2011/11/08

EL DEBATE RAJOY-RUBALCABA

No es obligatorio pronunciarse públicamente sobre el debate electoral que radios y televisiones acaban de emitir, entre Rubalcaba, candidato del PSOE a la Presidencia del Gobierno, y Rajoy, candidato del Partido Popular. Sin embargo te apetece, aunque sea para decir alguna nadería.

En cuanto a soltura, Rubalcaba ganó un punto al no leer prácticamente en ningún momento del debate, por contraposición a Rajoy que inició cada tramo del debate leyendo y de la misma forma lo terminó. Ahora bien, ¿en realidad qué importa? El que no lee, si lo hace bien, tiene posibilidades de resultar más brillante, pero no más eficaz para encarar un problema. Sí cabe suponer que el que lee tendrá más reflejos, pero tampoco sabes si unos reflejos tan instantáneos son tan importantes en política. Al fin y al cabo, siempre habrá tiempo de consultar con un equipo las decisiones más importantes. Improvisar, si tiene algún paralelismo con los reflejos, puede ser negativo. Lo importante es lo que dijeran, fuera improvisado o no.

Rubalcaba, consciente de la inferioridad derivada de las encuestas y de la situación económica, intentó hacer hincapié en varios tramos del debate en algún punto débil o ambiguo del programa electoral del Partido Popular. Rajoy no se dejó acosar por ahí y salió por la tangente, lo mismo que Rubalcaba cuando le tocó escabullirse.

No se acusaron con casos de corrupción, porque todos están para callar y emponzoñarían el debate con el inevitable “y tú más”.

Curioso que la construcción disparada de viviendas a mediados de los noventa, que entonces Zapatero y los suyos habrán presentado como un éxito, ahora Rajoy lo ponga de muestra de la burbuja inmobiliaria.

Se esté de acuerdo o no con el programa, estuvo acertado Rubalcaba al destacar la aprobación de esas leyes de igualdad y leyes cívicas, que ningún gobierno ve nunca oportunidad de tramitar porque siempre hay una situación económica negativa, incluso en épocas de bonanza.

Acertó Rajoy al dedicar sus primeras palabras al militar español muerto en Afganistán. Te parce que descolocó un poco a Rubalcaba con esa introducción. Más tarde, el socialista, para no quedar atrás, habló de asesinato, pero desconoces si en sentido técnico-jurídico o simplemente, con no mucho acierto, como sinónimo de muerte violenta.

Al final del debate, la suerte estaba echada y supieron reconducirlo hacia terrenos de consenso, dejando una sensación de civismo.

¿Quién jugó mejor? La respuesta es imposible. Los tuyos siempre juegan un poco mejor.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Si a mi me piden la primera impresión sobre el debate, daría la misma que me causaron todos los anteriores. Aburrimiento total. ¿Como es posible que a nada que salga cualquier tema que toca la política mientras tomas un vino en León o una sidra en Oviedo, inmediatamente surja una tertulia, cuando no una pequeña refriega, que será cualquier cosa, menos aburrida? Y con esos dos que estaban ahí, que supuestamente son lo más granado de nuestra política nacional, menos lo entiendo aún. Yo, a estas alturas del calendario, ya no les pido que expongan ideas brillantes o puntos claros de su programa, por que creo que no tienen ni lo uno ni lo otro, pero al menos, que nos brinden un rato de distracción. Igual es cosa de la edad, pero yo ya me habría sentido satisfecho si hubiera sido capaz de aguantar todo el debate delante de la tele, en lugar de tener que dejarlo por que me estaba quedando dormido.
Manolo Manteiga