El que busca encuentra, a veces, habría que matizar. Otras veces no encuentra nada. Otras se encuentra lo que no se busca.
Las esquelas son una fuente inagotable de información y de sorpresas. No te conformas con leer las del periódico del día. A veces, entre culín y culín ojeas el ABC y no te pierdes la tercera, ni los chistes de Mingote o Máximo, y te detienes sin falta en las páginas de las esquelas, en donde puedes comprobar los usos protocolarios de la nobleza en la hora del adiós. Incluso GPA en sus visitas a las estaciones del monte se encarga de darte novedades sobre esas esquelas clavadas en los postes del teléfono.
A veces encuentras esquelas sorprendentes que son una biografía. Ves la esquela de este Angel Piquero Corujo, que necesariamente tuvo que dejar escrita él, pero los suyos la completaron con unas líneas de cosecha propia que no desentonan con las pinceladas autobiográficas del difunto. Por seguir con tu comentario anterior, este hombre quiso que se le recordara por su afición y no por su profesión, como jugador de ajedrez.
Dejó constancia del lugar de nacimiento, de sus enfermedades primeras y últimas, de sus viajes a las Américas y del retorno, de sus múltiples aficiones y ocupaciones profesionales, de su vida familiar, de sus gustos culinarios, de su forma de ser.
Todo eso autodefiniéndose como reservado.
4 comentarios:
Muy interesante.Además me pareces que tienes razón cuando dices que son una fuente inagotable de información y sorpresas.
Un saludo
Curiosa la esquela de Don Angel Piquero, a nadie nos gusta tener una esquela, pero puesta a tenerla esta es un buen recuerdo de lo que fue su vida.
Q original!
Desgraciadamente mi padre Ángel Piquero falleció tras padecer Alzheimer sus últimos años. No dejó preparado el texto que fue preparado por la misma pluma. Gracias por hacerse eco de este recuerdo de nuestro padre que vive en nuestra memoria. José Ángel Piquero.
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