https://www.lne.es/sociedad/2019/09/13/garcia-valdes-redes-propician-comunicacion/2528682.htmlTú no lo tienes tan claro. Tienes leído, lees y seguirás leyendo seguramente libros impresos escritos por amigos y conocidos que no pasarían ningún umbral de calidad, pero tienen el descaro suficiente para llegar hasta la imprenta y hasta las librerías tradicionales. Los seguirás leyendo, por cortesía y porque hay un interés especial en lo próximo, lo mismo que acudes a un exposición de un pintor amigo o conocido, o un cantante o un músico o un actor de teatro a sabiendas de que no brillan precisamente por su calidad, sino por su tesón.
El caso de un actor de teatro es diferente porque difícilmente puedes dar con grupos enteros que memoricen unos diálogos y los cuelguen en la red. Sin embargo, pintores u otros (pretendidos) artistas pueden mostrarlos ahí y el visualizador puede hacerse una idea de si merecen o no la pena, aunque una visión física añada un plus a la hora de valorar el resultado.
En definitiva, la directora del libro defiende su parcela de influencia o de poder, pero no estás del todo de acuerdo en el (sub)titular.
1 comentario:
La deshumanización del arte. El arte, lo que e considera arte, es un concepto muy subjetivo. Hay escritos que no nos producen ninguna sensación, no nos emocionan. Hay música que sólo suena, pero no nos transmite vibraciones, hay películas que no nos muestran nada que nos impresione, hay cuadros que nos parecen feos, no tienen trazos definidos con gracia. Hay gente no disfruta de Mozart y oye a Barón Rojo. ¿Cuánta gente disfruta de una música, de una pintura, de un libro, de una escultura, de una arquitectura, de una cara guapa, de un simpatía? Parece ser que mucha gente disfruta de un partido de fútbol y si gana España, también del baloncesto. En Internet se puede leer gratis a Calderón y muchos compran el último libro de moda traducido del inglés, con el que no tienen nada que ver, pero el marketing le ha convertido en best seller.
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