2007/05/23

FERNANDO ALONSO, TU MADRE Y EL BANCO DE SANTANDER

Cuando hablas por la noche con tu madre se extraña de haber visto un anuncio o una noticia de Fernando Alonso haciendo publicidad del Banco de Santander. Tú también te extrañas. La extrañeza, sin embargo, es de distinto origen. La extrañeza de tu madre nace de la ingenuidad o de la ignorancia y la tuya del exceso de información.

Tu madre se extraña de que anuncie el Banco de Santander y no la Caja de Ahorros de Asturias. Tu madre no dice Cajastur. Para tu madre ya pueden gastarse todo lo que quieran en publicidad que para ella el sitio donde tiene su (poco) dinero es la Caja de Ahorros de Asturias. Tu madre piensa que como la tía de Fernando Alonso trabaja en la Caja, él tiene que tener el dinero en la Caja, y que tiene que hacer publicidad para la Caja. Tu madre no sabe que sí tiene contratada una campaña de publicidad, pero como ella no es objetivo de la campaña, no le llegan los folletos, ni ponen los anuncios en la tele en las franjas horarias que ella ve. Tu madre desconoce la tela de intermediarios, patrocinadores, sociedades interpuestas, derechos de imagen y toda la marabunta. Tu madre proviene de un mundo en extinción en donde los tíos eran algo.

Tu extrañeza, sin embargo, proviene de exceso de información, además equivocada. En cuanto oyes que Fernando Alonso anuncia el Banco de Santander te vienen a la mente las palabras “contrato de exclusiva”. Recuerdas haber estudiado en Derecho Mercantil algo al respecto, pero cuando vas a las fuentes, ves que se refiere a los contratos de concesión, no a los de publicidad, de manera que o no lo estudiaste bien o, como dice la canción, “ya todo aquello pasó, todo quedó en el olvido”, en una frase, y, además, equivocada. Quédate con la copla de que Fernando Alonso y el Banco de Santander no se rigen por ningún contrato de los llamados típicos sino por los atípicos o innominados que se firman para cada ocasión.

Y no vas a hablar de la ética de anunciar a dos competidores a la vez, porque a Fernando le vienen bien los patrocinadores y entre ellos que se peguen.

Al final, para meter la pata, mejor por ignorancia…o ingenuidad.

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