2008/08/07

BENIDORM 10. EL MITO DEL ETERNO RETORNO

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Después de leer un cuento de Navidad de hace dos años, que podría servir también para la próxima, o artículos de la misma época de Santi Santamaría desmitificando la moderna cocina minimalista antes de que surgiera la polémica de hace unos meses, u otros comentarios mas actuales sobre los miembros y las miembras, será la una de la tarde y es momento de salir de la cueva, es decir, de debajo de la sombrilla y darse un baño. Inmediatamente un paseo breve al borde del mar para secar.

Mientras el sol termina de hacer su trabajo estás encima de una piedra verdosa que las olas cubren y descubren y te acuerdas de Mircea Elíade y el mito del eterno retorno.
Mircea Elíade escribió un libro que se titula precisamente así y que tuviste que leer cuando estudiaste Historia de las Religiones. En resumen, todas las religiones reproducen un esquema según cual hubo un período idílico, que podría ser el paraíso terrenal o en la religión griega la edad de oro, después la de plata, después la de bronce, y la de hierro en la que estamos, edades que tan brillantemente describió Hesíodo (otro libro que tuviste que leer). El hombre lo va deteriorando todo y su vida consiste en aspirar a volver a aquel estado primitivo de perfección, que pronto comenzará a contaminarse y así sucesivamente.

Sigues secando y el agua del mar cubre la roca y también tus pies, ahora la cubre del todo, esta vez queda lejos, parece que forma un pez, esta ola se va a quedar corta, no, llegó, llegó, por poco pero llegó, no consiguió remontar la cresta, a ver si arrastra la arena que quedó antes, no, no pudo, ahora sí, forma una uve, ahora una herradura, si te giras es una C, ahora puede ser una Y griega, parece un peine, y vuelta a empezar; un pez, ola corta, no llega.

Pasas un buen rato animando a las olas, que llegue, que llegue, mientras piensas que la vida es como las olas, el eterno retorno. De camino hacia la sombrilla acude a tu mente Serrat con su verso:
Y me pregunto por qué nacerá gente
Si nacer o morir es indiferente.


(Y mientras escribes esto, te acuerdas de dos amigas: la de Oviedo que se opera el viernes y la de León que te acaba de pasar un correo diciendo que ya es abuela y que hace tres meses se separó. Suerte a las dos).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

very nice! hahahahaha

Anónimo dijo...

y volver volver volver...