2021/04/14

DE FACEBOOK (7 y 8 de marzo)

 

Se anuncia en la portada de El País: "No son los bares, es lo que ocurre dentro". En contra de la estadística oficial de que en los bares solamente se produjo poco más de un dos por ciento de los contagios, otros estudios arrojan datos bien diferentes. Por ejemplo, es revelador el hecho de que en Cantabria los camareros signifiquen el sector con más bajas laborales. En el caso de Asturias, la actividad hostelera se cierra a las ocho de la tarde, con gran dolor de uno, que no iba a salir todos los días pero alguno sí. Los hosteleros (y el alcalde de Oviedo) señalan que si se abre hasta las ocho, por qué no se puede abrir hasta las diez, que la posibilidad de contagio es la misma. Si se permitiera hasta las diez pedirían hasta las once. Cuantas más horas de actividad existan en cualquier sector, más probabilidades de contagio hay. No vale decir que los contagios aumentan si se reducen las horas de apertura porque se concentra la misma actividad en menos horas, porque para eso está el control de aforos, y si no puedes entrar no puedes entrar.

No obstante, los epidemiólogos dan datos bien contradictorios y no sabe uno si responden a datos científicos o a su propia opción personal, es decir, si el epidemiólogo más caleyeru es el más favorable a la permisividad. Se refieren a la posibilidad de turismo interior, pero la actitud psicológica cree uno que es extensible a las actividades de ocio. Entre los epidemiólogos caleyeros, la más es Adonina Tardón que, por cierto, se expresa siempre con gran claridad en la televisión asturiana, donde es tertuliana habitual. Se pregunta Adonina “¿Por qué se abren los centros comerciales y una familia no puede ir a pasar un fin de semana a la montaña o a la costa manteniendo las mismas precauciones?”, añadiendo "la salud es física, mental y social, y emocionalmente la población ya está muy afectada. Manteniendo las medidas de precaución, higiene y distancias, no sé por qué no podrían hacerlo”. Otro epidemiólogo, Pedro Arcos, se sitúa en una posición intermedia al indicar que es necesario esperar a la evolución de los contagios a partir de la próxima semana, para ver el efecto de la mínima relajación de medidas que supone el fin de los cierres perimetrales por municipios. La razón es que en Asturias ya se ha impuesto la variante británica, mucho más contagiosa que el virus original. Pero también añadió que siempre que se cumplan las medidas de seguridad y se trate de núcleos familiares o de convivencia, “el riesgo es similar al que correrían en la vivienda habitual”. El más estricto es el epidemiólogo de referencia, López Acuña, para el que el objetivo es, “en todo momento, reducir la movilidad y la interacción entre personas, y no se deben adoptar medidas que propicien los desplazamientos, porque cualquier incentivo en este sentido es contraproducente". Como el ramillete es variado, el ciudadano podrá escoger la opción que más se ajuste a su forma de sentir, que en este caso es también su forma de pensar.
En cuanto a los cierres perimetrales autonómicos, en los que se está imponiendo un consenso a regañadientes, lee uno la noticia en LNE y o está mal redactada o no entiende uno lo que dice la vicepresidenta valenciana. <La vicepresidenta de la comunidad valenciana, Mónica Oltra, pidió ayer al gobierno de la comunidad de Madrid “responsabilidad” sobre las medidas para prevenir la movilidad en la Semana Santa y, “si no, al menos, que se ubique geográficamente”, porque si se cierran al menos dos comunidades, “como no cojan una pértiga, no podrán salir”, ironizó>. De acuerdo con el artículo 6.3 del Real Decreto 926/2020, de 25 de octubre, "no estará sometida a restricción alguna la circulación en tránsito a través de los ámbitos territoriales en que resulten de aplicación las limitaciones previstas". Por tanto, si Madrid abre su perímetro, aunque lo cierren sus comunidades limítrofes, si también lo abre Andalucía, pongamos, los madrileños podrán atravesar Castilla la Mancha para ir a Sevilla y viceversa. Incluso podrán parar a mear en Castilla la Mancha, y a comer un bocadillo o a echar gasolina.
