Vas a escribir una página con bromas y veras.
Empiezas por las veras.
Crees que la prevalencia del padre en el orden de los apellidos es discriminatoria. No estás de acuerdo con que haya otras cosas más importantes, por ejemplo las cuestiones de trascendencia económica. Cómo se llama una persona es muy importante. El nombre lo acompañará toda su vida, a lo mejor la situación económica es cambiante. Con el argumento de las urgencias no existirían más que Ministerios, Consejerías y Concejalías del área económica. Habría que eliminar por superfluas las Facultades de Arte, de Historia, de Literatura ¿qué aportan en tiempos de crisis?
Sin embargo, resolver las dudas por orden alfabético es desacertado y no prosperará porque la parte cuyos apellidos vayan primero en orden alfabético apostará en la duda a caballo ganador. ¿Sortear los apellidos? Seguramente en muchos casos se sortean los nombres y no pasa nada. A lo mejor tiene lugar hoy en la práctica una preeminencia masculina que nadie cuestiona al decidir el nombre, por aquello de que cuando se va a asentar al recién nacido en el Registro Civil, la madre está hospitalizada y quien firma en el Juzgado es el padre.
Sin resolver las veras, van ahora las bromas.
Hay quien se acordó de ti, seguramente para apenarse, a raíz de este anuncio de eliminar la preferencia paterna en el orden de los apellidos. Intuyen o incluso saben que eres un pinchapraos de los archivos. Un pinchapraos era como llamaba a los aprendices de arqueólogos el gran don Raúl Arias del Valle, Archivero de la Catedral, que te dio Historia del arte el Sexto de Bachiller(ato). Por una parte estarían los arqueólogos con conocimiento de causa y por otra los arqueólogos domingueros, los pinchapraos que escargatan como las pitas.
Eso eres tú, que monta el Gobierno un proyecto de modificación del Registro Civil y se te caen los esquemas y te joroban tus sencillas bases datos, que dan por supuesto que si listas primer apellido es el del padre y si listas el segundo es el de la madre, si listas el tercero es el segundo del padre y si listas el cuarto es el segundo de la madre y así sucesivamente.
Por si no era poca dificultad para ti, pinchapraos, que los García-Morán con el tiempo acabaran unos en García y otros en Morán, que los Fernández-Miranda, hicieran lo propio acabando en Fernández o en Miranda, otro tanto los Fernández-Campomanes o los García-Campomanes, lo propio con los Fernández-Ronzón, otro tanto con los García-Cachero o los Fernández-Fueyo.
Ahora viene Zapatero y decide que totum revolutum, todos revueltos, hala, al sorteo en caso de duda.
Puestos a ser radical, tú a la cabeza. Que quiten los apellidos. Son una reminiscencia de hace veinte siglos, que nacen del latino “apellare”, llamar, lo mismo que apelar en juicio o reclamar. Que cuando nazca un guaje se le ponga un código alfanumérico de esos aleatorios que se incluyen en páginas de prensa o blogs para poder participar. También podría ser un símbolo como el del cantante anteriormente llamado Prince.
¿Cómo te llamarías tú si te tuvieras que rebautizar?
Podría ser un número, el 141 que era el de la bolsa de la ropa del Seminario, el 95 de recluta en Cáceres, el 123 de la milicia ferroviaria, el de la Seguridad Social, el carnet de Identidad, la matrícula ferroviaria, la tarjeta de viaje alfanumérica, el 2020 del Colegio de Abogados, el CETRU17, usuario informático de la empresa, el cambiante número de móvil, el Sipi, el Luchi…
Ante ese amplio abanico, sin duda te decantarías por Buridán, Buridán de nombre y Buridán de apellidos, el hombre que duda sin parar, pero ¿cómo sin duda, si Buridán duda de todo?
Finalizadas estas líneas, dudas si las bromas eran veras o las veras bromas.
2010/11/11
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6 comentarios:
A tí como vas pa tras no te va afectar. Los de aquí pa lante que los investigue otru.
Buridán Buridán...Me satisface comprobar que tu sentido del humor sigue en pie a pesar de la tormenta que se te avecina como lo de los apellidos se resuelva por sorteo como en la mili.
Pero espero que hablases de bromas cuando dices de veras...La crisis, la aguda crisis... ¡es la de pensamiento, querido Buri!.
Un abrazo.
dentro de poco todo con un código de barras y listo
juvenal
En mi opinión el primer apellido debería ser siempre el de la madre, que te lleva dentro 9 meses y es de lo que hay mayor certeza, y el segundo el del padre, pero permitiendo la permuta si hubiese mútuo acuerdo. Y dos nombres obligatorios para que así podamos tener al menos tres opciones para elegir cómo queremos que nos llamen, sin entrar en otros apelativos o apodos.
De verdad alguien cuando piensa en si mismo se llama con los apellidos?. Los apellidos son para los otros y los otros son el infierno.
!Esto es un infierno!
!No siento las piernas!
!Exagerao!
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