2021/06/13

DE FACEBOOK (21 y 22 de mayo)

En la prensa nacional siguió hablándose de la crisis diplomática y humanitaria de Ceuta, con más coincidencias que en el día anterior. También coinciden desde todos los espectros en la sorpresa por el agrio debate dialéctico entre Sánchez y Casado con motivo de la sesión de control en el Congreso de los Diputados. Pronto abandonaron su sentido de Estado de la víspera. Lo que más le llamó a uno la atención fue que el País insertara dieciséis páginas de publicidad de la Iglesia, que exhibe su labor social y humanitaria, su política de transparencia y el resumen de las equis puestas por los contribuyentes. No encontró uno esa publicidad más que en El País. A lo mejor en otros periódicos esa publicidad figura como información y no hay que pagarla expresamente.
De la crisis humanitaria, uno se queda con el detalle humano de un agente de la Guardia Civil, que explica que lo peor del día fue la muerte de uno de los migrantes mientras intentaba llegar a nado a Ceuta. “Por desgracia, perdimos a una persona, hubo una persona que no nos dio tiempo a verla, había tanta gente pasando a la vez que era imposible”. Entre los cientos que se tiraron al mar, el guardia se lamentaba del fallecimiento de esa persona, no un número más.
Vio uno en El Mundo la nueva noticia de que el ex-Jemad va dando tumbos por las listas electorales, pero no acaba de conseguir acta de diputado después de varios intentos en diferentes circunscripciones, y ahora que sale por la Asamblea de Madrid como consecuencia de la renuncia de Pablo Iglesias, el ex-Jemad la rechaza también.
El día anterior publicó LNE un artículo de Gonzalo García-Conde uno de sus columnistas habituales, que trataba sobre la figura de Abramovic, galardonada con el premio Princesa de Asturias de las Artes. Explica con sencillez qué significa esta performista (si existe la palabra) en la historia del arte, en el supuesto de que fuera arte lo que hace Abramovic.
Canteli, el alcalde ovetense elegido en las listas del PP sin estar afiliado, se unió a una larga lista de alcaldes del PP que fueron a manifestarse ante el Congreso de los Diputados para quejarse del flaco trato que el Gobierno tiene con los ayuntamientos. No acaba uno de entender la figura de Canteli, alcalde no afiliado al PP, pero que se manifiesta con los alcaldes sí afiliados, y para quien su número 2, Mario Arias, ofreció incluso la presidencia del partido en Oviedo sin pasar por ninguna urna interna. Los alcaldes no afiliados suelen tener buena fama, pero uno cree que tienen que apartarse alguna vez de las batallas de ese partido al que no están afiliados, para que se note alguna diferencia entre estar y no estar.
Asturias aplicará una segunda dosis de AstraZeneca si se firma un consentimiento informado. No ve uno quién va a tener interés en recibir esa dosis si hasta algunos ensayos aseguran que es hasta mejor recibir una Pfizer como segunda dosis. A uno no le extraña que aumenten tanto los hipocondríacos después de tantas idas y venidas.
Uno lee un artículo amable del periodista asturiano afincado en Madrid Juan Carlos Laviada que trata de alejarse de la polémica publico/privada en la sanidad, en la enseñanza, en el transporte y en otros aspectos de la vida política y social. Necesita uno también lecturas no crispadoras.
Algunos periódicos de la región se hicieron eco de una denuncia por violación a una menor de doce años de edad a plena luz del día en una senda peatonal próxima a Lugones. Algunos periódicos no hicieron más seguimiento de la noticia. Uno desea que no haya sido cierto, pero si se trató de una denuncia falsa y se puede probar, las penas por denuncias falsas ha de ser proporcionales a las del delito que denunciaron porque no es lo mismo acusar de un hurto que un asesinato que de una violación.