El doctor Ángel Jiménez Lacave, que firma una tribuna como Oncólogo y máster en Antropología Personalista, titula tal artículo "La ley de eutanasia es inconstitucional". Jiménez Lacave es un eminente oncólogo, pero sus conocimientos en Oncología y el máster en Antropología Personalista no le dan cualificación suficiente para opinar sobre constitucionalidad de una ley. Puede estar en contra, eso sí.
Cambiando de tema, se critica que Urdangarín vaya a trabajar (o lo que sea) en un despacho de abogados. Uno se pregunta ¿puede trabajar en algún sitio? ¿dónde le dejamos? ¿limpiando letrinas estaría bien? ¿podría trabajar Rato si estuviera en edad de trabajar? ¿dónde le dejamos? ¿y Riopedre su fuera más
joven?
Lee uno una noticia interesante en La Vanguardia: La UE impone que los electrodomésticos se puedan reparar durante diez años. Se trata de combatir la obsolescencia programada y el constante aumento de los desechos industriales. Uno cree que más que 'se puedan reparar' sería más ajustado indicar 'se tengan que reparar'. Son esas medidas que no pueden adoptar los ciudadanos individuales.
También lee uno en La Vanguardia que buses y metro incorporarán cámaras para combatir el acoso. Le parece a uno una idea estupenda, pero es curioso cómo esa misma directriz se lee con prevención y se concibe como una invasión al derecho a la propia imagen y ala intimidad personal si la empresa la utiliza para proteger su patrimonio o el uso fraudulento de los billetes. Si su objetivo es otro, se recibe con parabienes. Que no es comparable, de acuerdo, porque la libertad sexual de las personas está por encima del derecho de propiedad o de libre empresa. Desea uno que las cámaras funcionen y que alguien las mire alguna vez porque la experiencia que uno tiene de las grabaciones es que cuando te interesa una imagen resulta que el aparato no grababa. ¿Y desde cuando no funciona? Ah, eso no se sabe porque como no se pueden ver las imágenes (por la normativa de protección de datos) no se sabe desde cuándo no funciona el sistema de grabación. Que tengan suerte y que alguien pueda ver algo alguna vez aunque solo sea para comprobar si se graba algo.
Sosa Wagner, con su sorna congénita, resta importancia a que el ministro de Consumo haya dicho 'proponido' en vez de 'propuesto'. Uno no sabe si Garzón está avergonzado por ese desliz. Uno le condenaría a un minuto de vergüenza, tampoco más, y recuerda el sonrojo del gran Tati Valdés cuando le cayó la peluca. https://blogs.elpais.com/.../la-peluca-de-tati-vald%C3...
Canteli, el alcalde de Oviedo, quiere aprovechar y reutilizar la plaza de toros de Oviedo a toda costa. Como obra protegida, Patrimonio del Principado le dio el pie y alguna esperanza y Canteli coge el brazo. Uno está confundido en esto de la conservación de este u otros vienes singulares. Uno considera que debe mantenerse lo más posible su estado original, o, si acaso, recuperarse y rehacerse el que haya tenido en algún momento si su valor histórico y/o artístico lo merece. Si las puertas son un bien a proteger y la normativa de protección civil en materia de evacuaciones resulta incompatible con el tamaño de los huecos, hay que descartar la plaza de toros para grandes eventos. ¿Cuál es el objetivo, proteger un bien u obtener un espacio para otros usos? Si el bien merece la pena por su valor histórico o artístico, protéjase aunque no se le pueda dar ninguna utilidad. Y si no merece la pena, que se descalifique y para poder aprovechar los ladrillos. Pero que se llore.
