QUERIDOS REYES MAGOS

No sé si será ya un poco tarde para escribir esta carta. Sabéis que soy un poco abandonado para estos detalles, que dejo siempre para última hora.

Este año solamente os pido salud para los míos y salud y tiempo libre para mí, tiempo libre para folgar, para callejear, para pasear por El Fontán, para avanzar en el árbol genealógico, para leer a salto de mata, para ir a manzanilla, para navegar por tierra firme, para el coro (pero sin cargos), para los amigos.

Pido que tengan compasión de ti las averías en los trenes o en las vías, que uno ya está viejo y cansado de repetir siempre lo mismo. Pido que no se “implemente” ninguna variante de alguna ISO de pésima traducción y dudoso resultado, que te tenga sujeto a la silla con absurdos cuadros y cuadrantes que nacen ya obsoletos. Pido que no nos creamos los mejores, que nos pongamos en el lugar del otro.

No quiero libros que no voy a leer. El móvil funciona en llamada y recepción, se puede poner en silencio o en vibración: suficiente. No me caben las corbatas en los corbateros. No necesito ningún periférico para el ordenador. No quiero música. Tengo un reloj de reserva. No doy un duro por un anillo de brillantes. Las gafas de sol están nuevas. Me arreglo con los bolígrafos de propaganda. El coche no necesita aditamentos. Este año no perdí ningún paraguas.

Únicamente tiempo … y, si acaso, la mudina.