(De un PAÍS SEMANAL de hace dos años)
No es posible que el éxito radiofónico de Federico Jiménez Losantos se deba únicamente a motivos ideológicos (de ser así, este epaís habría estallado hace tiempo); contra lo que cree una parte del PP, que acata las reprimendas de Losantos con docilidad no indigna de los pupilos de la señorita Rotenmeyer, yo sospecho que su aceptación se debe a su portentosa capacidad para ejercer el desprecio: basta con escucharle pronunciar el nombre de un político odiado, incluido más de uno del PP, con el correspondiente chasquido de asco, para sentir en la cara una vaharada de veneno e imaginarse al castellano viejo de siempre acodado a la barra de un bar, con una copa de coñac en la mano, el suelo lleno de restos de gambas y el palillo despectivo en la boca, disparando contra todo lo que se mueve con una furia que a la vez hechiza y alivia a quienes lo escuchan, como si ese odio salvaje fuera un lenitivo contra una oscura enfermedad incurable.
5 comentarios:
Luis Simón: si hubieras querido reflejar la personificación simbólica del desprecio,posiblemente no podrías haber escogido mejor texto.Javier Cercas lo describe magníficamente.
Espero que la faena de la silla (porque es una faena el hecho, aunque no os afecte mucho el desembolso que os suponga comprar otra),no altere el descanso y el disfrute vacacional.
¡¡Qué ricos los baños por contaminado que esté nuestro Mediterráneo!!
Y si aprovechas el madrugón para pegarte un baño en solitario o en minoría además de para comprar la Nueva, pues una gozada!!
Que sigais disfrutando!!
Aunque mi abuela decía aquello de que "no hay mayor desprecio que no hacer aprecio". En este caso (que es el que yo procuro aplicar) no sería tan útil el extracto del texto de Javier Cercas.
Ahora que dispones de tiempo puedes emplear un poco del mismo, si te apetece lógicamente, en pensar cómo lo simbolizarías tú.
A mí me está tentando la idea...jeje
Javier Cercas es un escritor muy recomendable. Magnifico su último libro, Anatomía de un instante, sobre el 23F.
Por aquí llueve, así que aprovecha.
Un saludo
como dicen por Asturias: "a todo gochu le llega su San Martín".
La única diferencia es que después se aprovecha todo del gochu, y si embargo,de este individuo, no queda nada aprovechable.
En esta sociedad de lo politicamente correcto,con un relativismo feroz e intelectualmente dormida, el decir la verdad sin adjetivos,da lugar, como se observa en el comentario,a censores disfrazados de democratas
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