Siempre mantienes la duda (una de tantas) sobre si la decisión de trazar una línea de alta tensión, y antes, la de inclinarse por una determinada fuente de energía es una decisión técnica o política.
Estás pensando, ya lo anuncias en el titular, en la línea de alta tensión Sama-Velilla, pensada para sacar, al menos en parte, la producción eléctrica de Langreo hacia el norte de Castilla.
Tu formación técnica al respecto es nula. Tu opinión política tendrá que depender de los motivos técnicos, que no son uniformes. Los que meten ruido son los contrarios. Pocas veces dan la cara los defensores de la línea, y por pura razón democrática, tiendes a pensar que la línea es una barbaridad si tanta gente está en contra de ella a uno y otro lado de la Cordillera Cantábrica.
Puestos a dudar, ni si quiera tienes claro que se necesite línea alguna de alta tensión. Abajo la energía eólica que destruye el paisaje. Abajo la energía hidroeléctrica, que inunda pueblos. Abajo la energía nuclear, que no se sabe cómo degenerará. Abajo la energía de material fósil por altamente contaminante. Nos quedamos con el cucho y la biomasa.
De vez en cuando te llegan mensajes de tus amigos alleranos o de otros valles “Sama-Velilla por aquí no” y no sabes si están diciendo que por otro lado sí. Te ablandan el corazón con tan bucólicas músicas e imágenes de vacas pastando mansamente en una mortera entre tejos y urogallos, que estás tentado de decir: bueno, anda, que pongan las columnas delante de mi casa.
No tienes oído que haya habido movilización alguna en tu valle del Pajares, así que mucho te temes que, como el daño ambiental ya está hecho por minicentrales, líneas de alta tensión, carreteras y ferrocarriles, ¿qué más da unas columnas y unos cables más?
Pensándolo bien, para radical, tú. Te opones al Gobierno por querer llevar adelante el trazado contra viento y marea y pides no sólo que no claven columnas en tu valle (pero que no le falte la luz a tu madre) sino incluso que desmonten las columnas plantadas, que sotierren (¡que mal suena!) el trazado y que nos indemnicen por el daño histórico originado.
Por pedir que no quede.
Estás pensando, ya lo anuncias en el titular, en la línea de alta tensión Sama-Velilla, pensada para sacar, al menos en parte, la producción eléctrica de Langreo hacia el norte de Castilla.
Tu formación técnica al respecto es nula. Tu opinión política tendrá que depender de los motivos técnicos, que no son uniformes. Los que meten ruido son los contrarios. Pocas veces dan la cara los defensores de la línea, y por pura razón democrática, tiendes a pensar que la línea es una barbaridad si tanta gente está en contra de ella a uno y otro lado de la Cordillera Cantábrica.
Puestos a dudar, ni si quiera tienes claro que se necesite línea alguna de alta tensión. Abajo la energía eólica que destruye el paisaje. Abajo la energía hidroeléctrica, que inunda pueblos. Abajo la energía nuclear, que no se sabe cómo degenerará. Abajo la energía de material fósil por altamente contaminante. Nos quedamos con el cucho y la biomasa.
De vez en cuando te llegan mensajes de tus amigos alleranos o de otros valles “Sama-Velilla por aquí no” y no sabes si están diciendo que por otro lado sí. Te ablandan el corazón con tan bucólicas músicas e imágenes de vacas pastando mansamente en una mortera entre tejos y urogallos, que estás tentado de decir: bueno, anda, que pongan las columnas delante de mi casa.
No tienes oído que haya habido movilización alguna en tu valle del Pajares, así que mucho te temes que, como el daño ambiental ya está hecho por minicentrales, líneas de alta tensión, carreteras y ferrocarriles, ¿qué más da unas columnas y unos cables más?
Pensándolo bien, para radical, tú. Te opones al Gobierno por querer llevar adelante el trazado contra viento y marea y pides no sólo que no claven columnas en tu valle (pero que no le falte la luz a tu madre) sino incluso que desmonten las columnas plantadas, que sotierren (¡que mal suena!) el trazado y que nos indemnicen por el daño histórico originado.
Por pedir que no quede.
3 comentarios:
Es complicado el tema, y lo planteas acertadamente, pues es algo que se necesita, pero nadíe quiere ser el sacrificado.
Pues yo no creo que sea tan complicado, el problema es que se toman decisiones a veces sin consultar a Dios ni al diablo, se juntan intereses con actitudes prepotentes de "sostenella y no enmendalla" y así no se puede construir nada.
Siempre hay damnificados, propietarios o ciudadanos que disfrutan del paisaje, pero como que hablando se entiende la gente, no es imposible buscar fórmulas de consenso.
Pero hay que buscarlas, claro, no romper puentes
LADA VELILLA POR EL CONCEJO DE ALLER.........PUES VA A SER QUE NO!!!
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