Los indignados hace tiempo que merecieron un comentario tuyo que nunca llegó. Más tarde fueron otros acontecimientos que deberían haber originado otras reflexiones o por lo menos ocurrencias. Sin abandonar el rastreo genealógico, ahora estás liado colocando archivos fotográficos de tu comarca de origen y otros inclasificables en la marabunta de carpetas que tienes desparramadas por el ordenador sin saber qué criterio seguir. La duda ataca también por aquí.
Andas también entretenido dentro y fuera de jornada con la preparación de una presentación medioambiental y no te da tiempo siquiera de pensar ni plasmar aquí si te alegra o te entristece lo de la SGAE y lo del directivo del FMI, que tanta materia darían para el palique.
Siguiendo la técnica de los locutores de continuidad, que salían de vez en cuando a antena para decir que ahí estaban y para recomendar que los telespectadores permanecieran atentos a la pantalla, pero que de momento no podían decir nada más, así estás tú con un artículo de pura continuidad.
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