos gente que otras ocasiones.

Tienes confianza con algún empleado y, si antes de la apertura, te habían mostrado su temor, ahora muestran pavor a las consecuencias directas de la competencia. Le preguntas si ya conoce Mercadona y, bajando la voz y ocultando la mirada, te dice que no con un levísimo gesto. No sabe lo que le puede ocurrir si algún responsable de Alimerka ve por Mercadona a un empleado de la casa.

Admiras esa candidez y ese amor a la empresa. Tiene su lógica y su encanto. Si ni los propios empleados compran en su empresa, apaga y vámonos. A veces, sin embargo, y siendo bienpensado, es necesario entrar en el negocio de la competencia para comparar, incluso con la sana intención de importar la idea. Es perfectamente posible en una tienda: puedes entrar en un supermercado, en un concesionario de coches, en una tienda de ropa sin comprar nada, simplemente con la intención de comparar. Más difícil lo tienes si trabajas en el transporte ferroviario: tendrás que consumir viajes en Alsa o en un Alsa Supra o en un vuelo comercial, si quieres valorar lo que ofrece la competencia.

Por otra parte parece que si ves en Mercadona al dependiente de Alimerka, es un traidor, pero si ves al Director Comercial, o simplemente, al encargado de una tienda, está comparando muestras o precios.