DE FACEBOOK (20 de mayo)

Hay quien piensa que la crisis humanitaria y diplomática surgida en las fronteras de Ceuta se resolvería con la receta de San Mateo, capítulo 5, versículos del 19 al 34,en la traducción de Luis Alonso Schökel y Juan Mateos:

“Dejaos de amontonar riquezas en la tierra, donde la polilla y la carcoma las echan a perder, donde los ladrones abren boquetes y roban. En cambio, amontonaos riquezas







en el cielo, dónde ni polilla ni carcoma las echan a perder, donde los ladrones no abren boquetes ni roban. Porque donde tengas tu riqueza tendrás tu corazón.

La esplendidez da el valor a las personas. Si eres desprendido, toda tu persona vale; en cambio, si eres tacaño, toda tu persona es miserable. Y si por valer, tienes solo miseria, ¡qué miseria tan grande!

Nadie puede estar al servicio de dos amos, porque aborrecerá a uno y querrá a otro, o bien se apegará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al dinero. Por eso os digo: no andéis agobiados por la vida pensando qué vais a comer o a beber, ni por el cuerpo, pensando con qué os vais a vestir. ¿No vale más la vida que el alimento y el cuerpo más que el vestido? Fijaos en los pájaros: ni siembran, ni siegan, ni almacenan y, sin embargo, vuestro Padre celestial los alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellos? Y ¿quién de vosotros a fuerza de agobiarse, podrá añadir una hora al tiempo de su vida?

Y ¿por qué os agobiáis por el vestido? Daos cuenta de cómo crecen los lirios del campo, y no trabajan, ni hilan. Y os digo que ni Salomón, en todo su fasto, estaba vestido como cualquiera de ellos. Pues si a la hierba que hoy está en el campo y mañana se quema en el horno la viste Dios así, ¿no hará mucho más por vosotros, gente de poca fe?

Conque, no andéis agobiados pensando qué vais a comer, o qué vais a beber, o con qué os vais a vestir. Son los paganos quiénes ponen su afán en esas cosas. Ya sabe vuestro Padre del cielo que tenéis necesidad de todo eso. Buscar primero que reine su justicia y todo se os dará por añadidura. Total, que no os agobiéis por el mañana, porque él mañana traerá su propio agobio. A cada día le bastan sus disgustos”.

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Pero hay quien se pregunta, de forma más mezquina y miserable, que cómo es que hay compatriotas que deseando tener más hijos renuncian a aumentar la familia porque pretenden que crezcan con ciertas condiciones materiales de comodidad y, sin embargo, su Estado tiene que ayudar a otros que, provenientes de otras latitudes y otras culturas y con otros criterios no tomaron en consideración esas estrecheces y se lanzaron a la aventura de la procreación.

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¿Qué ocurrió en la frontera y por qué? Alguna portada acertará con la respuesta.

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Se incluye al final el recorte prometido de ayer, las conclusiones que saca Adela Cortina que, en opinión de uno, no son necesariamente esas. Podrían ser otras.