2009/09/04

BATALLITAS DE JUBILADOS

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Pronto entrarás, si no estás ya, en edad de contar batallitas, de ahí que ahora busques compañías que acaso antes rehuías.

Como otras muchas tardes tenías pensado pasar hora y pico en la biblioteca consultando periódicos antiguos con sus correspondientes esquelas. Sales de la oficina algo más tarde de las siete cuando ves muy cerca de la estación a otro jubilado del ferrocarril, éste maquinista, que ya no cumplirá los ochenta. Te quedas charlando con él porque posiblemente te dé en menos tiempo más datos de los que puedas encontrar en un CD, además de recordarte cómo te subía a su máquina siendo poco más que un bebé y te mojaba los labios con la bota de vino, trago que terminaba tu padre de buen grado. Hoy los bebés y los maquinistas ya no beben.

Es un hombre al que se le amontonan las ideas contando anécdotas hasta el punto de que casi no termina ninguna. Ahora vive en una urbanización de semiélite alejado de los trenes de viajeros. Para un ferroviario vivir lejos del tren es un asilo político adonde se va obligado. Solamente ve pasar algún tren de mercancías y se le va la vista detrás.

Recuerda historias de cuando llevó el primer tren entre Veriña y La Camocha nada más inaugurar Franco la vía (si non e vero e bene trovato) y cómo a mitad de camino, hacia Tremañes, le llamaba la atención una joven siempre asomada a la ventana de una casilla-vivienda de entre las cientos que había repartidas a lo largo de la vía. Era la vivienda del capataz, al que conocería más adelante. Este maquinista siempre pensó que aquella era su hija. En una ocasión en la que coincidieron en una estación, le preguntó que si no tendría algo por casa para "este chavalín", su ayudante.

- Tengo una desgracia en casa, la que está asomada a la ventana es mi mujer, que está inútil de cintura para abajo.

Seguramente no será hoy políticamente correcto hablar de inutilidades, pero intentas reproducir fielmente sus palabras, que serían las de la época.

También hay batallitas tristes.

2 comentarios:

belijerez dijo...

Hoy en día se diría persona con discapacidad y con "pagita" incluida según la ley. Seguramente será por eso que ya no son "inutiles", ahora incluso son una ventaja para muchas empresas contratar a personas con discapacidad, afortunadamente los cambios en nuestra sociedad son para bien, algunos... claro está.
Las batallitas, o mejor las historias siempre mejoran el "disco duro", los caminos neuronales se forman con nuestras vivencias y es una forma de "formatearlo"...valgan las fffffff.
saludos Buridan.

mariano santiso dijo...

Da vértigo saber que en nada seremos tambien uno màs de esos jubilados con batallitas que contar. Cada día pasa màs rápido que el anterior.