Y NACIÓ SOFÍA
Ya es mala suerte que haya muerto Rostropovich, tan admirado por la Reina, por las mismas fechas en las que su príncipe iba a ser padre por segunda vez, pero Sofía estaba obligada a acudir a su funeral.
Ser reina te elimina algunas impaciencias, por ejemplo, que tu hijo, el príncipe, te comunique mientras estás a bordo el nombre decidido para tu nieta, privilegio del que no gozan el resto de los mortales con la disculpa o con el argumento de la seguridad aérea o simplemente porque allí arriba no hay cobertura.
Pero ahí estuvo la abuela haciendo de abuela, directa para la clínica.
¿Y dónde estaba el abuelo? Ah, se sienten. En un viaje privado por el extranjero. Sí, claro que tiene derecho a realizar un viaje privado por el extranjero, incluso a no decir donde, pero es que al Rey le gusta mucho el extranjero. Ya cuando se suicidó Erika, la hermana de Letizia, pilló al Rey en un cacería, y tuvo un primer momento de indecisión, o de decisión, de no suspender su programa para acudir a las honras fúnebres de lo que no dejaba de ser una plebeya.
¿Y dónde estaba el abuelo en esta ocasión?
Sería una desgracia enterarse por el TOMATE.
Ya es mala suerte que haya muerto Rostropovich, tan admirado por la Reina, por las mismas fechas en las que su príncipe iba a ser padre por segunda vez, pero Sofía estaba obligada a acudir a su funeral.
Ser reina te elimina algunas impaciencias, por ejemplo, que tu hijo, el príncipe, te comunique mientras estás a bordo el nombre decidido para tu nieta, privilegio del que no gozan el resto de los mortales con la disculpa o con el argumento de la seguridad aérea o simplemente porque allí arriba no hay cobertura.
Pero ahí estuvo la abuela haciendo de abuela, directa para la clínica.
¿Y dónde estaba el abuelo? Ah, se sienten. En un viaje privado por el extranjero. Sí, claro que tiene derecho a realizar un viaje privado por el extranjero, incluso a no decir donde, pero es que al Rey le gusta mucho el extranjero. Ya cuando se suicidó Erika, la hermana de Letizia, pilló al Rey en un cacería, y tuvo un primer momento de indecisión, o de decisión, de no suspender su programa para acudir a las honras fúnebres de lo que no dejaba de ser una plebeya.
¿Y dónde estaba el abuelo en esta ocasión?
Sería una desgracia enterarse por el TOMATE.
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