2021/05/06

UNA INTERPRETACIÓN DE LAS ELECCIONES AUTONÓMICAS DE MADRID




El Partido Popular, encarnado en Isabel Díaz Ayuso, ganó inapelablemente las elecciones autonómicas de Madrid. Ganó en todos los distritos de la capital. El distrito de peores resultados fue El Puente de Vallecas, donde, así y todo, obtuvo un 25% de los sufragios. De entre los principales municipios de la provincia, el peor resultado fue en Parla, donde recibió el 36% de los votos.

El índice de participación fue de record, lo que rompe toda la verborrea de los analistas políticos, que venían defendiendo que a mayor participación, más voto para la izquierda.

Analizando los números, a grandes rasgos, el voto de Vox y el de Unidas Podemos creció muy ligeramente, en el primer caso seguramente a costa de algunos votos del PP. Más difícil es averiguar de dónde provienen los pocos nuevos votantes de Podemos. El voto de Ciudadanos que no quedó en ese partido, se fue prácticamente al PP. Al PP tuvo que irse necesariamente una tercera parte de los votos socialistas de hace dos años. Alguna razón tendrían.

Uno cree que se votó al PP por dos motivos: porque en Madrid hay una mayoría sociológica conservadora y por la gestión de la pandemia.

En cuanto a la mayoría conservadora, desde la izquierda se mira por encima del hombro al votante de derechas, al que se desprecia por interesado, por egoísta, por insolidario. A esto hay que decir que la Constitución, en su artículo primero, declara que España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político. De todo ese conglomerado de valores, la izquierda pone su acento en la igualdad, la derecha en la libertad. El pluralismo político es la infraestructura democrática necesaria y la justicia es el principio de más difícil concreción. En base a ese molesto pluralismo político (molesto cuando la mayoría no vota alineada con nuestros deseos) los madrileños votaron hacia el futuro un programa conservador, o liberal si se quiere (entendiendo por liberal la huida del estatismo) y, mirando al pasado, apoyaron la experiencia de libertad callejera, aunque fuera la libertad de las terrazas y las cervezas. Lo que uno quiere decir es que tan constitucional y digno de respeto y protección jurídica es inclinarse por la libertad, como por la igualdad, aunque lo ideal sería avanzar hacia la igualdad desde la libertad. No olvida uno que más disfruta de la libertad el pudiente que el necesitado, por lo que es un objetivo político y social irrenunciable que el necesitado pueda ejercitar su libertad desde una mejor posición.

Uno cree que es legítimo ese pequeño egoísmo del votante de derechas que, desde una mejor posición económica, pretende la reducción del tamaño del Estado porque se puede permitir pagar algunos servicios privados. También es legítimo el pequeño egoísmo del votante humilde de izquierdas que no dispone de rentas para acceder a algunos servicios privados, por lo que pretende que sean públicos. Son egoísmos los dos, aunque solamente se demonice el primero.

Cuestión aparte es por qué Madrid es más rico. Ahí puede tener razón Ximo Puig y quienes defienden que Madrid recibe un injusto y favorable trato fiscal, lo que hace que los madrileños pueden disfrutar de más renta para gastar por sufrir menores impuestos (porque el Estado central les paga muchos servicios) y como consecuencia de esa mayor renta son sociológicamente más conservadores.

En cuanto a los votos relacionados con la gestión de la pandemia uno cree que los madrileños aplicaron un razonamiento esquemático, simplón si se quiere. El que haya sufrido la pandemia en sus carnes o en los suyos, casi seguro que no votó a Ayuso, pero, pese a los malos números de Madrid, todavía son muchos más los sanos y las familias de los no afectados y los que pudieron seguir trabajando a pleno rendimiento y disfrutando del ocio con las consabidas reducciones, y esos, que son muchos, son potenciales votantes de Ayuso y su política.

