2021/04/05

DE FACEBOOK (17 y 18 de febrero)

 Cristina Cifuentes, expresidenta popular de la Comunidad de Madrid, quedó absuelta del delito de falsificación documental. Su máster se falsificó pero ella no tuvo la culpa, o no se pudo probar su participación. La sentencia es recurrible, pero nada que decir. La presunción de inocencia juega cuando nos parece bien y cuando nos parece mal. El caso pintaba oscuro para ella, pero los jueces no juzgan el caso de los perfumes sustraídos años atrás sino si ella participó en la falsificación. El abogado tuvo que hacer un buen trabajo. Pagan el pato unas pardillas, que tampoco eran unas don nadie, pero nunca esperarían verse implicadas en este follón, que les va a costar caro personalmente. En el mundo del derecho es prácticamente igual que la sentencia absuelva por presunción de inocencia que por declarar que los hechos ocurrieron de otra forma. Del reproche social no se libra. 

A algunos lobbies y a algunas organizaciones empresariales no les gusta el resultado de las elecciones catalanas: "Con un gobierno tan radical nacionalista difícilmente habrá más inversiones". Uno cree que al empresariado el nacionalismo le preocupa poco. Siempre preferirá mercados territorialmente grandes, con normativas homogéneas, que territorios atomizados cada una con sus normas, lo que obliga a las empresas a aumentar los costes de adaptación a cada particular normativa territorial. También le preocupará el período transitorio durante el cual se crean nuevos estados, pero una vez asentados, la empresa que marchó vuelve si le ofrecen ayudas para el asentamiento. Pelillos a la mar. 

Dice el País en un titular que condenaron a dos mujeres por asediar la casa de Iglesias. En el texto se lee que se resistieron a un guardia civil con patadas e insultos cuando les ordenaron salir fuera de la zona de seguridad del vicepresidente. No es lo mismo. 

Pablo Hasél no cumple de buen grado una sentencia condenatoria. La Asociación de Vecinos de Santa Eulalia de Manzaneda anuncia que no piensa pagar el canon de la Sociedad General de Autores. Estará uno atento. La resistencia a las normas que se consideran injustas (sean o no) es una manera de cambiarlas. Si todo el mundo las cumpliera, no cambiarían nunca porque no se vería la necesidad. Es raro que los poderes públicos modifiquen algo que les parece que funciona, y les parece precisamente por el aquietamiento a la norma. Uno quedó a cuadros una vez que un delegado de la SGAE se presentó en el Auditorio de Oviedo a levantar acta de que el coro en el que uno cantaba iba a interpretar una serie de canciones protegidas por derechos de autor. No recuerda uno en qué quedó aquello pero coincide mucho por ahí con aquel inspector de la SGAE. El concierto o era gratuito o benéfico a favor de alguna causa. En cualquier caso, cuatro amigos. Uno cree que los autores tienen derecho a obtener algún rendimiento económico de sus creaciones, pero las tarifas existentes ahogan a las asociaciones sin ánimo de lucro. Claro que si las tarifas fueran más reducidas encarecerían proporcionalmente los costes de gestión. No lo ve uno claro. Los escándalos pasados de la SGAE no favorecen la solidaridad hacia los artistas. 

La Sexta llevó de calle la noche electoral catalana. La Secta, dicen los WhatsApp que recibes de la derecha montaraz. Uno cree que incluso los simpatizantes de la derecha montaraz siguieron el programa por la Sexta porque, independientemente de los comentaristas que lleve, la infografía de sus programas es muy nítida y atractiva, a veces con tres bloques de textos informativos, además de la propia imagen y la voz. También le hace a uno gracia que Ferreras llame 'Pastor' a su mujer. Sus gestos son ya un icono. 

Candás se prepara para el rodaje de una película que parcialmente se desarrollará sobre terrenos ferroviarios de la antigua Feve, y posiblemente se grabe alguna escena del tren Transcantábrico, uno de los trenes de lujo de Feve, ahora Renfe. Renfe tenía y tiene otros trenes turísticos. Hay quien dice que no se quisieron potenciar estos trenes de vía estrecha. A uno se le escapan los números. No obstante, las integraciones son muy complicadas y las largas transiciones no ayudan. Uno ve inconcebible que ocho años después la permeabilidad no sea absoluta. Lo bueno, o por lo menos lo regular, fue que ese lento fluir pudo generar resquemores, pero no traumas. De todas formas, estas cosas no se ven igual en Madrid que en Oviedo que en El Berrón, ni siquiera a ambos lados de las vías. 

