2006/10/31

FERNANDO ALONSO: "La prensa pone lo que quiere"

Este domingo, tal como publicaron todos los medios, Fernando Alonso se dio un baño de multitudes. En Asturias mucha gente lo vio en directo en la pequeña plaza del Ayuntamiento o a través de las pantallas instaladas en la plaza de la catedral, algo mayor. También muchos tuvieron oportunidad de seguirlo/le por la retransmisión en directo que realizó la televisión autonómica.
De llamar la atención fue el contraste entre lo reflejado la prensa, casi prensa rosa, con lo que realmente se comentó en los corrillos de amigos y compañeros. Precisamente entre los que lo vieron, lo más comentado fueron las alusiones a la prensa, que ella misma silenció en la mayor parte de los casos. En algún contado caso se reprodujo en el interior, no en vano algún medio le dedicó cuatro páginas y sería demasiado descaro ocultarlo entre tanta paja, pero quedó sepultado entre los ríos de tinta, nada de titulares ni entradillas. Lo contrario fue lo de Periodistadigital.com, que en sus titulares pudimos leer que Fernando Alonso llamaba mentirosa a la prensa, y tampoco era eso. Tocado de la gorra autografiada que dedicó a mi hija, aprovechando que ella no estaba, llevé la videocámara para grabar el momento, pero por imponderables de última hora no llegué a tiempo de coger el buen sitio que hubiera deseado, en la calle Magdalena y me tuve que conformar con verlo de refilón casi desde Sol.
“La Voz de Asturias” es el único periódico que encontré que reprodujo literalmente sus palabras, que fueron estas: "tengo pocas oportunidades de estar y hablar cara a cara con vosotros. Normalmente lo que sabéis de mí lo véis a través de los periódicos y sabemos qué ponen normalmente, ponen lo que quieren. Prefiero hablaros directamente y así nos entendemos mejor”. Eso explica el muñeco que le ponen en Canal Plus, que tiene un fino olfato para dar con lo más caricaturesco de sus personajes.
Las palabras de Fernando se podrá calificar de chulería o de políticamente incorrectas o de ser un desagradecido. Como no se puede repicar y estar en la procesión, no pude ver lo que estaban poniendo en la tele, pero según parece, momentos antes de salir, estaba dialogando con su asesor de prensa. Está claro que sus palabras eran premeditadas y dijo lo que quiso decir. Algún medio apuntó que tenía una chuleta escrita en la mano para no olvidarse de nada.
En este punto estoy con Fernando, con Quevedo y con Tielve, el Ex Consejero de Infraestructuras del Gobierno Asturiano, cuando se enfrentó a Cascos y le sirvió para perder la confianza política, pero ahí quedaron sus obras: la autovía minera y el funicular de Bulnes.
“No he de callar, por más que con el dedo,
ya tocando la boca, o ya la frente,
silencio avises o amenaces miedo.
¿No ha de haber un espí¬ritu valiente?
¿Siempre se ha de sentir lo que se dice?
¿Nunca se ha de decir lo que se siente?.”
Decir las cosas claras suele tener buena prensa entre la gente llana, el problema es distinguir a las personas brillantes, como Fernando, del patán o el faltosu, como era el caso del difunto Gil.
En definitiva, estoy con Fernando en que la prensa pone (muchas veces) lo que quiere, o, por matizar, oculta lo que quiere, y eso sí es des-información.
Solo me queda reconocer que no soy imparcial con Fernando Alonso. Siento un cariño especial por su tía Pilar y por Chema y eso inclina la balanza a favor de perdonarle cualquier pecadillo.

2006/10/29

HOMENAJES, DESPEDIDAS, PÉSAMES Y FUNERALES

Coinciden esta temporada homenajes y despedidas a varios compañeros de la empresa que se prejubilan. Los homenajes y los funerales se parecen en un dato: son despedidas. Los homenajes pueden ser a vivos o a muertos, pero estoy pensando ahora en los homenajes y despedidas a vivos.
Otro día, cuando me acuerdo por tener un motivo directo, me acordaré de por qué se invita a una boda o por que se acude o se declina la invitación.
Aquí va una diferencia: el tiempo que tenemos para decidir si acudimos. En los pésames y funerales el tiempo es breve, veinticuatro horas como máximo. Ahí se decide si vamos o no vamos. En los homenajes de despedida hay más tiempo. A veces se anuncia con un mes de antelación, normalmente con quince días. Al menos tenemos una semana para pensarlo y tres o cuatro días más para dar una última respuesta.
¿Por qué vamos o no vamos? Una nueva diferencia, a pésames y funerales podemos ir no en función del muerto, sino de los vivos que quedan, de su familia, de sus compañeros de trabajo, de tertulia, de aficiones, o en razón de que nos vean. Puede ocurrir algo de esto en el homenaje al jubilado, pero en este caso se examina sobre todo al vivo.
Un nuevo parecido: en uno y otro caso prácticamente acudimos en función de la última relación que hayamos tenido, de tal manera que si fuimos amigos o vecinos o compañeros treinta años y estuvimos separados diez, si la jubilación/fallecimiento trascurre al cabo de estos diez años, las razones para acudir se enfrían. No se examina la vida en su conjunto, se examinan los últimos tiempos.
La economía mueve el mundo. En el caso de los homenajes, hay una razón poderosa que nos decantará para ir o no, y es que la asistencia no es gratis. Razón de más para pensárselo bien.
Ante la muerte de alguien de quien fuimos muy cercanos nos envuelve una cierta nostalgia de lo que hubo y ya no es, algo de pena, quizá algo de culpa ¿por qué se enfrió la relación? A veces hubo una distancia física, un traslado necesario, una causa de fuerza mayor. En otros simplemente un enfriamiento, un alejamiento paulatino, o de golpe pero que no se rehizo, y ese es el que produce un inevitable sentimiento de pena, de tristeza, de nostalgia.

2006/10/28

REINICIO

Este es un inento de recuperación de un blog que no pude continuar porque se me olvidó la contraseña. Esta la apuntaré, al menos al principio, por si no publico mucho.