En la sección de efemérides, recuerda LNE una noticia de hace cincuenta años: "El lunes se inaugura el nuevo servicio de autobuses. La línea circulará entre Mieres, Oviedo y Gijón, que circulará todos los días, incluidos domingos y festivos. RENFE, a través de su organización especializada “Atear”, ha autorizado y organizado la realización de esta nueva línea que, en principio, constará de dos expediciones diarias que se ampliarán en función de la demanda". Cuando uno fue a vivir a Pola de Lena, mucho le llamó la atención que la gente que cogía el autobús para ir de La Pola a Oviedo dijeran que cogían la Renfe. Cuando iban en la Renfe de verdad decían que cogían el tren. Tardó uno en comprender aquello a la primera. A lo mejor hay alguien que todavía lo dice.
Se fija uno en la foto de unos cuantos embelesados directivos, atentísimos a las palabras y gestos del rey. También está atento el presidente Sánchez. ¿Qué les estaría contando? ¿Una hereditaria campechanía?

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Ya dijo uno ser paisista. Si solo dispone de dos minutos para leer el periódico deprisa (de PRISA) se queda con los editoriales. Y las viñetas, que llevan cinco segundos. Son editoriales con un estudiado equilibrio entre información y opinión. Como tocan los asuntos más variopintos, solo con leer los editoriales de El País puede uno darse por informado de lo más relevantes que en ese plazo esté pasando en España y en el mundo. La información incluida en un editorial no es aséptica. Seguramente está ordenada internamente pensando en la lógica de los silogismos para que parezca que de tales informaciones han de derivarse necesariamente unas determinadas conclusiones. Ese es el reto del lector, al menos el reto de uno: valorar la información de los editoriales, pero no necesariamente obtener las mismas conclusiones. Es difícil porque hace falta tiempo, algo de meditación y espíritu crítico. Uno de los editoriales de El País de hoy ilustra sobre la gestión de los fondos europeos y las críticas recibidas. Uno no tuvo la posibilidad de leer todo lo relativo a los fondos, ni lo iba a entender aunque tuviera tiempo, porque son cuestiones de cierta complejidad. Al final hay muchas materias en las que creer a unos o a otros es cuestión de fe porque es imposible saber de todo. Uno tiene que tener la esperanza de que si uno sabe algo de educación o de sanidad y está de acuerdo en lo que deciden 'los suyos' en esas materias, lo estará en materias de defensa, de justicia o de innovación. Es la lógica en la que se basan los desfiles militares. Uno (el pueblo) no puede saber si los ejércitos están preparados para la defensa del territorio (para un ataque, nunca, por Dios) pero si los ve desfilar impecablemente, sacará la conclusión de que guerrearán también impecablemente.
Por ejemplo, un editorial militante como el de El Mundo, le pone a uno en 'prevengan', y a lo mejor incluye informaciones ciertas. El de hoy se titulaba "Un año de negligencia, luto y crisis dramática".
El Mundo dedica un reportaje especial al año de pandemia que llevamos. Una de sus páginas reza así: "27 de marzo: como un día de guerra. Los 345 fallecidos que se llevó el Covid en una única jornada sólo han sido superados por las ejecuciones de Paracuellos o la batalla de Brunete". De acuerdo. Los números pueden ser verdad. ¿Llevan a algo esas comparaciones?
Hace un momento aludió uno a los desfiles militares. Recuerda ahora otro ejercicio: el de gatear sorteando unas alambradas bajo un sol de justicia en un mes de julio cacereño y polvoriento. Al leer un reportaje de La Vanguardia sobre Nagorno-Karabaj uno recuerda aquellos esfuerzos como absurdos. Sin embargo, visto desde hoy es un ejercicio que tiene su lógica, independientemente de que uno defienda el servicio militar obligatorio o voluntario, es decir, aunque esté contra el servicio obligatorio, algún ejercicio militar ha de llevarse a cabo si es que ha de haber algún ejército.
