En la parroquia de tu madre, San Pedro de Cabezón, la fiesta (¿) se celebra, como se dice por allí, el domingo alante al 29 de junio.
Algunos años no se te arregla, pero este te coincide bien y allí estás.
Vas a la fiesta, pero no hay fiesta, o hay lo que hay.
La misa está anunciada para la una de la tarde. La dice D. Artemio, que es el cura de Tanes, en el alto Nalón, pero como es nativo del lugar, acude siempre que puede. Este año tiene una buena disculpa porque está recién operado el cura de Pajares, que es el titular.
Es cerca de la una. Para que todo quede en casa, Pepo, el hermano pequeño del cura, tira dos voladores. Cuando le vas a sacar una foto para el recuerdo, te dice que si tira otro ya no le quedan para la procesión. La fiesta tiene un presupuesto de guerra, así que tendrás que estar atento a la procesión.
Comienza la misa. Al principio no habría en la iglesia más de diez personas, y al final no pasarían de veinte. Con buen criterio, el cura, conocedor de la materia prima, no manda dar la paz, para evitar algún posible gesto desairado. Cuando termina la misa es la hora de sacar a San Pedro de procesión. Apenas hay cuatro hombres en la iglesia y te va a tocar coger las andas. Te gustaría que las cogiera gente nacida en la parroquia, pero no hay. Como no se puede repicar e ir en la procesión, no puedes sacar la foto de los voladores.
San Pedro va en cabeza. La procesión va en silencio. No se canta. No hay gaita ni tambor. Silencio. En tres minutos disteis la vuelta a la iglesia, entrasteis, colocasteis a San Pedro en su sitio y el cura dio la bendición.
A la salida, Pepo estaba esperando con el último volador para la foto, que serviría también como fin de fiesta.
A la hora de la comida, Pili Menéndez, la vecina emprendedora del pueblo, te deja un libro recién publicado que le acaban de regalar “De nuestro corresponsal”, que recoge las crónicas que sobre el concejo de Lena fue escribiendo en la década de los setenta el periodista lenense Constantino González Rebustiello. Hay un reportaje dedicado a un médico hijo de emigrantes locales a la Argentina : “Todos los años viene a contemplar el árbol que su padre plantó frente a la Iglesia de Naveo de Cabezón”. Lees lo que dice: “Me da pena ver cómo cada año hay menos gente en el pueblo. Cómo se van. Sentiré un gran pesar cuando me digan que está deshabitado. Camino de ello lleva. Entonces no subiré. No quiero figurarme el pueblo vacío.”
Y cuando le preguntan por la próxima visita: “Acaso venga en junio. Por las fiestas de San Pedro en Naveo”.
La fiesta fue eso.
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2 comentarios:
Hay que animarse a organizar un itnerario turístico por el Concejo de Lena para foráneos y en cada pueblo, con preferencia delante de la iglesia o capilla, nos cuentas las historias del lugar.
Hola, he visto tu blog y leyendo sobre la fiesta Naveo pense que tambien seria bueno contar que son 8 vecinos y qe no se hablan entre si, que hubo tempos en que andaban con las escopetas encima para disparar si pasaban por las fincas, los problemas de paso que tienen , los furivos que son .etc, etc, eso tambien forma parte de Naveo.
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