Mi arquetipo de juez está tomado de uno que acaba de morir, el magistrado Manuel García Miguel. Mi padre me hablaba de él como uno de los mejores jueces con que se había encontrado en su larga vida de abogado. Cuando le conocí, el juez era ya magistrado del Tribunal Supremo, cuya Sala de lo Penal llegaría a presidir. Era un hombre alto, delgado, erguido, vestía siempre de oscuro, peinaba hacia atrás y en su rostro huesudo sobresalían unos grandes ojos, inquisitivos y algo burlones. Alguna vez lo tropecé en el metro de Madrid, al concluir su mañana en el Supremo. En el anden su figura y traza, elegante y quijotesca, con la cartera negra en la mano, destacaba de forma inevitable. Era desde luego un espléndido jurista, que nunca se apeó de las categorías del derecho, pero a las que trataba de infundir sus convicciones de viejo liberal amante del progreso, y su sentido social.
http://www.lne.es/secciones/noticia.jsp?pRef=2008053100_42_641860__Asturias-juez
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