2007/05/18

GALLARDÓN, SEBASTIÁN, EL DEBATE Y EL TOMATE

No habías oído nada del debate entre Ruiz Gallardón, alcalde de Madrid y candidato a renovar la alcaldía por el PP, y Miguel Sebastián, del Partido Socialista. Ni siquiera sabías que iban a debatir. Aunque Madrid tenga más de tres millones de habitantes y sea la capital del Estado, te habría interesado más acudir al debate celebrado en Pola de Lena entre los candidatos a la alcaldía de ese pequeño concejo, pero es el concejo en el que naciste, el concejo al que vas todas las semanas, el concejo que cada vez lamentas más no conocer y no patear lo suficiente, pero la vida no tiene vuelta atrás. Mientras viva tu madre, tendrás oportunidad de seguir vinculado. Después, Dios dirá.

No se te arregló ir, pero a lo mejor el debate de Pola de Lena era también interesante, no en vano su alcalde es el presidente de la FEMP asturiana, político con proyección, arecista, retorcedor de palabras. Casualmente su padre era Sigi, el taxista de cuyo coche te bajaste en La Frecha tres segundos antes de que te atropellara una furgoneta cuando, siendo un monaguillo de ocho o nueve años, el cura de Fierros se olvidó de algún utensilio imprescindible para la misa y te mandó en el taxi a su casa, en La Frecha, para que le trajeras lo que fuera menester. Saliste corriendo por detrás, sin mirar, y te pilló una furgoneta. Tu madre se acuerda siempre de la familia que te recogió. De resultas de aquello estuviste tres días en la cama, porque entonces se pensaba que si la cosa no era grave, un accidente se podía curar con reposo. De aquella también, tu padre quedó unos días mudo, después mejoró y pasó a a tartamudo. No es broma, le ocurría cuando tenía alguna emoción fuerte y le sucedió tres o cuatro veces en la vida, la primera cuando le robaron su primera bicicleta, la segunda cuando, estando reparando los bajos de un vagón, el tren emprendió la marcha y anduvo así unos kilómetros.

No ibas a hablar de taxis, ni de vagones, ni de tartamudos pero como las cerezas, una enreda a otra, y caes en la cuenta de lo acertado del título del programa de Julia Otero.

Estás, como todos los días que puedes, durmiendo la siesta. Son las cuatro y media y es la hora de volver por la tarde a trabajar. A esa hora está puesta la 5. Es una vergüenza, pero es la cadena que funciona en tu casa a esas horas, y eso que todos pasasteis varios años en la Universidad. Bien es verdad que podías a dormir al salón, pero prefieres apigazar en un sofá de la salita, que está más triscado.

De fondo, el Tomate. Según despiertas, ves a Miguel Sebastián mostrando una revista a Gallardón con la foto de una Abogada. Lees en la tele, es curioso leer en la tele, que Gallardón rechaza el asunto por ser una intromisión en la vida privada. Le dices a tu mujer que algo debe tener Gallardón con esa chica porque si no, no saldría en ese programa. No habíais oído nada.

Vas as trabajar. Desde la oficina intentas entrar en el vídeo de El País que reproduce la secuencia pero no hay manera porque todo el mundo debe estar intentando hacer lo mismo y supones que se habrá colapsado la página.

Lo intentas por la noche y entras EL PAÍS y, para empatar, en EL MUNDO. Prácticamente plagias de EL MUNDO un título para este articulillo.

Gallardón te cae bien. Da la impresión de hombre serio. En el inicio de su carrera política parecía que no tenía carisma, por contraposición a su padre, que era un exaltado. Miguel Sebastián te parece un pichafría, un intelectual, un tecnócrata, como a lo mejor era Gallardón.

Sacar este asunto en el tomate le hizo un flaco favor a Miguel Sebastián, que metió la pata, pónganse como se ponga la prensa sectaria que apoya cualquier cosa del Partido Socialista, que ataca cualquier cosa del Partido Popular, y eso que a Gallardón le doran la píldora.

Aunque solo sea por este patinazo, Sebastián merece perder las elecciones y todas las flechas que le lancen, como al santo de su nombre, las tendrá bien merecidas.

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