2007/12/30

CONQUISTAS DEL TIEMPO

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Ya comiste las uvas de Nochevieja y eso que todavía no estamos en el 2008, pero como es tradición (¿cuántos años tienen que pasar para que algo sea tradición?) os reunisteis cerca de sesenta fiesteros del coro de padres, del coro Santiaguín y algún otro allegado para engañar y ganar al tiempo. Sí, porque las doce campanadas suenan cuando os conviene, después del vino o vinos de bienvenida, después de gambas y bogavantes (se agradece el babero mandilón), después de la sopa calentina, del cabritu con ensalada (se sigue agradeciendo el babero mandilón), del mantecado helado, ahora ya pueden sonar las campanas, ¿que en realidad son ya son las doce y media? pues a las doce y media se pone ese reloj de péndulo que alguien trae de casa todos los años para la ocasión, se le da cuerda en ese momento y cuando dentro de dos minutos den las doce campanadas empezáis con las uvas, después los brindis, cava catalán (no sois rencorosos) y sidra El Gaitero, matasuegras, cuchufletas, serpentinas y algarabía.
Y después el bailongo con el Chachachá del tren y Ay mi torito mi torito bueno y Black is black y Volver volver volver y Asturias si yo supiera y Tengo un tractor amarillo y Todas las Canarias son …
Y te preguntas qué se cantará en Puertollano y en Andraitx y en Betanzos y en Ondárroa y en la Seo de Urgel y en Arévalo, y te parece que si se canta algo parecido la unidad de España no está en peligro.
Y después las sopas de ajo y los sudores consiguientes. La única sopa de ajo de todo el año. ¡Aquellas sopas de pan de la infancia, a veces amarillas, que identificas con las de tu madre, a veces rojas, que asignas a tu padre!
Y después, no podía faltar, el espontáneo que todos los años coge el micrófono y canta “Pescadores”, y si algún ligero fallo se detecta no fue del cantor, ca, es cosa del micrófono o de los altavoces o de las meigas.
Y sube después al escenario un improvisado ochote del Coro Santiaguín porque los cuentas y resulta que son ocho. ¡Y cómo suenan el Quirosanu que nun para de pisar y el Axuntábense y qué voz tienen los condenados a las cinco y media de la mañana!
Y termina la fiesta y haces un recuento de quien estuvo y quién faltó y caes en un detalle: casi todos vinieron con sus maridos, esposas o parejas, sean éstas o aquellos miembros de coro o no, y si alguna pareja vino a la mitad, no fueron las chicas las que faltaron, sino ellos.
Y junto al reloj que manejáis a vuestro gusto, aquí ves la segunda conquista del tiempo, de los tiempos.
Y te felicitas de vivir en un país en el que eso es normal.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Está bien que a veces el tiempo no sea oro... es mejor que el tiempo sean uvas... o conguitos...