DESVENTAJAS DE LA PROXIMIDAD

José Manuel Ponte es un periodista sensato y tú eres un insensato. Ponte nos deleita periódicamente con unos artículos llenos de sentido común. Escribe en La Nueva España, pero también en otros varios periódicos de la misma cadena. Vivió muchos años en Oviedo y ahora reside, crees, en La Coruña. Es el padre de Laura Ponte pero no tiene ni gota de glamour.

Decías que es un periodista sensato porque está de vuelta de la fama y pone como condición para escribir que no aparezca la foto junto a sus artículos, que él lo que quiere es escribir, pero que no lo anden parando por la calle para contarle lo de acuerdo o en desacuerdo que están con el último comentario. Tú, sin embargo, te pones una foto pensativo para que vean lo mucho que meditas cada ocurrencia. ¡Insensato, faltosu!. Por lo menos podías ir cambiando la foto, que parece como la de esos catedráticos que salen en las orlas con imágenes de hace diez años. Prometido queda.

Te fuiste, una vez más, por los cerros de Úbeda pero lo que querías decir es que estás bastante de acuerdo con José Manuel Ponte cuando recuerda algún encanto de la transición, cuando se creía que con una fuerte descentralización se resolvían todos los problemas. Estás de acuerdo. No acabas de ver del todo las ventajas de la descentralización, porque ¿hasta dónde descentralizar? ¿cómo conseguir el equilibrio entre eficacia, ecuanimidad, rapidez y coherencia en las decisiones, en resolver igual lo que es sustancialmente igual? Corto de miras, piensas en ti mismo y piensas si la descentralización tiene que ver algo con la justicia.

Como sientas tu culo en una silla de Oviedo, la centrada capital, te llegan mucha gente contando batallitas que ocurren en Oviedo o en Lugones, ya es raro que te venga a ver alguien de Avilés o de El Entrego o de Gijón, solamente si les pilla de paso. ¿Cuando resuelves a favor de un señor un caso de Oviedo, piensas si habrá un supuesto de más necesidad en Gijón o en Avilés? Sí, seguramente lo habrá, pero nadie viene a darte la vara desde allí si no es algo más grave, dicho sea lo de la vara, no como descargo, sino como cargo cuando tiendes a pensar que los ciudadanos te quitan tiempo para tramitar los montones de papeles pendientes.

Por lo mismo piensas en la presión que sienten el político (o incluso el técnico) de turno. Elevas eso a cualquier instancia político-administrativa y no tienes claro que descentralización y justicia vayan parejas. Más bien crees que el administrado tiene más opciones para ejercer presión, pero siempre quedan importantes colectivos alejados de esa posibilidad, y si son muchos los que tienen la oportunidad de presionar (en Lugo, en Valencia, en Alcoy, o en el distrito 23 de Barcelona) ¿consiguen más en conjunto los ciudadanos? ¿a qué precio?.

Sin duda, es un apunte de cortas miras, pero es la sensación que tienes.