GRACIAS, PIZARRO

El gran Pizarro, superstar del PP, te va a dar argumentos para no faltar a los ensayos del coro salvo causa de fuerza mayor.
Das las gracias a tu señora por haberte traído hoy EL PAÍS porque te dio poderosas razones en favor de la actividad coral. Aunque lo lees diariamente por internet, el titular y la noticia que viste en papel no las habías encontrado en la edición electrónica porque a veces las noticias se esconden vete a saber dónde.
Lees que Pizarro y distintas agrupaciones regionales del PP andan polemizando con el trasvase del Ebro. No te escandalizas ni te echas las manos a la cabeza. Es normal que dentro de un mismo partido existan discrepancias. No te rasgas las vestiduras porque el PSOE de tu tierra haya votado contra la variante de Pajares en tiempos, como si hubiera votado a favor; o que un pacifista defienda la existencia de una fábrica de armas si trabajan en ella, como si se manifiestan en contra; o que un militante ecologista defienda la existencia de una nuclear si le da de comer, como si apoya su cierre. Buridán comprendería las dudas en casos fronterizos o límite. En definitiva, que Pizarro esté a favor del trasvase del Ebro te parece normal, aunque disfrace las palabras con eufemismos electorales. Tan normal lo ves que leíste el titular y cuatro líneas más y ahí lo dejaste porque no ibas a encontrar más que politiqueo.
Pasas a otra noticia de la misma página y ves que Pizarro manifiesta que “Le compraría a Zapatero la voz de su señora”. Sigues leyendo intrigado por encontrar la ocurrencia esa de la compra de la voz. Te enteras de que Pizarro lanzó una indirecta directa señalando que “a ver si nos regala sus canciones, ya que no pudo estar en el aniversario del Rey por estar en el coro. Resulta que no puede faltar una voz entre las cuarenta del coro” y que es tan importante que se la compraría.
Pues muy bien, aunque seguramente tú no vas a cantar a Verdi en el Liceo de Barcelona, si están en vuestro repertorio los coros del Nabucco del compositor italiano (Va pensiero, sull’ali dorate…). Prefiriendo Sonsoles actuar con su coro en Barcelona cantando a Verdi antes que estar agasajando al Rey en su cuarenta aniversario monárquico, además de demostrar que no es mujer florero, dignificó la actividad coral. Así que, si Sonsoles prefirió cantar a Verdi antes que ir a sonreír al Rey, tú y los que, como tú, cantáis en un humilde coro, os lo deberíais pensar muy mucho antes de faltar a un ensayo.
Escarbas un poco en internet por ver si el tal desaire estaba muy difundido y tú no te habías enterado y solo encuentras menciones en Libertad Digital y el Semanal Digital. No te extraña, son el tomate digital.
Se ve que Pizarro, y a lo mejor los suyos, tienen en mucha más estima los solos que las actuaciones del conjunto, el triunfo individual que los valores colectivos. Será.
Pizarro debería saber que una voz entre cuarenta también es importante.