2007/09/09

RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL: LÍMITES Y POTENCIALIDAD

Navegando por la red sin ton ni son, sin rumbo, desde esta patera que forman tu ordenador y tu conexión a internet, tan pronto remas con fuerza con los dos brazos logrando avanzar, en las noches de mayor éxito, apenas media milla, hasta que te cansas y entonces das unas brazadas alternativas con la izquierda y con la derecha, y tampoco así logras ningún objetivo. Pero peor incluso es que, cansado de remar, por ejemplo con la izquierda, le des solo a la derecha, con lo que no solo no avanzaste nada sino que quedaste desfondado y giraste en redondo para llegar al mismo punto de partida. Aclaras inmediatamente que el remado intensivo con la izquierda también te lleva al mismo punto.
Pues bien, remando, remando diste con una página web de una revista electrónica de Comisiones Obreras, sindicato al que no estás afiliado, y dentro de ésta te topaste con un breve artículo cuyo título copias literalmente para este comentario y que firma Elvira Llopis, de la Fundación Sindical de Estudios.
Siempre miraste con reticencia esto de la Responsabilidad Social Empresarial o Responsabialidad Corporativa o los Foros de Reputación o similares porque te parecieron simples milongas publicitarias. En general desconfías de los saberes que no son materia de estudio en las facultades universitarias, aun a sabiendas de que en algunas ocasiones se inventan cosas fuera de la Universidad y tiempo después se acaban incorporando a los programas de estudio.
Elvira Llopis realiza un análisis que te parece riguroso y hace especial hincapié en la voluntariedad con que las empresas se apuntan a la Responsabilidad Social.
“Íntimamente ligado al principio de voluntariedad que inspira el concepto de RSE, está el grado de exigibilidad de la misma. Se trata de determinar si la RSE es o no exigible a las empresas que libremente toman la decisión de ser socialmente responsables, y, por ende, si es o no invocable algún tipo de mecanismo para garantizar que aquéllas son consecuentes y actúa de conformidad con los principios que voluntariamente dicen asumir para con el conjunto de la sociedad. Y es que de no existir nivel alguno de exigencia, la RS no pasará en tal caso de ser un mero instrumento de relaciones públicas y de marketing, un ejercicio de publicad engañosa al fin y al cabo, al que recurren las empresas frente a la dificultad de verificar la veracidad y la puesta en práctica de los compromisos que publicitan a través de sus declaraciones y campañas de imagen.
La nota de voluntariedad a la que aluden con insistencia ha de suponer que son las empresas quienes deciden ser reconocidas socialmente responsables, pero una vez que hayan tomado con libertad esa determinación habrán de saber que están obligadas a cumplir unos criterios mínimos y a realizar acciones comprobables que atestigüen la concreción de su elección”.
Solo vas a apostillar dos apuntes a lo que con claridad meridiana escribió la autora. Uno: que si a los examinadores les paga la empresa, el aprobado es seguro. Dos: que si ya les cuesta cumplir con los mínimos a que están obligadas por las normas laborales, urbanísticas, medioambientales, contables, fiscales, etc. como para pensar en cargarse de obligaciones adicionales.
Te parece que es como aquel padre que va a echar una bronca enorme al hijo (hablamos de otros tiempos, claro) cuando lo ve entrar por la puerta a las ocho de la mañana, pero como le trae el periódico y un croissant, pasa página de los incumplimientos principales y lo acaba comiendo a besos.
Te reafirmas en la idea que tenías: márketing vacío.

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