Este año tu empresa, aprovechando que el Ministro del ramo era gallego, encargó unos libros sobre los faros galaicos, que no es que sean de gran formato (los libros) pero quedan aparentes.
Puedes tomar alguno, incluso varios, porque a veces estas cosas acaban sobrando, pero ¿a quién se los puedes dar que no los tire a la basura después de darte las gracias? Hiciste memoria, incluso repasaste el listín telefónico de tú móvil. Ya habías decidido el destino. Se lo darías a algún gallego a quién ibas a ver antes de fin de año y con esa intención lo cogiste debajo del brazo para tenerlo a mano en casa, pero héteme aquí, que, como dice el villancico asturiano, hay jolgorio en el pueblu porque ye Navidá, o lo que es lo mismo, todo son comidas y vinos de despedida del año. Por ese motivo asoman por la capital compañeros no habituales. Como tenías que pasar por la tarde la ITV del coche, modificas ligeramente el horario y divisas a un destinatario perfecto, precisamente un antiguo compañero tuyo, gallego por más señas, cuyo padre fue capitán de la Marina Mercante. ¿A quién mejor? Cambiada la adjudicación del libro sobre la marcha. ¿Cómo no se te había ocurrido antes?
Pasado el trámite y con la alegría de haber pasado la ITV, cuando embocas tu calle a los mandos del vehículo, muy cerca ya del garaje, en la terraza de un chigre ayerán, que además se llama así, te encuentras con otros tres compañeros a quienes paras para saludar. ¿Que si hace una copa de cava? Hace, porque es Navidad.
De una en otra, hubo que cantar algún villancico sobre la marcha. Cuando embocas uno cualquiera, se une otro penitente a dos voces a quien extrañó que no entonaras las versiones más populares sino algunas más académicas. Resultó ser antiguo seminarista reconvertido al Pozu Moqueta. Entre tonada y villancico, contó cómo los escolanos de Covadonga ejercitaban la respiración tumbados sobre una mesa para que el resto de niños cantores observaran el movimiento de los músculos, el diafragma, etc. ¡y pensar lo que pensamos de los ejercicios de nuestro coro! Este hombre resultó haber vivido en Pajares, sufrió un accidente en La Romía y, además, de refilón te enteras de alguna curiosidad genealógica de la zona.
Y (casi) nos dieron las diez, y las once y las doce…
Todo por culpa de la ITV porque iba a ser un día corriente y moliente.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
Pues si sobran guardarme uno.
JMT
endiluego, vese que yes abogau!, vaya disculpa para llegar como llegaste a casa y a menudas horas! La ITV, si...
Este día dejaste atónito a más de uno con tu tono de voz!!!
Es más aún no han salido de su asombro.....
Publicar un comentario