No tenemos enemigos, tenemos un trabajo. Frase de un mosso d'Esquadra, que El País lleva a un titular. Es una frase inteligente, que uno desearía que fuera cierta para todos los cuerpos policiales. Hace unos días leyó uno, y aquí dejó constancia, que entre los cuerpos policiales nacionales, Vox era un partido simpático. Supone uno que en los antiguos países comunistas del telón de acero, la policía era más bien gubernamental, formalmente izquierdista por lo tanto. Uno cree que la policía se siente más segura cuantas menos libertadas haya porque mejor podrá hacer su trabajo, sin las zarandajas de la proporcionalidad en los medios o la utilización de métodos de investigación prohibidos en las democracias. También cree uno, pura intuición, sin estudio sociológico alguno, que el cuerpo de vigilantes de seguridad (mismamente los interventores de los trenes) están más seguros con un régimen que crea en ellos en caso de duda.
Lee uno en El País que es posible que el virus se propague de piso a piso a través de las rejillas de ventilación de los WC. Es una noticia preocupante. Describe algunos supuestos de infección para los que no existe ninguna otra explicación razonable. A uno le llama la atención que eso se haya llegado a saber. ¿Se supo por un listado de enfermos de algún centro hospitalario? A lo mejor alguien tuvo la ocurrencia de listar a los enfermos por domicilios y cantó el dato de que había varios en la misma dirección. Con la aséptica vida moderna es improbable incluso llegar a saber que el vecino de arriba o de abajo está enfermo si no es por pura casualidad. Hace unos años coincidió uno en el ascensor con la vecina de puerta (en los años gloriosos en los que se podía) y como acababa de recoger un sobre del buzón, uno le preguntó por hablar de algo: "¿qué, una herencia de América?", y ella mostró un sobre de una funeraria: "Murió mi madre hace quince días". Hace unos días le regalamos unos huevos de casa y esta mañana nos correspondió con un bizcocho, pero son hechos extraordinarios. Pueden (puede uno también) estar viviendo un hecho excepcional, positivo o negativo, y no enterarse el vecino. ¿Importa? ¿Qué es lo que importa? ¿Qué modelo de sociedad y de convivencia se pretende?.
Terrible el caso de Nevenka la de Ponferrada. Elvira Lindo y Sergio del Molino, en sendos artículos, nos recuerdan un comportamiento colectivo vergonzoso.
Dice Pere Aragonès, candidato de ERC a la presidencia de la Generalitat catalana "Esta ha de ser la legislatura del diálogo, pero el Estado ha de hacer sus deberes". Esa frase podía ser pronunciada perfectamente por Salvador Illa, candidato del PSC, pero seguramente no coinciden en qué es lo que tiene que hacer tal Estado. Uno ve difícil revertir la situación a corto plazo. El Estado, todos los partidos que gobernaron, cedió demasiado en aras de la gobernabilidad nacional.
La Vanguardia formula ocho preguntas a una feminista tradicional socialista y a otra defensora de la identidad de género. Le gustaría a uno opinar dentro de veinte años. Hay posturas que uno vio absurdas hace cuatro lustros y hoy ve naturales.
En La Vanguardia lee uno el diálogo entre los pensadores Javier Gomá y José Antonio Marina sobre diversos asuntos de nuestro tiempo. El encuentro tiene lugar en la fundación March. El diálogo es denso así que coge uno el rábano por las hojas y se fija en los libros tan cuidadosamente ordenados sin que ninguno se arreblague por encima de los otros. No es lo mismo la biblioteca desordenada de uno, que la que estaría obligado a conservar si fuera de uso (o simplemente mirada) público o común.
Peridis, gran caricaturista, no acaba de dar con el rostro de Ayuso (cree uno) pero sí con su alma.
Dice Jorge García López, Viceconsejero de Infraestructuras, Movilidad y Territorio del Principado de Asturias, en relación con la ubicación de la estación de Gijón: "Que haya que acercar una estación al centro físico de la ciudad es una concepción del siglo XVIII y XIX". Pues nada, a callar, no seamos antiguos ni anticuados.
Lee uno: "Condenan a un médico de Urgencias por la muerte de una paciente" y se imagina que habla del Hospital. En las primeras líneas del texto se refiere a las urgencias de una entidad privada para terminar concretando que ocurrió en el Centro Médico. Adiós publicidad (o patrocinio).





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