2007/12/06

DOS ENTREVISTAS A MATILDE FERNÁNDEZ

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Gorroneando La Nueva España de un compañero de la oficina lees una entrevista a tu parienta Matilde Fernández, que vino a Asturias a recoger un premio.
Te parece una entrevista anodina, sin nada destacable, y eso que le dedican una página entera. Esa conclusión sacas de la lectura de los titulares y entradillas: IU tuvo su mejor momento cuando participó en el gobierno asturiano; deber recapacitar. La derecha española no acepta que en democracia puede estar fuera del poder, y eso es negativo para España. Yo no hubiera informado de los contactos con ETA como lo ha hecho el Gobierno; debe guardarse silencio. El problema de los nacionalismos se ha exagerado y colocado en la agenda pública de manera falsa. Los abucheos a Zapatero son injustos, pero la ciudadanía siempre exige más a la izquierda. Estoy convencida de que veremos el fin del terrorismo de ETA más bien pronto que tarde.
Tomándote una sidra, terminado El Comercio, pasas a La Voz de Asturias y ves otra entrevista a Matilde Fernández, pero en esta el titular es: No me gusta que los políticos hablen de bajar impuestos. La lees porque, a bote pronto, te parece que esta es la Matilde que entra a fondo, y no vas a reproducir toda la entrevista, que ocupa un tercio de página pero tiene más chicha y menos politiquerío barato.
--El PSOE de ahora quiere quitar el impuesto sobre el patrimonio.
--No me gusta que los políticos de izquierda hablen constantemente de bajar impuestos. Es poco pedagógico y da la idea de que aquí, el mejor líder es el que menos impuestos recauda, algo que funcionará con quien es joven, sano, y no necesita ni pensiones ni hospitales. Dicho esto, ese impuesto se hizo para controlar el patrimonio y ahora puede haber quedado obsoleto: hay muchas formas de evadir el control diluyendo la propiedad en sociedades. Espero que mi partido haga un ajuste técnico sin caer en el trajín de estar siempre diciendo que hay que bajar impuestos.
--Dígame algo malo de ZP.
-- Ay!, ya estamos...una critica en un medio de comunicación deja de ser pedagógica y se convierte en ruido. Hace falta un pacto entre la clase política y con los medios de comunicación, para no utilizar de forma incorrecta las voces disidentes. Y sé que es muy difícil! Yo misma en Madrid me paso el día haciendo bromas a Esperanza Aguirre con sus peleas con Gallardón. Esto tiene que ver con la madurez democrática, el respeto al otro, y con saber que determinadas reflexiones son un patrimonio que tu pones ahí y no debe servir de arma arrojadiza.

Con todo ello, y a falta de contrastar con la interesada, te parece que o el entrevistador de La Voz le sacó el jugo y lo hizo muy bien a la vez que la de La Nueva España lo hizo muy mal o, más bien, ella prefirió reservar unas declaraciones de más enjundia para un medio más afín, y que Dios y Matilde te lo perdonen por ser malpensado.

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