Ahora va una de política ficción en cuanto a la estrategia de pactos. Si Vox apoya con su voto o con la abstención determinadas decisiones, como avanzó, el resultado será que el Boletín Oficial de Madrid se escorará más todavía a la derecha. Como eso no lo desea el PSOE de ninguna manera, ni los otros partidos, harían bien en intentar llegar a algún acuerdo con el PP para escorar un poquitín el BOM hacia su lado, para que el PP no tenga que apoyarse en Vox, pero los pésimos resultados dan poca cancha a esta política ficción.

2 comentarios:

ANgazu dijo...

Estimado Luis Simón:

Aunque, en general, estoy de acuerdo con tu análisis de los resultados de las elecciones de Madrid, creo que hay algunos matices dignos de ser tenidos en cuenta, siempre desde mi punto de vista, que yo no puedo opinar en nombre de mayorías o “mucherias” que no represento.

Como tabernario que soy ( en la primera acepción de la RAE, que la segunda la cedo gentilmente a Tezanos, Carmen Calvo, Monedero y otros demócratas de opereta que pululan por la política nacional y que insultan a los que no piensan como ellos [1]), quiero llamar tu atención sobre dos aspectos que creo son de alguna importancia para entender estos resultados.

En primer lugar, no hay que confundir PSOE con sanchismo. El Sr Gabilondo ( al que deseo se mejore pronto) es un buen político al que no dejaron desarrollar su candidatura. Fue manipulado por Moncloa y sus ineptos asesores y más bien se parecía a Groucho Marx: “Estos son mis principio, y si no le gustan, tengo otros”.

Estoy convencido de que los resultados habrían sido diferentes si no le manipulan tan descaradamente esos asesores que más bien parecen palmeros y soplagaitas.
Eso si, en algo acertó Gabilondo cuando dijo: “Pablo, nos quedan 12 dias…”.

En segundo lugar, no hay que confundir Ayuso con el PP. Ayuso intentó compatibilizar salud y economía, enfrentándose a Sánchez y a sus acólitos sin complejos, y acertó.
El PP, aunque se apunte al carro del éxito, no es Ayuso. Ni de coña.

Te recuerdo las declaraciones de vuestro presidente y de Lastra el año pasado, hablando de los apestados de Madrid y de lo bien que lo estaban haciendo en Asturias hasta que, desgraciadamente, también os llego el virus. Supongo que se habrán metido sus chorradas por ese sitio que me callo. Vaya babayos/as/es/us

Y en tercer lugar, que te voy a decir de Pablo Iglesias. Se creía el mesías que iba a gobernar Madrid, pero se olvidó de que aquí no solemos embarcarnos en aventuras inciertas con vendedores de humo, violentos y amigos de terroristas e independentistas. ¡Que Dios le guarde, y ojalá se olvide la llave!.

Ha movilizado más votos a favor de Ayuso que Ayuso misma. Y lo sabe. Y se va dejando a sus votante tirados. No es plato de buen gusto pasar de Vicepresidente a diputado de a pie, y con menos sueldo. Pero, como se suele decir, “A enemigo que huye, puente de plata”

Resumiendo, probablemente sin la manipulación de los sectarios “cerebrines” de Moncloa y sin la presencia del “coletas”, los resultados no habrían sido los que son. Y eso que contaban con todos los medios de la Brunete pedrete y del CIS y ministerios para intentar manipular la opinión pública lo que, afortunadamente, no consiguieron.

Y, desde luego, hay muchas, muchísimas razones para justificar estos resultados, pero como hay miles de asesores que cobran bastante más que yo, que se lo curren y que se pasen por la taberna, o por el chigre, y si invitan a una cerveza y berberechos o a una sidrina y pincho de picadillo, hablamos.

Saludos cordiales.
ANgazu.

[1] Te recomiendo la lectura de “El hombre unidimensional” de Herbert Marcuse

Anónimo dijo...

Al PP tuvo que irse necesariamente una tercera parte de los votos socialistas de hace dos años. Alguna razón tendrían.
Ese es todo el análisis de la debacle del socialismo?, ni una critica a su penosa campaña, a sus mentiras, a sus insultos a los electores?