2008/05/29

ALMA LLANERA (Qué suerte tienes, cochino)

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Entre otras aficiones, todas de rendimiento económico negativo (que no te busquen para socio industrial) tienes la de subir vídeos a una página personal. La mayor parte de ellos son actuaciones del coro en el que cantas, a veces también de otros coros, alguna de motivos ferroviarios o alguna tontería que pillas al vuelo.

En esa página se puede encontrar una buena selección del repertorio del coro de padres Dominicas, que suena extraño desde el punto de vista gramatical, pero otros nombres raros de personas aparecen en el registro civil y siguen inmutables hasta la muerte del paisano.

Hoy interveníais en el XII Festival de Masas Corales de La Calzada en la Iglesia de Fátima, en la que llevais ya varias participaciones. Los últimos estrenos de vuestro repertorio se pueden encontrar en internet pero faltaba por incluir el ALMA LLANERA, que estrenasteis hace unos días, pero no te pudiste coordinar con el penitente que grabó aquel concierto para indicarle los criterios de preferencia ante la previsible escasa duración de la batería.

En este concierto de La Calzada volvíais a interpretar el ALMA LLANERA. Actuabais en segundo lugar y no tuviste oportunidad de localizar entre el público a alguien de tu cla que se animara a grabar. Durante la actuación del otro coro, que actuó primero, subiste a la tribuna por si encontrabas allí a algún voluntario de los tuyos, como en otras ocasiones, pero en esta ocasión allí no había nadie.

Ya te resignabas a no poder presentar esta exclusiva mundial, cuando, estando ya formados para salir desde la parte de detrás, aparece tu amigo Javier el de Villoria, de la banda del Seminario y testigo del desastre del Oviedo en Caravaca, que supo de la actuación por El Comercio y allí se presentó a saludar y tú en correspondencia le diste la cámara y le dijiste: arréglate como puedas. Temías que si la canción era de las últimas, no entrara por agotamiento de la batería o de la memoria.

Al final te puedes decir como en aquella canción de Serrat dedicada a Tío Alberto

Qué suerte tienes cochino,
en el final del camino
te esperó la sombra fresca
de una piel dulce de 20 años
donde olvidar los desengaños
de diez lustros de amor.

con la diferencia de que no hay moza de veinte años en lontananza ni lustros de amor que olvidar.

Y desde el punto de vista técnico, de la grabación no hay nada que decir. Como la canción dedicada a la Virxen de Covadonga:

“El pintor que pintó a Xuana
Pintó a María también
Si Xuana salió más fea
María ¿qué culpa tién?

1 comentario:

Anónimo dijo...

fue un honor
javier