2008/06/13

NERVIOS EN EL AUDITORIO

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Esta tarde tu hija consiguió unas entradas para un concierto en el Auditorio, de manera que piraste el ensayo del coro de los jueves. Hiciste pellas, en palabra que descubriste recientemente. En tus tiempos era simplemente pirar, aunque no fuiste precisamente un pirón ¿si se enteran mis padres, qué?

¿Que qué tal estuvo el concierto? Lo más destacable, los nervios que pasaste a cuenta del tenor.

Estaba anunciada la actuación de la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias junto con una soprano italiana y un tenor asturiano. Ya te había dicho tu mujer que un compañero entendido sabía de las excelencias de la soprano y de la flojera del tenor, pero la entrada era gratis.

Se fueron intercalando piezas únicamente orquestales, con otras cantadas, algunas individualmente por la soprano y otros por el tenor y alguna ambos.

Los aplausos marcaban una diferencia elocuente, aunque la cortesía obligaba a no desairar al tenor, que era de casa.

Cada vez que salía, tus nervios a flor de piel, que no llega, que no llega, a qué le sale un gorgorito, muy bajo, bueno, de esta libró.

Mientras tanto le das vuelta al viaje de Grandas de Salime de mañana, a qué hora marcharemos, la semana que viene tenías que ir a ver a tu madre entre semana porque el sábado tenéis actuación, pero es tu santo, también tienes pendiente una fabada en Moreda, tienes que buscar un hueco para llamar al que está haciendo un árbol genealógico en el valle del Huerna, los borradores de la renta de tu madre y de una amiga, tenías falta de hablar con esa pariente de Valladolid para la rama de tu padre, todo eso entre el tenor y Strauss, Bizet y Puccini. De paso piensas cuando estudiabas en Derecho Administrativo la polémica doctrinal sobre los reglamentos independientes, es decir, si podía el Gobierno aprobar un Decreto que no colgara de una Ley, que no fuera una norma de desarrollo de ninguna ley. Venía esto a cuenta de que, como en tu empresa tenéis una ISO de esas, pero para un sector concreto de actividad, estos días tienes que definir unos datos (unos indicadores) que los ves claros pero como un deus ex machina que aterrizara en el escenario.

En estas sale el tenor, que llega, que llega, que no llega, a ver ahora, bueno, libró.

Aplausos finales. Menos mal que terminó. ¡Qué nervios!

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