Lees en la prensa una convocatoria para las antiguas alumnas de las Dominicas de Caborana. Ves que se concretan el día, la hora, el lugar y que al finalizar la asamblea, se celebrará una misa a una hora que también fija en la capilla en la que ensayas cánticos variados los martes y los jueves. A continuación lees que habrá una comida de convivencia “en un conocido hotel a las 14.30”.
Piensas: ¿hizo algo el hotel al periódico para que no publiquen su nombre? ¿son de pago esas notas de sociedad? ¿no encarga nunca publicidad ese hotel, o no la suficiente?.
Por otra parte, ¿se entera alguna de las antiguas colegialas por la breve nota o más bien ya se enteraron por los conductos convencionales: teléfono, correo electrónico, cartas? Siempre te llamaron la atención esas convocatorias, que ves justificadas para la primera ocasión por si alguien del grupo que nadie tiene localizado, se entera por el sueltillo de prensa. Más bien te parece que esas convocatorias sirven para animar a otros colectivos de antiguos alumnos que puede decir: “oye mira, los de los Escolapios se reúnen, que lo leí en la prensa. Teníamos que juntarnos nosotros también”.
Se te ocurre otra aviesa intención. A lo mejor las monjas propusieron que mejor no poner el lugar del restaurante, no vaya a ser que nadie fuera a la misa.
En fin, malicias que se te ocurren.
Puestos a avanzar en la abstracción propones esta otra nota, y así quedaría todo como mucho más chic, elegante y discreto: “Antiguas alumnas de una conocida institución religiosa de una de las Cuencas mineras se reunirán en Asamblea general ordinaria el 18 de noviembre en un edificio polivalente de Oviedo a las 11 horas en primera convocatoria. Al acabar, a las 13.00 se celebrará una misa en una capilla próxima y habrá una comida de convivencia en un conocido hotel a las 14.30”.
1 comentario:
Hablando de malicias... ¿qué hay de lo del anuncio de la Iglesia?
Publicar un comentario