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Lee uno en distintos medios que Pedro Sánchez presentó un plan para España en el año 2050, una prospectiva, cuán largo me lo fiais. Algún titular de prensa habla de un proyecto de una España con 35 horas semanales. A uno le parecen demasiadas para esas fechas. Bien es verdad que estos últimos años se registró un cierto retroceso en los derechos laborales individuales, pero uno tiene la esperanza y la ilusión de que ese retroceso haya sido transitorio, y que el incremento de la productividad conseguirá que la jornada de 35 horas se consolide mucho antes del año 2050. Casado, el líder de la oposición, calificó el documento como un insulto a los españoles. Esa frase a uno le parece un exabrupto, del que íntimamente estará ya arrepentido. El hecho de que estemos todavía sufriendo la pandemia no impide que se puedan poner las luces largas, como acertadamente editorializa El País. El que anda siempre con las luces de cruce nunca ve la oportunidad de una planificación.
Uno de los catedráticos de Derecho Constitucional de la Universidad de Oviedo, Francisco Bastida, llega a la edad legal de jubilación, los 70 años. Con ese motivo, El Comercio publica una entrevista. Bastida es un hombre claro en sus declaraciones: "Más allá de sentimentalismos, hay que analizarlas consecuencias de la cooficialidad". Él es gallego, lo que le da cierta objetividad para hablar de los sentimentalismos por la lengua asturiana, que no serán grandes para él, pese a llevar aquí toda su vida, hasta el punto de que fue uno de los que trabajó en la redacción de nuestros Estatuto de Autonomía.
En El Comercio lee algunos componentes del Comité de Bioética están enfadados porque se les implicó en la decisión sobre la segunda dosis de la vacuna. Uno, también se enfadaría. Uno está muy cómodo en el mundo de las ideas, pero a veces hay que bajar al barro e implicarse y te puedes encontrar con que acudes a un manifiesto por la defensa del patrimonio histórico y te ves en la necesidad de apoyar (también puedes abrirte, pero quedas señalado) en una manifestación que pasaba por allí, contra la violencia machista, si coincide que los miembros de los colectivos son intercambiables, lo que ocurre con harta frecuencia.
Trágico asesinato de una mujer en Pola de Laviana. Uno queda pensando en la frase de Carmen Escandón, Secretaria de Igualdad de UGT (sindicato al que uno sigue afiliado). "Matan a cuatro mujeres en una semana y no pasa nada. Si fueran futbolistas, se pararía el país". Uno preguntaría a Carmen Escandón: ¿Qué tendría que pasar? ¿Qué haría ella si por decreto ley pudiera adoptar cualquier medida?
No conoce uno las circunstancias en las que vivía el matrimonio, pero uno puede intuir algo en base a lo que El Comercio publica: "la decisión de separarse la habría tomado María Teresa tras el fallecimiento de su madre, el pasado mes de noviembre". Como Pedro Sánchez, todo el mundo hace prospectiva de cómo será la vida cuando desaparezcan los seres queridos a quienes, por pura lógica, toca marchar antes. La madre de uno cuenta un dicho de alguien que en los años cincuenta hacía sus planes para cuando muriera su madre, que era mayor ("cuando muerra mio madre...") pero resulta que murió ella antes, se dice que por comer un bizcocho demasiado caliente. Esos dichos, esas historias míticas e inolvidables que cuentan las madres...
Uno tiene necesariamente que sonreír ante algunos voluntarismos, como el que unió a Cangas de Onís y a Granada, que proponen un proyecto turístico que una su historia, por ser principio y fin de la Reconquista. Quizá se inventen un menú, a lo mejor unas jornadas, ¿Quién sabe? A uno le gustaría saber qué queda de todo esto dentro de diez años.
El Tribunal Superior de Justicia de Asturias prohíbe celebrar conciertos o determinadas actividades en La Losa por siempre jamás o casi. La noticia de la prensa habla de una sentencia de 84 folios. A uno le gustaría leer no solo la sentencia, sino también la demanda para comprobar si hubo un 'ultra petitum', es decir, para verificar si la sentencia decide más allá de lo pedido, no sea que la demandante haya pedido la anulación de un acto o la autorización para un concierto determinado y el tribunal haya concedido más allá de lo pedido. Se basa la sentencia, por lo que uno leyó, en que el Ayuntamiento de Oviedo incumplió sus propias normas. Muy mal en ese caso. La ley tiene que cumplirse, y si no se puede cumplir y está en las atribuciones del Ayuntamiento modificar la ordenanza, que la modifique. Y si no se pueden celebrar conciertos en ningún sitio, que no se celebren. Lo que no puede ser es que la aprobación y la ejecución sigan vías separadas. Dicho esto, uno tiende a pensar que el Tribunal Superior quiso hacer de legislador, es decir, no se limitó a indicar si un determinado acto se ajustaba o no al ordenamiento jurídico, sino que dictó cómo habían de ser las cosas en el futuro. Que no se quejen de que el Gobierno delegue en ellos las restricciones pandémicas. Si al final van a decir la última palabra, que digan la primera y las intermedias.

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