http://www.lne.es/secciones/noticia.jsp?pNumEjemplar=1684&pIdSeccion=42&pIdNoticia=535290
Estás el sábado por la mañana en El Fontán, como todos los sábados que puedes, y entre culín y culín vas leyendo La Nueva España.Publican una entrevista con el Presidente del Colegio Nacional de Secretarios, Interventores y Tesoreros y en el titular lees “En algunos ayuntamientos existe el acoso político a los secretarios”, y en otro punto, también en letras destacadas “A veces no nos queda otra solución que coger a nuestra familia y marchar para otro Ayuntamiento”.
Te acuerdas de tu amigo Joaquín, Secretario de Ayuntamiento, que, como el Quijote anda por La Mancha o cerca, y supones que alguna vez pensará y sentirá lo mismo que su presidente. Casualidades de la vida, ya camino de casa, te encuentras con Alicia, que está tomando también una sidra, en este caso en Gascona. Está de secretaria en el Ayuntamiento de Móstoles y antes lo fue de El Entrego. Le comentas el caso y dice que conoce al Presidente, que es el Secretario de Majadahonda y aunque Madrid es grande, en el gremio no hay distancias. No vas a contar aquí detalles de lo hablado pero te compadeces de todos los Secretarios del mundo.
Los Secretarios son todavía independientes del poder político y claro que se pueden plantar. Todo el mundo se puede plantar en un momento determinado, pero…
Te solidarizas no solo con los Secretarios sino con los que tienen que desfacer los entuertos que previamente ficieron los patronos o la línea de mando que dio órdenes manifiestamente ilegales a los operarios, o los trabajadores que incumplieron claramente sus obligaciones, o el ex marido que sabe que tiene de sobra para pagar la pensión compensatoria, o la ex mujer que putea a su ex con los hijos, o el ciudadano (bueno, el elemento) que sabe que no tropezó en una alcantarilla sino en la escalera de su casa, o el concejal que sabe que la rejilla llevaba años entrampeada.
Todos esos entuertos cometidos a sabiendas tiene que arreglarlos luego el profesional del derecho, al que no dieron audiencia mientras se estaban perpetrando.
Tendrán otros defectos, pero algunos sapos tienen que tragar y poner cara de risa.
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