2008/11/16

HILARIO

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Lees en la prensa una entrevista con tu amigo y antiguo compañero Hilario Paz. Es una satisfacción hablar y escribir bien de un amigo vivo y con buena salud y que las buenas palabras no se dicten únicamente para notas necrológicas.

Conoces a Hilario desde los diez años tuyos y los catorce de él cuando entrasteis con esas edades en el Seminario de Covadonga. Estuvisteis ocho años de compañeros. Ya se conocían vuestros padres porque el tuyo trabajaba en Ujo en Material Móvil, localidad natal de Hilario. Tu padre, además de dar aquellos martillazos a las ruedas de los vagones, sacaría tiempo para dedicarse a las relaciones públicas por el pueblo y conocer al vecindario. No hacía falta que la escapada fuera muy larga porque Hilario vivía en la Carretera de la estación.

Hilario, sin que fuera un fenómeno en nada (que tú sepas), era bueno en todo. Era bueno jugando al fútbol. Su estatura no era óbice para que fuera un eficaz media punta. En funciones defensivas no se alejaba mucho de lapa-Puyol. Y aunque sacaba unos años a la mayoría no era un abusón, valor a tener en cuenta cuando hablamos de impúberes o poco púberes.

Hilario era bueno estudiando y si había que empollar, empollaba.

Es de los pocos que se ordenaron y que siguen. Más tarde estudió Psicología y desde hace unos cuantos años está al frente del Teléfono de la Esperanza. Muchas noches es él mismo quien atiende el teléfono. Por sus cualidades personales y por su formación, Hilario podría estar desempeñando más altas responsabilidades en la Iglesia o fuera, pero a veces las mezquindades, que en la viña del Señor no faltan, cercenan el crecimiento natural de los que valen.

Leyendo la intervención de Hilario, se ve que responde al modelo de cura progresista de tu promoción, en el que tan interminables debates se generaban cuando se sacaba el asunto del celibato, y se sacaba todos los días.

Ves su apertura de ideas y realismo cuando equipara el matrimonio y la pareja al referirse a su función social y de crecimiento personal.

Sientes haber podido colaborar muy pocas veces con el presupuesto de tu empresa en oxigenar la organización que dirige. A veces cuando se pide no hay canal de financiación y cuando lo hay no se pide. ¡Qué pena los dineros que muchas veces se gastan en algunas milongas del desarrollo sostenible!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Un BRAVO muy grande por Hilario.

Saludos
ALipio

Anónimo dijo...

...y en la responsabilidad social corporativa...
Qué buen patrocinador tiene el Teléfono de la Esperanza...
;)