Rechazar el encargo ( La Voz de Asturias - 18/01/2008 )
JULI Capella, Diseñador
1. El economista concienciado, especializado en recursos humanos, acepta preparar el expediente de cierre de una empresa que en su día se benefició de subvenciones, pero que ahora se deslocaliza. Se trata de deshacerse de los trabajadores al menor coste posible. Es una tarea sucia, pero alguien tiene que hacerla, y piensa que mejor que sea él, que a fin de cuentas vota socialista y será más sensible, cómo les toque un yuppie de Stanford aún lo tendrán más crudo!
2. El arquitecto comprometido firma el encargo para diseñar una mole de 300 apartamentos en primera línea de mar. Es una aberración, pero él tiene prestigio, ha recibido varios premios FAD. Y también tiene conciencia ecológica, es socio de Greenpeace. Está seguro, pues, de que él hará una implantación más armónica que cualquier otro. Se va a construir de todas formas...
3. El abogado sensibilizado asume el sustancioso encargo de un grupo inmobiliario que se dedica a vaciar edificios en el casco viejo. Se trata de ingeniar tretas para desahuciar a los inquilinos. Es una pena, pero si él no lo hace, vendrá otro más bestia y los echará sin contemplaciones, cortándoles la luz y el agua.
4. El diseñador ha decidido aceptar el encargo de proyectar una mina antipersona. Le garantizan que solo se venden en países civilizados que las usan como método preventivo. Y que la empresa ha firmado un protocolo de control armamentístico para compensar daños colaterales. Ha pasado unos días dubitativo, pero a fin de cuentas, si no acepta él el reto, otro lo hará sin remilgos.
A veces, el mejor trabajo es rechazar un encargo.
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