Como creador y factotum del Museo Etnográfico de Grandas de Salime, Pepe El Ferreiro ya forma parte de la historia de Asturias.
Leíste estos días de atrás en la prensa que se rumoreaba insistentemente que su destitución estaba cantada, que no había feeling con el Principado. En plan pinza, todas las voces a izquierda y derecha que opinaron estaban contra la cantada decisión de la Consejería de Cultura. Ni una sola se escuchó en su contra. Será por algo. O será porque no está bien visto criticar a un hombre que hizo tanto. También por miedo a sus dardos.
Una vez oficial su destitución, entras en la edición digital de La Nueva España y prácticamente no se encuentra ningún comentario a favor del cese, solo la fría prosa burocrática habla de irregularidades en la gestión, quieres pensar que irregularidades formales.
Seguramente un hombre como Pepe el Ferreiro congenia poco con la fronda burocrática en la que las Administraciones tienen que moverse. Desgraciadamente sin justificar puntualmente las necesidades de financiación, no es posible obtener fondos públicos, so pena de tener problemas con la Sindicatura de Cuentas, si no los hay mayores antes.
El caso de Oliart es un pésimo antecedente para lo que vas a decir, y el del Consejero de Educación del Principado no le va a la zaga, pero Pepe El Ferreiro tiene ya una edad para pensar que su labor directiva no iba a ser eterna.
A bote pronto, y sin conocer ni por encima ni por debajo las cuentas, los inventarios, los protocolos, sí te parece que en este y en otros casos de gestiones tan personales, no estaría de más que se practicara un poco más la transmisión de conocimientos. Quizá lo primero que tenga que hacer un directivo, de un museo o de una empresa de transportes, es no ser imprescindible y tener permanentemente preparado el relevo.
En cualquier caso ¡HAXA SALÚ!
2010/01/28
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1 comentario:
atentos al trepa trifásico que lo sustituya!!!
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