Este jueves Amazon explicará su inminente proyecto logístico para Bobes (Siero) a los grupos parlamentarios asturianos. Cada uno de los partidos tendrá un encuentro de media hora con representantes en España de la multinacional y ante el Vicepresidente. Son seis grupos en la Junta. Van a estar desde las nueve hasta el mediodía. Uno se pregunta por las ventajas y los inconvenientes de reuniones separadas y no por una reunión conjunta. ¡La oposición diría que con luz y taquígrafos! O no, a lo mejor la oposición (de derechas) se suma a la discreción que demanda la empresa. Para la empresa resulta más cómodo montar seis reuniones. Llevará una única presentación en PowerPoint y las preguntas que les formulen unos y otros serán parecidas y a la sexta reunión les parecerá un déjà vu. La oposición de izquierda preguntará (tímidamente) por la organización del trabajo. Si preguntan muy duro, igual espantan a la multinacional. Las entrevistas separadas evitan el postureo de los partidos y las preguntas para la galería contraria. Uno cuando quiere saber algo no lo pregunta a un grupo, lo va preguntando persona a persona si es posible. Quizá Amazon haga lo mismo. 

Por cierto los vecinos más próximos a la zona donde se ubicará el aparcamiento de camiones no están tan contentos por las molestias que tendrán día y noche, camiones maniobrando marcha atrás con el beep, beep, frenazos, sustos. Uno cree que Amazon debería colocar en la empresa al más joven en edad laboral que encuentren en cada casa afectada: tendrán paz social durante cuarenta años y los ruidos y los humos no molestarán tanto.

Hace unos días murió Blanca Álvarez, escritora feminista. Firman necrológicas la Consejera de Educación Carmen Suárez, la filósofa Amelia Valcárcel, y Gloria Nieto (Asociación Feminista de Asturias). Destacan su tenacidad y su genio. Las biografías no inciden en ello pero uno coincidió fugazmente con ella en la Facultad de Derecho y entonces desconocía que fuera escritora o que comenzara a serlo. Uno puede hablar únicamente de sus prisas, pero estaba uno a uvas. ¡Ah, y su hija nació a unos metros de la de uno el mismo día!. Las biografías tampoco conviene que lo pongan todo.


Olena Kosenko, es una ucraniana -o ucrania- que acaba de escribir un libro relatando su experiencia de inmigrante. Dejó sus hijos gemelos allí cuando tenían tres años y no los trajo hasta que tenían nueve. Una vez aquí, recién llegados ocurrió algo: "Una tarde jugaban con unos patinetes en un parque de Pumarín; la equipación protectora era un tesoro para ellos y la dejaron perfectamente embalada en un banco. Una niña se la llevó. Los pequeños, que apenas hablaban español, no se la pidieron y se quedaron sin aquellos regalos. 'Les dije que deberían haberlo pedido, pero también entendí cómo se sentían'". FIN. El extranjero como enemigo, pero visto desde otra óptica, es decir, el nacional como enemigo. 

En El País se ve una foto del presidente saludando militarmente vestido de civil. A uno le chocan estas costumbres americanas.

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Así termina "El Buscón", de Francisco de Quevedo y Villegas: "La justicia no se descuidaba de buscarnos; rondábamos la puerta, pero, con todo, de media noche abajo, rondábamos disfrazados. Yo que vi que duraba mucho este negocio, y más la fortuna en perseguirme, no de escarmentado —que no soy tan cuerdo—, sino de cansado, como obstinado pecador, determiné, consultándolo primero con la Grajal, de pasarme a Indias con ella, a ver si, mudando mundo y tierra, mejoraría mi suerte. Y fueme peor, como V.M. verá en la segunda parte, pues nunca mejora su estado quien muda solamente de lugar, y no de vida y costumbres". Espera uno que a Pablo Casado le vaya mejor en la mudanza de Génova 13.

 Mira y remira uno la viñeta de El Roto en El País y después de varios minutos de reflexión infructuosa, no llega a ninguna conclusión. Le da uno vueltas a esa libérrima decisión de cambiar de sexo y autodeterminar el género, y de paso determinar derechos y obligaciones propios y ajenos, afirmación que se recibe y percibe con perplejidad. ¿Entonces si ella cambia el sexo, su marido sigue siendo su marido pero reformulando derechos y obligaciones dentro del matrimonio? Se mete uno en un bucle del que únicamente sabe escaparse cambiando de tema. Vamos allá.

 El fotógrafo estaba allí. Si disparó a los atletas sin saber si Piqué iba a agarrar a Mbappé o si ya intuyó en directo la plasticidad de la imagen lo sabrá él, el fotógrafo Joan Monfort, de la Agencia AP. Uno ve reflejada la impotencia de equipo y jugador a la vez que se dibujan unas perfectas líneas paralelas entre la pierna y el torso de defensor y atacante, la mirada de Piqué perdida y desesperada, la de Mbappé concentrada en la pelota mientras el blanco negro intenta zafarse con pies y manos del azulgrana.

