Lo tuyo no es la caza. Tu experiencia cinegética, si decirse puede tal cosa en un alejadísimo sentido figurado, se reduce a los cuatro tiros que algún niño rico (por mejor decir, menos pobre que tú) te habrá dejado tirar con la escopeta de perdigón que le habrán traído los Reyes cuando vivías en Fierros, mientras tú te quedabas con la boca abierta. Fueron aquellos unos tiros supervisados, con el legítimo titular del arma a medio metro de ti, no fueras a gastarle más perdigones de la cuenta o a caérsete el arma o rayar la culata. Estaría armada.
La otra experiencia cinegética fue la militar, pero ¿Cuántas veces habrás abierto fuego real? ¿Dos veces, cinco? Esa es tu experiencia.
Por lo tanto, es un ambiente que te resulta lejano, pero ¿se sigue en la caza un protocolo diferente del que se utiliza en un día de playa, en un día de montaña, o en un descenso fluvial? Supones que no.
Y como dice un amigo tuyo, dos que tienen algo que decirse, no van a hablar del tiempo y las gallinas. Por lo tanto Garzón y Bermejo habrán hablado del asunto que nos ocupa, pero no lo podrán confesar hasta que cesen en el cargo o hasta que leamos sus memorias. Lo ridículo es poner el grito en el cielo.
A este país le pasan cosas mientras cazan los ministros, por ejemplo, hace aguas el Prestige y desde el monte se le manda al quinto pino. Como la vida da muchas vueltas, resulta que la Abogacía del Estado (ahora socialista) está defendiendo lo que políticamente se criticó, a saber, que la orden de alejamiento (del buque, quieres decir) fue la más correcta. Están en juego los intereses económicos del Estado, y en los Tribunales, como en la Política, hay que utilizar también palabras grandilocuentes, pero OTRAS palabras grandilocuentas. OTRAS = distintas y hasta contrarias.
A estas alturas de la vida ya no nos escandalizamos de nada. Ye así la vida.
13 comentarios:
Siendo una imprudencia, me imagino que si le quisiera decir algo sobre el tema, se lo podría decir en otro momento más "intimo".
Que sea Trillo el que esté al frente de las acusaciones, eso si que ye lamentable.
Trillo que cuando fue ministro de defensa se encargo de amontonar y enterrar los restos de los soldados muertos en Turquía de cualquier manera, y además trato despectivamente a las familias de los mismo. Lo que tendría que haber echo hace tiempo es retirarse de la política.
Maite Nolla
ensaba que en España sólo cazaban Antonio Herrero y Francisco Álvarez-Cascos, pero parece que la progresía de origen franquista –requisito prácticamente obligatorio para formar parte del actual Consejo de Ministros– también se divierte empaitant venados.
No Miner, no es una imprudencia ,se trata probablemente de un delito. Y no hace falta ser del PP para ver que no esta bien la caceria. Que meta la pata el ministro de Justicia y que tu resuelvas pidiendo la desaparición de Trillo es la hostia!. No hay mejor ciego que el que no quiere ver, o era sordo?
Comentario a la última línea del primer parrafo. Armada ni estaba ni se le esperaba, que lo he visto yo en un par de pelis esta semana pasada.
Por lo demás, cuando vas de caza de lo que hablas es de lo bueno que va a estar el refrigerio del medio día o de lo cabreada que se puso tu cónyuge cuando le dijiste donde ibas a ir a pasar el fin de semana a tiro limpio con los que se pusiera por delante. A lo más, hablarás de lo bien que caza la perra si andas detrás de las perdices. Pero, desde luego, os puedo asegurar que de lo que no se habla es de lo que dejaste el viernes o el sabado sobre la mesa de tu oficina y que es lo primero con lo que te vas a encontrar el lunes cuando regreses a ella. Para hablar de eso, no hace falta ir de caza a una finca lejana. Esas "cacerías" ya las tienes todos los días en los despachos colindantes.
Por favor anónimo podrías precisar lo de que es delito.
Quedo ansioso a la espera de tus, seguro que como siempre, interesantes argumentos.
Estoy atento a la comisión del delito. En general tenemos una tendencia a pensar que cualquier ilegalidad (administrativa, civil) es delito, y no. Delitos son las infracciones más graves, y sólo lo son si estánr recogidas en el código penal. Por otra parte, una atenta lectura al código penal, en particular, a las faltas, nos puede hacer pensar que cada poco estamos cometiendo una infracción penal, si no delito, sí al menos una falta. Sin ese riesgo el mundo tampoco avanzaría.
