Hace unos días escribiste algo de besos y picos, pero que estén tranquilos tus lectores, incluida tu censora familia, que no caes de momento en viejo verde.
Fue ver la foto y convencerte una vez más de que algo tenemos que copiar de los Estados Unidos de Norteamérica, y es la limitación de los mandatos electorales, aunque sus senadores puedan llegar a ser casi vitalicios.
Una de las características de la democracia, y el origen de la palabra no la traiciona, es ser el gobierno del pueblo. En democracia nadie es imprescindible salvo el propio pueblo, aunque a veces se equivoque en las elecciones, y ejemplos hay en la historia además del más calamitoso, el de Hitler.
Una democracia que se asienta en la hegemonía de los partidos, no debería permitir más de dos mandatos en puestos ejecutivos. Si lo importante es el partido (y el programa) sería indiferente el cabeza de lista. Y si, pasados ocho años, hay que elegir a un candidato de menor carisma que el anterior, se elige. Aunque pueda sufrir temporalmente la eficacia, acabará ganando la democracia porque nadie es imprescindible.
Estás convencido de que el poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente. Incluso con elecciones democráticas ganadas reiteradamente supones que el que ve una vez más convalidado su poder en las urnas, tenderá a relajarse mentalmente, porque habrá aprendido a torear al Defensor del Pueblo, al Tribunal de Cuentas, a la Intervención del Estado o de la Autonomía y a la Secretaría General Técnica, siempre dispuesta a poner chinitas donde el político no ve problema. Y simplemente piensas en ti, que no tienes ningún cargo ejecutivo, pero ves cómo el paso del tiempo relaja las costumbres, dejas de lado normas en otro tiempo sagradas con la disculpa de que el fin justifica los medios, de que nadie se va a enterar o de que nadie va a decir nada.
No discutes la limpieza de las lecciones. Gabino de Lorenzo, alcalde del PP de Oviedo, lleva ganadas un montón de ellas, con la misma limpieza, supones, que el alcalde socialista de Belmonte lleva un cuarto de siglo en el poder.
Llevando tanto tiempo, es inevitable hacer de tu capa un sayo, mearse en la oposición (¿por cierto, hay?), quitar al Jefe de la Policía Municipal, y volver a ponerlo cuatro años después, porque todo sigue igual. Dice el pié de foto que al regresar besó la columna de entrada al cuartel. No. Se besó a sí mismo. Se besan a sí mismos.
La democracia no puede ser eso.
4 comentarios:
Yo creo que hoy acertaste. Cuando se habla de partidos y sindicatos ¿Cuál ye el problema? Que son unos círculos cerrados en los que no siempre está el que más vale. Sindicalistas que llevan más de veinte años en la "poltrona" no pueden representar a nadie.
Tan poco Políticos, que jamas los has visto ni abrir la boca en el parlamento.
A este sujeto ya lo conocerias de tu epoca de estudiante en Derecho, eran tiempos de la BPS, le recuerdo con pistola en las asambleas, pero fué Masip el que le dio el cargo.
Una pregunta,estuviste en el CAmp Nou? o no hacia falta?
«Es inútil debatir, hay que esperar, aguantar el chaparrón y preparar gente en el conocimiento de la historia y de la lógica para que se produzca una reacción»
Gustavo Bueno.
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