 Sigue uno con el fútbol. Un futbolista del Real Oviedo, Christian Fernández, está a punto de alcanzar la renovación automática de su contrato al haber participado en el número de partidos contractualmente establecidos. De los actuales jugadores en activo del Oviedo es el que más veces vistió la camiseta: 163. Pese a ello, es posible que se encuentre uno por la calle con Christian y le pase desapercibido. Revisa uno la lista de los futbolistas que más veces jugaron con el Oviedo y reconoce el rostro de los quince primeros y de otros quince más. Hoy día los futbolistas duran pocos años en los clubes y los aficionados no tienen tiempo de identificarse con ellos.

 Susan Fanstein, investigadora, publica en El País un artículo en el que medita en voz alta sobre cómo combinar el turismo con el respeto a los residentes y la adopción de medidas de contención que no sean antidemocráticas. A uno no le molestan los turistas en su ciudad. Dejan dinero, dan alegría y uno se entretiene observándolos, que es como si se observara a sí mismo. Le gusta uno a mucho estar dentro de un bar y ver con qué cara se asoma un turista al interior, una mirada rápida a las mesas, a los camareros, a la clientela; puede hacer una seña a su acompañante y decir con la cabeza 'entramos' o puede desistir. Si uno fuera el dueño estaría tentado de salir corriendo y preguntar al visitante, "¿oiga, qué fue lo que no le gustó?". A lo mejor la respuesta era: "No quería sentirme observado por ese señor calvo". Uno se ve también de turista cuando cambian/cambien las tornas. A veces acertar es cuestión de suerte.

 El Tribunal Constitucional acepta la renuncia de uno de sus miembros de participar en la sentencia del procés. En una conferencia en Granada en el año 2017 Antonio Narváez comparó lo de Cataluña con el 23-F. Hizo bien porque sería un motivo de recusación y de impugnaciones y más retrasos. Por una parte la sociedad quiere escuchar a los jueces, esos seres superiores que tienen la última palabra. Por otra, estos tienen que ser tan extraordinariamente comedidos que sus conferencias pueden ser harto frías y profesorales. El propio juez tiene que buscar el equilibrio. En caso de duda, abstenerse de entrar en terrenos resbaladizos.

 Lee uno en LNE que se produjo un frenazo en la vacunación del covid por la indecisión sobre los grupos prioritarios. Y que las denuncias de irregularidades por saltarse los turnos siembran dudas en la estrategia, cayendo a la mitad el ritmo de 15.000 dosis por semana. Es lo que ocurre si se pretende que todas las decisiones se tomen en asamblea y por mayoría cualificada. A uno le gusta el dicho de que lo mejor es enemigo de lo bueno. No todo se puede someter a procedimiento y que no haya excepciones. No es razonable que el criterio sea que se vacunen todos los de 89 años desde Vegadeo hasta Colombres y después los de 88, y después los de 87,pero toditos, sin excepciones. Y después los hipertensos, y después los diabéticos. Por pura cuestión práctica si vas a vacunar a un pueblo a un señor de 89 años y en esa misma población hay otro de 82 y un diabético de 60 se aprovecha el viaje. Hace falta sentido común y que los políticos de la oposición no den excesiva cancha a estas minucias.

 Publica LNE que el año pasado aumentó la recogida selectiva de basura orgánica (cubo marrón) en Asturias. Uno, sin embargo, es pesimista por lo que ve alrededor. Para que este barco de la recogida selectiva llegue a buen puerto hace falta que el engranaje fu
ncione perfectamente, pero uno ve la botella medio vacía. No siempre se recicla en las propias casas. No se quiere sufrir la molestia de guardar en casa un día el tipo de basura que no toca en esa fecha. Si se selecciona, no se mete en bolsas de los colores adecuados, por ahorrar las familias unos céntimos en bolsas específicas. Los cubos comunitarios pueden resultar insuficientes, por lo que quedan algunas en el suelo. Los operarios de los camiones trabajan con prisas, con iluminación deficiente que no permite ver claramente el color de las bolsas...Uno no ve que sea posible avanzar solo por las buenas. Si fuera técnicamente posible, uno sugeriría que se volviera a mezclar todo y que lo separen las máquinas ya que los hombres no somos capaces.

 Aumenta el clamor para soltar a Riopedre, el exconsejero encarcelado de 81 años. Uno de los requisitos para la excarcelación es reconocer el delito. Riopedre sigue insistiendo en que es inocente. Es imposible a esas edad no ser terco. Riopedre anecia.


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