2009/07/27

DIGRESIÓN VERANIEGA SOBRE EL RETRATO, LA BELLEZA Y EL ARTE


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Ojeas el libro de Ulrich Renz "La ciencia de la belleza" y unas horas depués lees un artículo sobre una exposición de retratos de autores tan dispares como Durero, Rembrandt, Picasso o Dalí.

Hablar de la belleza como ciencia te parece una exageración pero todo el que toca un asunto quiere que aquello a lo que él se dedica o aquello sobre lo que escribe sea ciencia: el periodismo, los tatuajes, tocar la flauta travesera o la peluquería canina.

El resultado de aquel estudio viene a decir que, pese a algunos cambios, existen unos cánones universales de belleza que trascienden de tiempo y espacio. Pone como ejemplo la fascinación que hoy sentimos, como se supone que habrá ocurrido en su tiempo, por la reina Nefertiti o por la Venus de Milo. En fin, para gustos hay colores, pero uno prefiere a seres tambien tan inalcanzables como Lydia Bosch (¡ay, Lidina), o Maribel Verdú o Aitana Sánchez-Gijón o Concha García Campoy o Julia Otero u otras musguinas de andar por casa que por prudencia silencias. No vas a negar, sin embargo, que estás de acuerdo con algunas características que definen la belleza: una piel inmaculada, la simetría, unos pómulos marcados o unas mejillas delgadas.

El autor defiende que dentro de unos márgenes culturales el concepto de belleza es similar entre todos los humanos. No estás de acuerdo. Te parecen espantosos física y moralmente los pies constreñidos de las japonesas o los labios deformados por aros en algunas tribus africanas, ni fu ni fa te producen los lunares rojos de la frente de las indias-hindúes, y así sucesivamente.
Aquí enlazas con el arte. No le ves la gracia a "Las Tres Gracias" orondas de Rubens. No vas a decir que la Venus de Boticelli sea fea, pero no la propondrías para Miss. En cuanto a los retratos, aquí seguramente lo que habrá que valorar no sea la belleza (porque si los modelos son feos, feos saldrán, que aunque la mona se vista de seda mona se queda) sino que se ajusten al original, incluso que traspasen el rostro hasta llegar al alma, como dicen que representa el retrato del Papa Inocencio, al menos es lo que repiten los libros, sólo que como no sabes como era por dentro Inocencio X no tienes manera de adivinar si Velázquez acertó en plan Freud.

En esas galería de retratos que decías al principio, destacas uno que nunca habías visto y que más bien te parece una caricatura ambi o plurivalente y es lo que Dalí hizo de Picasso. ¿Se puede adivinar que sea Picasso el de la lengua fuera? ¿qué quieren decir ese cerebro en el que se mezclan sesos y cuernos? ¿y una boca de la que sale tanto la lengua (¿elemento sexual en este caso?) como una prolongación del cerebro que termina en cuchara, que tanto puede ser un soporte de arte-guitarra o banjo como el brazo que se estira para recaudar por el trabajo artístico? ¿y qué decir de esa cabeza sin ojos y sin tronco integrado en el las piernas fláccidas de una mujer? ¿merece colocarse entre la lista de retratos o es más bien un insulto? ¿e arte? y si es arte ¿es bello?

1 comentario:

belijerez dijo...

¡¡Vete a saber el fondo y la forma!!!
Los neuroticos confunden fondo y forma.¡¡Ay las percepciones!!
Para mi la belleza tiene registros de armonía, paz y un halo envolvente amoroso, por eso la belleza es subjetiva aunque pretendan cada cultura poner sus cánones o códigos.
Personalmente me encantan las "tres gracias".