Llegaste con el tiempo muy justo al polideportivo de Vallobín en Oviedo y por poco te ocurre lo mismo que en el mítin de Rajoy, que te quedaste con las ganas de escuchar al que tiene todas las papeletas para presidir el Gobierno. Para este de Felipe González estabas dispuesto a colarte por un furacu. Quedó fuera mucha gente y hubo quien habló de imprevisión.
Felipe hablaría durante una hora. Mientras tanto tú estabas pensando qué ocurriría si sus palabras las estuvieras leyendo tranquilamente en unos folios. Podrías subrayar, repasar, digerir, pero no es lo mismo. Si fuera un artículo en un periódico o en un suplemento ocuparía no menos de cinco páginas. Es fácil que no pasaras de la primera. Sin embargo, lo oyes de viva voz, con el tono experimentado de Felipe González y no es lo mismo porque es un orador único.
Además, Felipe lleva unos años dedicándose casi en exclusiva a la política internacional, en particular a la europea. Un mítin en el que la parte central versa sobre Europa es una pesadez, pero en esta ocasión, pocos políticos podemos encontrar con la visión internacional del ex presidente.
Los intervinientes anteriores, Carreño, secretario del PSOE local, y Trevín, número 1 para el Congreso, no dedicaron ni una palabra de recuerdo para Zapatero. A lo mejor lo marca así el manual socialista del candidato, pero es una descortesía para el todavía Presidente y secretario general de su partido. Es de bien nacidos ser agradecidos. Tuvo que ser Felipe quien, en una primera alusión, dijera que los especuladores (a quienes diferenció de los mercados) habían metido en un buen lío a Zapatero, frase que mereció el aplauso del público.
Entre los méritos de Rubalcaba y de Zapatero apuntó, pero pasando de puntillas, que llevamos una temporada sin atentados terroristas, pero este éxito queda fuera del debate electoral. Mala suerte no poder apoyarse en las cuestiones de Estado cuando son favorables.
Se centró con brillantez en la árida materia de Europa, que para eso lo nombraron presidente de un Comité de expertos.
Como orador único, Felipe oró por y para Rubalcaba, pero no sabemos si sus oraciones llegarán al cielo o a la urna. Incluso a veces, pareció entreverse que se dirigía a Rajoy como inevitable presidente del Gobierno.
Felipe hablaría durante una hora. Mientras tanto tú estabas pensando qué ocurriría si sus palabras las estuvieras leyendo tranquilamente en unos folios. Podrías subrayar, repasar, digerir, pero no es lo mismo. Si fuera un artículo en un periódico o en un suplemento ocuparía no menos de cinco páginas. Es fácil que no pasaras de la primera. Sin embargo, lo oyes de viva voz, con el tono experimentado de Felipe González y no es lo mismo porque es un orador único.
Además, Felipe lleva unos años dedicándose casi en exclusiva a la política internacional, en particular a la europea. Un mítin en el que la parte central versa sobre Europa es una pesadez, pero en esta ocasión, pocos políticos podemos encontrar con la visión internacional del ex presidente.
Los intervinientes anteriores, Carreño, secretario del PSOE local, y Trevín, número 1 para el Congreso, no dedicaron ni una palabra de recuerdo para Zapatero. A lo mejor lo marca así el manual socialista del candidato, pero es una descortesía para el todavía Presidente y secretario general de su partido. Es de bien nacidos ser agradecidos. Tuvo que ser Felipe quien, en una primera alusión, dijera que los especuladores (a quienes diferenció de los mercados) habían metido en un buen lío a Zapatero, frase que mereció el aplauso del público.
Entre los méritos de Rubalcaba y de Zapatero apuntó, pero pasando de puntillas, que llevamos una temporada sin atentados terroristas, pero este éxito queda fuera del debate electoral. Mala suerte no poder apoyarse en las cuestiones de Estado cuando son favorables.
Se centró con brillantez en la árida materia de Europa, que para eso lo nombraron presidente de un Comité de expertos.
Como orador único, Felipe oró por y para Rubalcaba, pero no sabemos si sus oraciones llegarán al cielo o a la urna. Incluso a veces, pareció entreverse que se dirigía a Rajoy como inevitable presidente del Gobierno.
2 comentarios:
despejó la X al final?
FG visionario! ;)
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