FRIALDAD MUSICAL

Pensabas que estas pequeñas cosas no ocurrían en las formaciones de primera fila, que eran miserias de aficionadillos con poca profesionalidad para afrontar algún mínimo inconveniente. En tu coro de chicos y chicas no siempre se actúa bajo un clima veraniego, ni siquiera primaveral, más bien ocurre que la mayor parte de las actuaciones tienen lugar en el duro invierno y en frías iglesias con escaso presupuesto para calefacción. Los chicos capeamos el temporal con nuestra chaqueta, pero las chicas, que tienen derecho a su coquetería a cualquier edad, se tocan solo de una ligera blusa que a duras penas tapa la carne de gallina. Menos mal que siempre aparece un alma caritativa que caldea el ambiente y entona las sufridas gargantas con un traguito de moscatel.
Claro, eso ocurre en España. Seguramente la OSPA, la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias no pudo llevar a su gira por China un surtido de reconstituyentes contra imprevistos.
El caso es que en La Nueva España del día 3 de enero habías leído que la gira fue un éxito total pero no son lo mismo las noticias calcadas de los siempre triunfales gabinetes de prensa que los datos que te pasa al oído el que estuvo encima del escenario o frente a él.
Si lees la prensa del día de Reyes y te quedas en el titular, ves que los chinos son malos a conciencia porque además de ser unos pésimos organizadores, retuvieron más de dos horas a la orquesta. No te vas a quedar con la duda. Algo tuvo que haber pasado. En definitiva, si cepillamos la noticia y le quitamos los adornos, los músicos tuvieron frío, acortaron la actuación y pasó lo que pasó. La noticia no habla de abucheos pero te los imaginas. Te gustaría poder entender el chino mandarín y leer la versión local de los mismos hechos en un periódico de Shangai.
Los propios músicos, incluido el director (el mayor sueldo público del Principado) tuvieron que coger ellos mismos los bártulos y echarlos al camión.
Y tus pobres chicas papando frío por esas iglesias de Dios sin inmutarse, solo remungando o reburdiando un puquitín por lo bajini.
Unas benditas.