Hay que cruzar a Delibes con Sartre, por lo menos, para desbrozar el sentido del "hecho cinegético en sí", que es el tema que ocupa las conversaciones de fin de semana del ministro de Justicia y el ex segundo de González, juez estrella, azote del fantasma de Franco y martillo de populares. Y hay que ser un auténtico conspiranoico para sospechar siquiera que en cenas o monterías puedan hablar Garzón y Bermejo del asunto del que habla toda España, que copa las portadas y que pone al PP en la picota por decisión tomada por... Garzón, justo antes de coger la escopeta. Las conversaciones, señores mal pensados, fueron en realidad de este tenor:
– ¿Crees tú, con Ortega, querido Baltasar, que la muerte es imprescindible para que exista la cacería?
– Ontológicamente no cabe duda, ministro: la caza, el hecho cinegético en sí, implica muerte.
– No así el hecho cinegético desde su existencia ya dada, señoría; es decir, desde la facticidad del hecho cinegético para sí.
– Amigo, aquí no cabe introducir a Sartre. Me inclino más por Heidegger: la cuestión es ser-en-la-caza o estar-en-la-caza.
– ¡Qué ratos más fantásticos paso contigo en plena naturaleza, juez, con una buena escopeta, desconectado de todo, hablando del hecho cinegético en sí!
– Y que lo digas. Fíjate que tontería, Bemejo. Nosotros con cualquier cosa ya estamos contentos. No como otros.
– La mayoría, en nuestro lugar, sería incapaz de desconectar. Estarían dale que te pego con la trama de El País, digo del PP. Si en vez de ser yo el ministro, con mis aficiones filosófico-cinegéticas, fuera otro, ahora mismo te estaría comentando lo de esos que has metido en el trullo.
– Y si en vez de ser yo de una imparcialidad y de una pulcritud instructora acrisolada fuese otro juez, me cruzaría inevitablemente información contigo.
– ¿Qué te parece si después de cenar hacemos una lectura en común de fragmentos escogidos de Ser y Tiempo?
– ¡Y los amenizamos con unas diapositivas de caza mayor!
No son Bouvard y Pécuchet, no son sus epígonos, los crueles ricachones de La música del azar, de Paul Auster. Son el poder ejecutivo y el poder judicial, en estricta separación. La conjunción es pura afinidad de caracteres desinteresados, libres e inquietos. ¿No?
J.C.Girauta
El comportamiento de Bermejo, que nos retrotrae a los tiempos en los que en España los destinos de la patria se decidían en cacerías donde concurrían los poderosos, ha generado el rechazo entre sus propias filas hasta el punto de que un ex ministro de Justicia socialista se ha atrevido a decir lo que muchos de sus compañeros piensan y exigir públicamente su dimisión.
Fuentes del CGPJ han señalado que de probarse que el encuentro entre el ministro Bermejo y el juez Garzón "estuviese concertado, sería delito". La revista Época sostiene que el juez preparó la cita 20 días antes.
Art. 426 del Codigo Penal. Delito de Cohecho.Aceptar dadivas.
La revista "Época" sostiene. Hay amigo, la Revista Época, nada más y nada menos.
Así que el articulo 426 dice que aceptar dádivas es delito.
Hay Bermejo, Bermejo. Que le diste, los cuernos del animal, el mejor puesto en la cacería. O le diste a probar jabalí con patatines.
Lo único que está claro es que un concejal del PP, espía que algo queda, le hizo llegar a la fiscaliza anticorrupcion un CD de audio en el que estaban grabas 17 horas y 53 minutos, de 15 reuniones con miembros de la trama.
Seguro que eso mañana lo cuenta la revista Época. O a lo mejooooo Jimenes Losantos, ansi que atenta la compañia que vienen curvas.
sabes Miner que cada caceria de esas cuesta mas de 4000 euros?, no son los cuernos y no es el ministro equivocas el tiro. Y no juzgues el emisario mira el contenido.
esto de Perez-Reverte en Alatriste:
"Las leyes con que juzgas, vil cochino,
menos bien las estudias que las vendes;
lo que te compran solamente entiendes;
más que Jasón te agrada el Vellocino.
El humano derecho y el divino
cuando los interpretas, los ofendes,
y al compás que la encoges o la extiendes
tu mano para el fallo se previno.
No sabes escuchar ruegos baratos,
y sólo quien te da te quita dudas;
no te gobiernan textos, sino tratos.
Pues que de intento y de interés no mudas,
o lávate las manos con Pilatos,
o, con la bolsa, ahórcate con Judas."
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