2009/07/27

OLD SHATTERHAND

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Hace años que querías saber de Old Shatterhand, que no sabías cómo se escribía exactamente, pero te venía con frecuencia a la cabeza: Old Shatterhand, Old Shaterhand, que sonoro sí es el nombre.

Hay quienes recuerdan con gran precisión los momentos, las películas, las aventuras y las lecturas de la adolescencia, tú no, salvo que te dé por inventar, para no quedar mal, cuando te encuentras con otro de aquella época que parezca recordar los últimos detalles.

Leiste unas cuantas novelas de aventuras en las que el protagonista era Old Shatterhand. Te parece haberlo leído con trece o catorce años, no más, tampoco recuerdas la pasta de los libros, ni si incluían dibujos, sí sabes que eran de la biblioteca juvenil del colegio y que eran aventuras del Oeste, pero bien te cuidabas tú de no confundir aquellas novelas con las de Marcial Lafuente Estefanía, que ya desde joven te las querías dar de cultureta. Tú no leías esas novelas gastadas que se metían de cualquier manera en el bolso trasero de un vaquero (decir "tejano" siempre te pareció cursi).

Con gran pasmo lees ahora una alusión a Old Shatterhan en uno de esos viejos artículos de hamaca y sombrilla, concretamente uno de Javier Marías "De qué lado estar", que relata con gracia dónde se ponía cada uno en los juegos juveniles. "Los niños de mi época solíamos jugar a policías y ladrones y a indios y vaqueros, como los de todas las generaciones desde que existieron las leyendas del Lejano Oeste, o por lo menos las hoy injustamente olvidadas novelas de Zane Grey y las más justamente olvidadas del alemán Karl May, el autor favorito de Hitler (al parecer atesoraba la colección completa de las aventuras del blanco Old Shatterhand y el piel roja Winnetou)".

Te quedaste de piedra. Tú y Hitler con el mismo ídolo. ¡En el liberal Seminario que tú creías, una mano oculta dejaba sibilinamente bien a la vista las obras completas de Karl May! No tienes conciencia, sin embargo, de que aquellas lecturas hayan supuesto en tu vida un antes y un después. De hecho ninguna aventura recuerdas después de tantos libros leídos, pero eso te pasa con este y con otros muchos autores. A veces te parece que se exagera con las influencias de las lecturas juveniles.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ahora las criaturas lo tiene dificil para jugar
Los indios y los vaqueros han dejado de existir. Ya no hay
¿Policías y ladrones?,?. Y a eso ¿como se juega, si la mayor parte de las veces los ladrones están en la calle?
¿A buenos y malos?. Pues no lo sé porque los malos son los que más salen en la tele y ganan un pastón.
Y de la lectura ya no queda ni rastro. Fuera del movil, you tube , face book etc. el mundo no existe.
Vaya panorama ¿eh?

Karen Dinesen dijo...

El panorama no es ciertamente halagüeño...Pero si nos puede el pesimismo agotamos toda posibilidad de incidir para modificar las tendencias.
Los niños y niñas de hoy están tan capacitados como los de antes para distinguir entre el bien y el mal.Pero necesitan referencias y orientación.
Les gusta jugar si se les dan motivos o recursos.
Y os aseguro que pueden ser adictos lectores.
Pero para que esto pueda ser, los adultos debemos hacer de ello nuestra causa, nuestra objetivo. y pelearlo.
Lo más triste de la situación y lo que hace crecer el pesimismo es el abandono de responsabilidades de quienes deberían tenerlas frente a los "peques". Éstos crecen a veces como las margaritas silvestres y en la mayoría de los casos, en estas circunstancias, salen cardos.
Algunos (o demasiados) padres carecen de tiempo y/o criterio, y delegan sus responabilidades en la T.V., la play o el ordenador sin control alguno.
Pero yo os puedo asegurar que si se les ayuda a descubrir otras formas y modos, además del balón, pueden jugar con entusiasmo a las chapas, por citar un ejemplo.Y les encanta todo juego que implique jugar a varios.
Una cosa es cierta.Cuando se van del Colegio a casa se encuentran solos. Por eso es más difícil tratar de concentrarles en el aula, ya que para ellos ésta es un espacio de socialización.
Lo dejo que me enrollo.
Sólo añado: pueden ser excelentes lectores. Sólo hay que ayudarles a descubrir lo bien que lo pasa uno leyendo.
Disculpad el rollo.El tema me apasiona.

JoanCG dijo...

En mi caso no hubo un antes y después pero si la confirmación vía novela que no todos los indios eran malos ni los blancos buenos.
Quizá por ello el avatar que utilizo desde hace unos años con mi nick, en internet, es el que es, y no por ganas de hacer el indio :)