2009/04/15

CRISIS MATRIMONIAL

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Subtitulas este blog “Comentarios no demasiado íntimos” y no vas a hacer una excepción pero hoy fue un día de asuntos matrimoniales, sociológicamente hablando.

Estuviste toda la mañana mirando al cielo esperando el momento de que escampara porque tenías que hacer un recado (relacionado con el trabajo, luego no es un recado) consistente en visitar a una cliente a la que le habíais hecho una pifia en un viaje. Tiene tan buena fama de excelencia y atención El Corte Inglés que si esta viajera era precisamente de esa gran casa que tiene comprada a la prensa, no querías que tu denostada empresa pública quedara del todo desairada.

Quiso la casualidad que esta viajera trabajara en la sección de novias y como de una conversación pasas a otra, habláis de la poca mercancía que circula en los últimos tiempos, pero no por la crisis económica sino por la matrimonial o, por mejor decir, pre, ante o paramatrimonial. Ahora entras al tuntún en un Facebook y encuentras que nada de matrimonio, la gente “está en una relación”. Pues nada, una relación. Claro, para una relación no hace falta traje de novia ni de novio.

El desaire inicial de aquel viaje quedó rápidamente olvidado y se os fue el santo al cielo, pero el tiempo empleado es una inversión intangible por aquello de que el cliente siempre tiene razón y a ti no te disgusta dar la parpayuela.

Con esto llega la hora de la sidra con esa tertulia de sacristía que a veces os montáis en la misma barra. El tema no podía ser otro que el progresivo aumento de las parejas de hecho y la correlativa disminución de los matrimonios, no solo religiosos sino también civiles.

Y como hablan de una próxima boda, pillo tú, les preguntas que dónde y te hablan del restaurante. Un renuncio. Hasta el entorno eclesial al hablar de la boda piensa en el restaurante.

Siguiendo por esos derroteros meditáis sobre cómo hacer compatible la disminución contrastada de las ceremonias nupciales con la dificultad de encontrar un restaurante si no es con meses de antelación.

Quizá tus amables comentaristas encuentren alguna respuesta a esta paradoja.

2 comentarios:

miner dijo...

Creo yo que el motivo de tener que coger el restaurante con meses de antelación será porque todos se quieren casar en la misma época.
En cambio para divorciarse todo está en función de la luna.
Además ya sabes que antes se decia eso de que el matrimonio es para toda la vida, gran errrrrror lo que es para toda la vida es el divorcio.
El matrimonio por lo menos que dure hasta los postres.

Un saludo

Anónimo dijo...

Hoy encuentras restaurante con dos días de antelación, lo que ocurre que para darse a valer te dicen eso de la anticipación y así asegurar un poco. También que se celebran jubilaciones y bautizos (hasta civiles,ja,ja)