REBAJAS

Pensabas que las rebajas afectaban solo al comercio textil y va a ser que no.
Estás viendo en un chigre de la calle Gascona el partido entre el Levante y el Real Madrid. Se anuncia un partido desigual. No en vano se enfrentan el colista con diferencia y el líder también con diferencia. Acabará siendo un partido de rebajas.
Comienza el encuentro y no sufres/disfrutas de las aglomeraciones de los días grandes cuando se enfrentan el Madrid y el Barcelona o ¿cuánto hace de eso? el Sporting y el Oviedo.
Se perdieron por allí no más de una docena de parroquianos y para cuatro pelagatos no merece la pena subir el volumen de la tele. Mejor. Así, cada uno es más libre de interpretar lo que ve sin estar predispuesto por el comentarista de turno, que no deja de ser un opinador más.
En la segunda parte se anima la gente, aunque no el partido, y como el volumen sigue a cero no tienes mas remedio que enterarte de la conversación que se interpone a veinte centímetros de ti, entre tú y la tele. Sacas la conclusión de que a las tres chicas, empleadas de diversos comercios del sector textil les gusta la sidra, porque no están tomando un BiSolán.
Te enteras de que en la tienda de Arantxa hay una cajera principal, dos cajeras auxiliares a cada turno y unas cuantas cajeras rasas y que como en las vacaciones del verano hizo de cajera principal en estas rebajas la pusieron de cajera auxiliar y no se pudo mover. Por el contrario, en la tienda de Lucía son dos y hacen de todo. A Inés no le dejan meter baza. En la tienda de Arantxa cayó el sistema y mientras lo rearmaron casi les da un soponcio a todos, a los clientes, a las cajeras, a los del almacén y al gerente. El primer día las colas no bajaron en ningún momento de hora y media e incluso tuvieron que repartir botellines de agua para los colistas.
A María únicamente se le atascaba el cacharro de las tarjetas, y ¿sabes lo que hago, chica, sobre todo cuando está el jefe delante? Le digo a la gente que si no le importa pagar en efectivo, que la línea anda fatal con este follón. A Inés le parece muy cuca María. En la tienda de Arantxa no andan amiseriando por el porcentaje.
En un pis-pas, el Madrid va a tirar un penalty y, atento como estabas a las rebajas, no te enteraste. La retransmisión estaba también tan rebajada que no pusieron la repetición. Te dijiste que ya lo verías en casa en el Telediario.
Así fue. Cuando llegaste estaba la Cinco y seguiste con ella, y eso que no te gustan nada sus resúmenes. Como no deben querer pagar por las imágenes, cuentan con unas tomas nefastas a ras del terreno de juego, no mucho mejores que las que haces tú para el youtube.
Te enteras de que el Madrid hizo un partido pésimo y que en un barullo estuvieron a punto de meterle un gol “si no andara por allí Cannavaro”. Le preguntas a tu mujer ¿dijo “andara”?. Sí, “andara” dijo.
Y te vino a la memoria el chiste aquel en el que un apuntador escondido bajo el altar sopla una corrección al cura cuando éste lee el Evangelio.
El cura:
- Y Lázaro se levantó y andó.
El apuntador:
- Anduvo, jodido.
El cura, levantando la voz:
- Anduvo jodido pero anduvo.
El lenguaje televisivo, también de rebajas.
Como en la canción ¿a quién le importa?